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entre el instinto y el aprendizaje

entre el instinto y el aprendizaje

Normalmente se asume que los animales actúan movidos solo por el instinto, mientras el ser humano se mueve por la inteligencia y el aprendizaje. Desde la definición de Aristóteles del ser humano como animal racional, consideramos que el raciocinio, la inteligencia y el aprendizaje es lo que nos diferencia del resto de las especies.

Pero no es del todo cierto. Animales como los pulpos, las orcas o las abejas pueden desafiar esa idea preconcebida. Y también lo hace el propio comportamiento humano.

El instinto humano

Existen muchos comportamientos en el ser humano que se dan de forma instintiva, sin que ningún razonamiento aprendido intervenga. Los bebés se agarran a la ropa y al pelo de la persona adulta que los sostienen, en un intento de aferrarse para prevenir caídas, un comportamiento innato. También por instinto buscan el pecho de su madre y succionan su leche, sin que se les haya tenido que explicar cómo se hace.

Nadie le ha enseñado nunca a un bebé cómo debe mamar — Vyacheslav Argenberg/wikimedia

Otros comportamientos humanos, en origen, instintivos son las reacciones de lucha y huída. En situaciones de peligro o estrés, los seres humanos, como el resto de animales, exhiben una respuesta que anticipa un posible enfrentamiento, y todo el cuerpo se prepara para contraatacar o escapar de la situación. Y algunas reacciones emocionales, como la sorpresa o los miedos —especialmente los más atávicos—, pueden tener un alto componente instintivo, así como la ternura y la tendencia a proteger bebés y otras criaturas que comparten rasgos infantiles, el denominado kindchenschema.

Si es cierto que los seres humanos, animales supuestamente racionales, en ocasiones nos dejamos llevar por los instintos, entonces ¿puede que haya animales no humanos que desarrollen comportamientos racionales basados en el aprendizaje?

El aprendizaje e inteligencia en animales no humanos

El comportamiento animal es un fenómeno extraordinariamente complejo y multifactorial, donde se combinan factores instintivos y experiencias aprendidas, reacciones inmediatas y conductas deliberadamente razonadas e, incluso, calculadas.

Macacos desparasitándose — Leyo/wikimedia

Primates no humanos: de la imitación a la cultura

Los primates —aparte del ser humano— tienen una elevada capacidad de observación e imitación. Puede que esta capacidad sea instintiva, pero el aprendizaje que llevan a cabo en el proceso ya no lo es. Acciones como atusarse, desparasitarse o cuidar de las crías de otros son comportamientos aprendidos que mejoran la cohesión del grupo y garantizan su supervivencia.

Pero algunos primates llegan incluso a ser, también, creativos. No sabemos de dónde surgió el comportamiento, en chimpancés y bonobos, de emplear ramas finas para obtener termitas de sus enormes nidos, pero es una conducta que se transmite culturalmente en las poblaciones. Más curioso, y este sí, de origen conocido, fue el caso de Imo, una macaca japonesa que, en 1953, aprendió a lavar con agua los boniatos y el trigo, de modo que la comida estuviera limpia de tierra. Un comportamiento que rápidamente fue imitado por el resto del clan, compartido culturalmente, y que ha contado con innovaciones técnicas posteriores.

Los cuervos demuestran una gran inteligencia — R.Altenkamp/wikimedia

Cuervos y urracas: hábiles y calculadores

Hay muchos ejemplos de aves que presentan comportamientos aprendidos y razonados, pero de todos ellos, el de la familia de los córvidos es, probablemente, el caso más destacado. Los cuervos tienen una excelente capacidad de analizar y comprender patrones. Realizan pruebas de ensayo y error para resolver problemas de forma creativa e innovadora, pero además registran el grado de éxito y estiman la proporción de fracasos, optimizando las tareas y aprendiendo de sus errores, en una forma de pensar que se puede calificar de estadística.

Además son capaces de fabricar sus propias herramientas. Muchas aves emplean ramas, piedras y otros materiales de su entorno para determinadas acciones —en un sistema que tiene poco de instintivo—, pero los cuervos van más allá; manipulan esas herramientas, las modifican y optimizan, para maximizar su eficacia.

Las orcas tienen sus propios idiomas — Robert Pittman/NOAA

Las orcas: la políglota del mar

El estudio de las orcas ha abierto una ventana fascinante al mundo de la comunicación animal, rivalizando en complejidad con las formas de interacción más sofisticadas observadas en la naturaleza, incluso la comunicación del ser humano. Por supuesto destaca la capacidad, esta sí, innata, para comunicarse a través de un amplio repertorio de sonidos y mediante lenguaje corporal, una habilidad que comparten con otros cetáceos como ballenas, cachalotes y delfines. Estos sonidos y gestos nada tienen de instintivo. Es más, cada grupo de orcas habla “su propio idioma”, distinto del resto de los grupos. Esta peculiaridad de los «dialectos» de las orcas evidencia una transmisión cultural de patrones vocales. Un aprendizaje activo.

Pero el aprendizaje va más lejos. Las orcas pueden aprender nuevas vocalizaciones de especies ajenas como los delfines mulares. Una capacidad de aprendizaje contextual y una plasticidad comunicativa extraordinarias. Esta habilidad refuerza la cohesión social dentro de sus propias comunidades y facilita una colaboración interespecies inesperada, rompiendo barreras y estableciendo un precedente de intercambio cultural en el reino animal.

Las abejas aprenden a comunicar dónde está el alimento, bailando — Holger Ellgaard/wikimedia

Las abejas: inteligentes bailarinas

También entre los invertebrados hay organismos que demuestran su capacidad de aprender más allá de lo que les dictan sus instintos. Y uno de los mejores ejemplos lo encontramos en las abejas. Cuando encuentra una fuente de alimento, la abeja obrera es capaz de comunicar al resto de la colonia la dirección, la distancia, el tipo de alimento y su abundancia, mediante un sistema de comunicación excepcional, el baile.

La danza de las abejas, aunque puede parecer un comportamiento instintivo, tiene un componente importante de aprendizaje social. Las abejas jóvenes que no han tenido oportunidad de observar los bailes de otras abejas muestran deficiencias importantes en la ejecución correcta de los bailes, mientras, aquellas que observaron a las bailarinas experimentadas aprendieron a comunicar con precisión la ubicación y la calidad de los recursos más eficazmente. Y es que, efectivamente, las abejas, a pesar de su pequeño tamaño, poseen una capacidad notable para el aprendizaje y la adaptación.

Los pulpos son, probablemente, los invertebrados más inteligentes conocidos — Revital Salomon/wikimedia

El pulpo: un genio de ocho brazos

Si hay un invertebrado que merece el primer premio a la capacidad de resolución de problemas, la búsqueda de soluciones, la creatividad y la innovación, ese es el pulpo.

El pulpo tiene una inteligencia asombrosa. Cada cierto tiempo se descubre una nueva habilidad fascinante que algún pulpo ha demostrado en un laboratorio. Hay pulpos capaces de escapar por orificios mucho más pequeños que su cuerpo. Pueden manipular presas y objetos con sus brazos. Algunos consiguen abrir tarros en cuyo interior hay comida, o en los que están encerrados ellos mismos —y sí, los abren desde dentro—. Son capaces de resolver problemas complejos, experimentar con distintas soluciones y pueden demostrar su frustración cuando no superan sus retos. Tienen razonamiento matemático. Incluso se ha observado a pulpos creando y manipulando herramientas, un hecho insólito para un invertebrado.

Referencias:

  • Dong, S. et al. 2023. Social signal learning of the waggle dance in honey bees. Science, 379, 1015-1018. DOI: 10.1126/science.ade1702
  • Finn, J. K. et al. 2009. Defensive tool use in a coconut-carrying octopus. Current Biology, 19(23), R1069-R1070. DOI: 10.1016/j.cub.2009.10.052
  • Hirata, S. et al. 2008. “Sweet-Potato Washing” Revisited. En T. Matsuzawa (Ed.), Primate Origins of Human Cognition and Behavior (pp. 487-508). Springer Japan. DOI: 10.1007/978-4-431-09423-4_24
  • Johnston, M. et al. 2023. Crows flexibly apply statistical inferences based on previous experience. Current Biology, 33(15), 3238-3243.e3. DOI: 10.1016/j.cub.2023.06.023
  • Musser, W. B. et al. 2014. Differences in acoustic features of vocalizations produced by killer whales cross-socialized with bottlenose dolphins. The Journal of the Acoustical Society of America, 136(4), 1990-2002. DOI: 10.1121/1.4893906
  • Weiss, D. J. et al. 2010. Animal Learning and Behavior. En The Corsini Encyclopedia of Psychology (pp. 1-3). John Wiley & Sons, Ltd. DOI: 10.1002/9780470479216.corpsy0061

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-03-06 16:30:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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