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“El cantonalismo en España ni era independentista, ni era secesionista”

“El cantonalismo en España ni era independentista, ni era secesionista”

En un contexto político agitado y en pleno proceso de desarrollo de las libertades, de transformación y de democratización, con la Primera República recién proclamada en 1873, tuvo lugar en España una insurrección liderada por diversos grupos políticos y sociales que buscaban la independencia de sus regiones. El objetivo era que se estableciera en el país un Gobierno federal y a la causa se sumaron treinta y dos provincias españolas, sobre todo de Andalucía, Levante y Castilla y León.

Caricatura sobre la I República. Entre los protagonistas principales: Emilio Castelar y Pi y Margall.Tomás Padró (1840-1877) para ‘La Flaca’ / Wikipedia

“Los cantones no buscaban una independencia del Estado republicano, sino que la construcción de la República se tenía que hacer desde la base política más básica que era el municipio”, dice Julián Vadillo, historiador y coordinador de La Rebelión Cantonal en la I República. Los intentos de instaurar en España un Estado federal, un libro de la editorial Pinolia. No te pierdas la entrevista al autor.

Pregunta. ¿Cuál fue el contexto político, social y económico que condujo a la rebelión cantonal durante la Primera República en España?

Respuesta. La España de 1873 era un país en pleno proceso de democratización y modernización, al igual que muchos otros países de su entorno. En 1868, España había comenzado un proceso de transformación que había llevado a prescindir de los Borbones, en consonancia con los acuerdos del Pacto de Ostende, y que sirvió para desarrollar en España el primer proceso democrático de su historia. Aunque las cortes optaron en un primer momento por la monarquía democrática de Amadeo de Saboya, el fracaso de esta condujo a que en una sesión conjunta de las Cortes españolas se proclamase la Primera República. Como dijo Emilio Castelar “con Fernando VII se acabó la monarquía absoluta, con Isabel II la monarquía liberal y con Amadeo la monarquía democrática”. Y por la estructura y composición del movimiento republicano de la época, esa República iba a ser federal.

Evidentemente, estamos ante un contexto político agitado, con un desarrollo de las libertades producto de la democratización y un interesante debate de cómo se tiene que organizar no solo política y sino económicamente el país. Pero no podemos olvidar una cosa. Es un periodo de cambio, de transformación y de democratización. No podemos hacer lecturas interesadas y presentistas, presentando el periodo como un caos permanente, algo que se trasmitió en la historiografía más conservadora. El propio Castelar se quejaba en aquellos días republicanos que la prensa conservadora presentaba un país que no existía.

P. En tu libro, mencionas que treinta y dos provincias se unieron a la rebelión cantonal. ¿Cuáles fueron las principales motivaciones y demandas de estas provincias en su búsqueda de independencia y autonomía?

R. El cantonalismo hay que entenderlo en el contexto de cómo construir la República federal. Hay que dejar una cosa clara y es que los cantones no buscaban una independencia del Estado republicano, sino que la construcción de la República se tenía que hacer desde la base política más básica que era el municipio. Algo dentro de la tradición liberal progresista, que veía como los ayuntamientos eran entidades a los que había que dotar de mayor poder político. Además, el republicanismo introducía en la cultura política española la concepción del federalismo. Tal como indica la profesora Jeanne Moisand, en España había existido una tradición de descentralización política, cosa que varió la llegada de los Borbones. Sin embargo, el federalismo era una cuestión más profunda que tenía ejemplos en países como Suiza o EEUU y tuvieron pensadores de cabecera como el anarquista francés Pierre Joseph Proudhon. La idea que tenían los republicanos federales que apoyaron el cantonalismo era construir la República española de abajo hacia arriba, partiendo de las unidades de poder local para construir una federación española.

P. ¿Qué papel desempeñaron líderes como Roque Barcia en la rebelión cantonal? ¿Cómo influyeron en el desarrollo y los objetivos del movimiento?

R. La figura de Roque Barcia ha sido ampliamente trabajada por la profesora e historiadora Ester García Moscardó. Barcia fue uno de los líderes federales más importantes de la España del momento que hoy apenas es conocido. Junto con Pi i Margall era el gran líder de ese republicanismo federal. Barcia representó en las cortes republicanas a los diputados más avanzados y que pretendían la construcción de la República desde la base, oponiéndose a la visión de Pi i Margall que pretendía un proceso más pausado que fuera concediendo esa descentralización. Esto llevó a Barcia a salirse del congreso y formar un Comité de Salud Pública que acabó asentándose en Cartagena bajo la llamada Federación Española. Aunque a nivel ideológico y práctico, Barcia es fundamental para entender el proceso, los sucesos de Cartagena no fueron producto de Barcia sino de un importante movimiento republicano federal en la zona y un desarrollo de las ideas más avanzadas. Como indica Jeanne Moisand en su libro Federación o muerte, Barcia fue el tercer líder más votado en una de las elecciones que se celebraron en Cartagena, lejos de la influencia, por ejemplo, de Antonio Gálvez.

Aun así, y aunque posteriormente se alejó de su propio pensamiento, no se puede desgajar a Barcia del proceso cantonal que se abrió en julio de 1873.

P. Uno de los capítulos trata sobre el cantón de Cádiz y su relación con el liberalismo, el republicanismo y el movimiento anarquista. ¿Cómo se entrelazaron estos elementos en la dinámica del cantón?

R. Cádiz fue una de las plazas fuertes del republicanismo y de los movimientos revolucionarios en la época. Andalucía en general y la zona de Cádiz en particular (también Córdoba, aunque allí el movimiento cantonal no pasó de embrionario) entendían que una República era sinónimo de reforma agraria. A la cabeza de este movimiento, tal como índica el profesor Juan Pablo Calero, estuvo Fermín Salvochea, alcalde de la ciudad, defensor del republicanismo federal intransigente y que con el paso del tiempo se convirtió a las ideas anarquistas, siendo uno de sus más afamados defensores. El problema vino dado por la represión rápida que sufrió el cantón de Cádiz, una vez que Pi i Margall dimitió y Salmerón comenzó una política represiva contra los mismos apoyándose en el ejército. Con esta dinámica, Salmerón rompió un elemento que caracterizó al republicanismo de la época, que era su crítica al militarismo. Cuestión que, incluso, se volvió en contra del propio Salmerón.

Salvochea, que como he dicho posteriormente fue uno de los defensores del anarquismo, muestra perfectamente esa evolución desde las filas del republicanismo federal a las ideas internacionalistas. De hecho, el anarquismo fue una ideología que siempre defendió el federalismo como forma de funcionamiento y el municipio libre como base de construcción de una sociedad sin Estado (tal como Felipe Alaiz planteaba años más tarde en su Federación de Autonomías Ibérica o Juan Montseny en su defensa de los municipios libres)

P. El libro explora las bases constitucionales de los cantones de Andalucía. ¿Qué caracterizaba a estas bases y cómo contribuyeron a la forma en que se desarrolló el cantonalismo en la región?

R. En la mayoría de las ocasiones hacemos una historia eminentemente política y dejamos apartadas algunas cuestiones que como las jurídicas son fundamentales para entender la historia. Eso es lo que nos trasmite el profesor Rubén Pérez Trujillano. Si la base del poder estaba en las unidades municipales, estos cantones se tenían que dotar de constituciones que dieran forma a la construcción republicana. Y como se indica en el capítulo, esa era base del republicanos español y andaluz. Y se ha visto en la anterior cuestión como Cádiz es ejemplo de ello, pero este modelo de cantonalismo constitucional, con bases de ordenamiento jurídico basado en un federalismo de abajo arriba, se ve en todas las provincias de Andalucía. Podemos destacar los casos de Córdoba, con una clara raigambre republicana en su concepción democrática, o Málaga donde el cantonalismo tuvo mucho eco junto a Cartagena.

P. En el capítulo sobre los generales del cantón de Cartagena, ¿cómo afectaron sus acciones y decisiones al curso de la rebelión cantonal?

R. El Ejército tiene un papel fundamental y protagonista en el siglo XIX. No se entienden los cambios y la evolución política si no es con el Ejército. Lo que hace en este capítulo el profesor Eduardo Higueras es poner frente a frente a dos de esos militares: Contreras, defensor del cantón, y López Domínguez, su represor por orden del gobierno. Y con ello lo que se intenta es plasmar que el estamento militar era diverso, heterogéneo y que combinaba en su interior desde los militares más conservadores y reaccionarios hasta los más progresistas. Contreras es un ejemplo de ello mostrando a la perfección la evolución del progresismo liberal desde su defensa del esparterismo hasta su incorporación al republicanismo federal intransigente. Tanto es así que la derrota del cantón de Cartagena fue la derrota de Contreras que vivió unos años exiliado en Argelia hasta que se pudo acoger a una amnistía. Los ejemplos de Contreras y López Domínguez son el reflejo del del ejército en la historia de España donde colisionó la pulsión progresista y avanzada frente a la conservadora. Y así fue hasta el final de la Guerra de España (1936-1939).

P. Se menciona que el cantonalismo tenía conexiones con el movimiento obrero y el socialismo. ¿Podría profundizar en la relación entre estas corrientes ideológicas y el movimiento cantonalista?

R. La posición del movimiento obrero en la época es ambivalente respecto al cantonalismo. Por una parte, está la posición formal y oficial de la Federación Regional Española (FRE), sección de la Primera Internacional en España. Oficialmente, la Internacional no apoyó el cantonalismo, al consideraron burgués y puramente político. Pero a nivel práctico, el movimiento obrero español se volcó en los cantones ya que diferentes integrantes de las federaciones locales de la FRE donde hubo cantonalismo se vincularon a sus estructuras. Es más, una parte importante del republicanismo federal español estaba afiliado a la Internacional. Aquí se puede entender, por ejemplo, que la base del cantonalismo fue popular. Y que muchas medidas adoptadas en Cartagena (pues en definitiva fue el cantón que más duró) tenían un amplio componente socialista y esto se debía, en gran parte, a la participación de estos obreristas. Personajes como Antonio de la Calle, que había participado en la Comuna de París, son fundamentales. El problema viene por las distorsiones que se dieron en la historia, mucha de ella responsabilidad de la lectura de Engels del proceso, donde vinculó todo al bakuninismo. Unos días antes de la proclamación del cantón de Cartagena se produjo el movimiento de Alcoy, que, si era de base obrerista e internacionalista, encabezado por Severino Albarracín, pero que no tenía nada que ver con el movimiento cantonal posterior. Aunque algunos de sus participantes se refugiaron en Cartagena y participaron del cantón cuando el movimiento de Alcoy fue reprimido. La profesora Jeanne Moisand habla del cantón “social” de Alcoy y del cantón “político” de Cartagena.

P. ¿En qué medida el cantonalismo dejó una marca duradera en la política española? ¿Existen paralelos entre las demandas de autonomía de los cantones y los movimientos regionalistas modernos?

R. El cantonalismo dejó una profunda huella en la política contemporánea española. Pero dado que fue liquidado por la fuerza el sesgo que se ha querido presentar ha sido siempre negativo. De hecho, la palabra “cantonalismo” o “cantonal” se utilizaba de forma peyorativa, asociándolo al caos y la disgregación. Una acepción errónea que se ha seguido utilizando hasta la actualidad. Sin embargo, su proyección política dentro del campo de debate republicano no se ha tenido en cuenta cuando fue fundamental. La derrota del cantonalismo fue también la derrota de la República y, no olvidemos, que esta derrota esta protagonizada por un golpe de Estado y no una derrota ideológica o política. Las Repúblicas en España fueron violentadas por la fuerza de las armas tanto en 1874 como en 1936. Durante ese último tercio del siglo XIX, el republicanismo se disgregó en escuelas y debatió cual era el mejor modo de desarrollar una República. Eso a nivel político hasta que se plasmó en la República de 1931. Pero a nivel social, el cantonalismo propuso medidas avanzadas que luego se fueron adquiriendo a lo largo de los años, evidentemente, con la fuerza del movimiento obrero que recoge mucha de esa tradición: reducción de jornadas laborales, servicios sociales, educación universal, acceso a la vivienda, etc. Cuestiones que se habían visto también la Comuna de París.

Sobre si hay conexión con los movimientos regionalista, pues en algún caso sí. Pero no es una evolución natural sino, mas bien, incorporación de algunas cuestiones defendidas por los cantonales y ya muy avanzado en el tiempo. La propia evolución del republicanismo federal en Catalunya dio paso a un modo de nacionalismo. Pero ya dije al principio de la entrevista que el cantonalismo ni era independentista ni era secesionista. Es otra cosa, imbricado dentro de la tradición del federalismo español. La historia no es tan sencilla ni tan simple y esa complejidad es la que nos puede llevar a analizar en su justa medida todo movimiento.

P. El cantonalismo también tuvo expresiones literarias y culturales, como se aborda en el libro. ¿Cómo influyó este movimiento en la producción literaria de la época y en la percepción pública de la Primera República?

R. Al ser un acontecimiento importante en la historia de España dejó su huella en la literatura. Tal como nos expone el profesor Feliciano Páez-Camino, literatos de la talla de Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán o Ramón J. Sender, pusieron el cantonalismo como protagonista o agente en sus obras. En parte, algunas de las visiones negativas del cantonalismo que hemos visto anteriormente se lega también de la literatura. Quizá, de todas las obras, Míster Witt en el cantón de Ramón J. Sender fue la más llamativa, por desarrollar toda la acción en la Cartagena cantonal. Libro que, por cierto, fue Premio Nacional de Literatura en 1936, previo al golpe de Estado contra la República. Aquí hay que decir que los literatos tienen libertad creativa, no son historiadores, lo que nos puede hacer sentir simpatías o animadversiones por personajes reales y ficticios de sus obras. Sin embargo, tras la Guerra de España y los largo años de la dictadura, este tema cayó en el olvido en todos los niveles literarios

La Rebelión Cantonal en la I República. Pinolia

La Rebelión Cantonal en la I República. Los intentos de instaurar en España un Estado federal

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P. Finalmente, ¿cómo crees que el estudio de la rebelión cantonal puede arrojar luz sobre los desafíos políticos y la construcción del sistema democrático en la España contemporánea?

R. El cantonalismo, como parte del federalismo, trasmite que la construcción nacional no es unívoca como se intentó trasmitir en muchos momentos de la historia de España. No hay una sola manera de construir el encaje territorial español, sino que este siempre ha sido diverso. Para algunos era el centralismo y la monarquía como su mejor baluarte. Para otros se podía establecer niveles de descentralización, manteniendo o no la forma de Estado monárquica. Para los federales y los cantonales, este modelo era el que mejor reflejaba la realidad plural de España donde todo tenía encaje con unos grados de autogobierno muy amplios. Además, tocando tanto lo político, lo económico como lo social.

Si nos atenemos al siglo XX, los dos periodos donde se han desarrollado procesos constituyentes, a saber 1931 con la Segunda República, y 1977-1978 en el actual sistema democrático, el encaje de la diversidad forma parte del debate. La Segunda República lo llamó Estado Integral y nuestro actual sistema democrático los llamó Estado de las Autonomías. En los dos casos, las lecturas de lo que ofreció y extendió el cantonalismo estuvieron presentes. Es evidente que no se adoptó en ningún caso una posición federal, pero desde luego el federalismo fue agente protagonista en ambos casos.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-09-01 10:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades