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el cielo se oscureció durante meses y la civilización colapsó en el 536… hasta que algo cambió

el cielo se oscureció durante meses y la civilización colapsó en el 536… hasta que algo cambió

A mediados del siglo VII, Europa comenzaba a salir lentamente de una de las etapas más sombrías de su historia. En un mundo que apenas se recuperaba del colapso de las estructuras romanas, de plagas devastadoras y de un clima hostil, algo extraordinario ocurrió: un cambio económico silencioso pero profundo que cambiaría para siempre la historia monetaria del continente. Lo sorprendente es que no lo supimos hasta que un grupo de científicos perforó un glaciar en los Alpes suizos.

Un estudio liderado por un equipo internacional de historiadores y climatólogos, y publicado en la revista Antiquity, sacó a la luz nuevas pruebas que vinculan el cambio del oro al uso de la plata en la acuñación de monedas con un inesperado repunte en la minería de metales en torno al año 660 d.C. El rastro no se halló en ruinas, ni en monedas antiguas, ni en textos medievales, sino en el interior helado del glaciar de Colle Gnifetti, en la frontera italo-suiza.

Gracias a una tecnología puntera de análisis por láser en capas ultrafinas de hielo, los investigadores lograron reconstruir año a año la contaminación por plomo en la atmósfera de Europa occidental. Y lo que encontraron fue revelador: un aumento notable y sostenido en la concentración de plomo entre los años 640 y 670, que coincide con los primeros pasos del sistema monetario basado en la plata.

El legado congelado de un desastre volcánico

Para entender el valor de este hallazgo, hay que retroceder más de un siglo antes, al año 536 d.C., una fecha que muchos expertos consideran el peor año para estar vivo. Un misterioso oscurecimiento del cielo, causado probablemente por una serie de erupciones volcánicas en cadena, desencadenó una pequeña edad de hielo, cosechas fallidas, hambre masiva, y finalmente, una pandemia: la peste de Justiniano.

Durante más de cien años, Europa vivió sumida en una combinación de inestabilidad política, crisis climática y colapso económico. Las rutas comerciales se fragmentaron, los sistemas fiscales se hundieron y el uso del oro —símbolo de estabilidad imperial— comenzó a decaer. No fue hasta el reinado del rey merovingio Dagoberto I, a mediados del siglo VII, cuando se produce un giro inesperado: la acuñación de monedas comienza a incorporar plata en proporciones cada vez mayores, hasta que finalmente, el oro es reemplazado casi por completo.

La pregunta que se han hecho los historiadores durante décadas es: ¿de dónde surgió de pronto toda esa plata?

Ubicación del núcleo de hielo de Colle Gnifetti y de otros registros geoarqueológicos de contaminación en Europa Occidental
Ubicación del núcleo de hielo de Colle Gnifetti y de otros registros geoarqueológicos de contaminación en Europa Occidental. Fuente: A.V. Kurbatov

Melle: la mina olvidada que impulsó un continente

Aquí es donde entra en juego el glaciar de Colle Gnifetti. Al analizar las capas de hielo correspondientes a esos años, los investigadores encontraron picos notables de contaminación por plomo. El plomo es un residuo habitual del proceso de fundición de la galena, el mineral que contiene tanto plomo como plata. Es decir: cuando hay plomo en el aire, probablemente hay minería de plata en curso.

Modelos atmosféricos y comparaciones con otras fuentes arqueológicas apuntan a una localización concreta: las minas de Melle, en el oeste de la actual Francia. Allí, las excavaciones arqueológicas han documentado un intenso uso de galerías mineras y procesos metalúrgicos entre los siglos VII y IX. Las monedas merovingias acuñadas en ese período, muchas de las cuales han aparecido en Inglaterra, Francia e incluso en Italia, tienen una composición isotópica compatible con la plata extraída en Melle.

No fue una simple coincidencia: la reactivación de la minería y la expansión del uso de moneda de plata alimentaron una incipiente economía mercantil. Las primeras casas de moneda de la Alta Edad Media se sitúan en torno a núcleos como París, Tours o Melle, y desde allí, el nuevo dinero comenzó a circular por los puertos del norte como Quentovic, en la costa del Canal de la Mancha, y Lundenwic (el Londres temprano), donde los intercambios comerciales ya eran comunes con Inglaterra y los Países Bajos.

El hielo como archivo del cambio

Este cambio no es solo un asunto económico. Representa un viraje profundo en la estructura social de Europa occidental. Pasar del oro al uso de plata permitió democratizar el acceso a la moneda, facilitó el comercio regional y sentó las bases para la aparición de burgos, ferias y mercados. Lo que parecía un simple ajuste monetario fue, en realidad, el primer paso hacia una Europa conectada y más dinámica.

El glaciar Colle Gnifetti ha demostrado ser un testigo silencioso y fiable de estos cambios. Con una resolución anual de sus capas, se ha podido datar con extraordinaria precisión no solo el aumento de la minería de plata, sino también los efectos posteriores. Por ejemplo, un colapso en los niveles de plomo entre 1349 y 1353 coincide con la Peste Negra, lo que prueba cómo los ciclos de enfermedad y recuperación dejan huella en la atmósfera.

El hecho de que el repunte en la minería preceda a los primeros registros documentales de monedas de plata indica que el proceso fue más temprano de lo que se pensaba. Lo que hasta ahora se databa en torno al 675 d.C. podría haber comenzado en la década de 660, ofreciendo así una ventana más amplia para entender cómo resurgió la economía tras un siglo de oscuridad.

Penique acuñado en Melle (izquierda: anverso; derecha: reverso), probablemente emitido hacia el año 660. Hallado en Ashford, Kent
Penique acuñado en Melle (izquierda: anverso; derecha: reverso), probablemente emitido hacia el año 660. Hallado en Ashford, Kent. Fuente: T. Abramson

Un nuevo relato para el siglo VII

El siglo VII ha sido tradicionalmente percibido como un período de estancamiento, una era gris entre la caída de Roma y el esplendor carolingio. Sin embargo, estudios como este demuestran que, en medio de las ruinas, hubo movimientos sutiles pero decisivos que impulsaron un nuevo orden económico. La transición de una moneda de élites a un sistema más funcional basado en plata fue un motor de transformación.

Este descubrimiento no se basa únicamente en interpretaciones textuales o restos arqueológicos dispersos. Se sustenta en el análisis científico de los elementos atmosféricos atrapados en el hielo. Es un ejemplo perfecto de cómo las ciencias naturales y las humanidades pueden trabajar juntas para reescribir lo que creíamos saber sobre nuestro pasado.

Y en este caso, lo que el hielo alpino nos ha contado es una historia de supervivencia, adaptación y, en última instancia, de renacimiento.

Referencias

  • Loveluck CP, McCormick M, Spaulding NE, et al. Alpine ice-core evidence for the transformation of the European monetary system, AD 640–670. Antiquity. 2018;92(366):1571-1585. doi:10.15184/aqy.2018.110

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2025-05-20 06:53:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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