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Este estudio confirma el impacto ecológico que el pastoreo neolítico provocó en el ecosistema de los Pirineos

Este estudio confirma el impacto ecológico que el pastoreo neolítico provocó en el ecosistema de los Pirineos

En los estudios tradicionales, la alta montaña se ha considerado un espacio marginal en la historia de la agricultura y el pastoreo. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Communications Earth & Environment (Nature Portfolio) ha desmontado esta percepción. Mediante el análisis de ADN sedimentario antiguo (sedaDNA) procedente del lago Tramacastilla, en el Pirineo central español, los investigadores han demostrado que la actividad pastoral en esta región comenzó hace más de 6.000 años y modificó de forma significativa el paisaje vegetal. Este hallazgo, por tanto, replantea el papel de los ecosistemas de alta montaña en la historia ecológica del Neolítico europeo.

El lago Tramacastilla: un archivo natural de 12.000 años

El estudio se centra en el lago Tramacastilla, situado a 1.682 metros sobre el nivel del mar en la vertiente meridional del Pirineo central. Este pequeño lago de origen glaciar funciona como un auténtico archivo natural, ya que ha acumulado en sus sedimentos restos orgánicos de plantas y animales durante milenios. Así, el equipo internacional de investigadores, liderado por Verena Rottler y Laia Riera-Mora, ha analizado muestras de sedimentos que abarcan un periodo de entre 12.200 y 1.300 años que permiten reconstruir los cambios en la vegetación y la fauna de la región.

A través del sedaDNA, una técnica que permite identificar restos genéticos de organismos antiguos conservados en los sedimentos, los científicos pudieron detectar con precisión la presencia de especies vegetales y animales, tanto silvestres como domésticas. La alta resolución temporal y ecológica del análisis ha hecho posible determinar de manera clara la llegada y persistencia de la ganadería neolítica en la alta montaña.

Lago de Tramacastilla
Datos relativos al lago de Tramacastilla. Fuente: Julián-Posada, Irene, et al. 2025

La llegada del ganado al Pirineo central: ovejas y vacas hace más de 6.000 años

Uno de los hallazgos más reveladores del estudio ha sido la detección de ADN de ovejas (Ovis aries) en los sedimentos datados hace unos 6.500 años, seguido de la aparición de ganado vacuno (Bos taurus) hace unos 5.900 años. Esta evidencia confirma que la ganadería neolítica alcanzó las zonas de alta montaña del Pirineo central de forma temprana y sostenida.

Hasta ahora, se pensaba que los usos pastorales en estas regiones habían sido esporádicos o estacionales, pero el estudio indica una presencia continuada de ganado durante milenios. El registro de sedaDNA, por tanto, muestra una ocupación y una práctica reiterada del pastoreo que transformó activamente el ecosistema.

Pastor de ovejas en los Pirineos
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Cambios en la vegetación: de bosques caducifolios a pastizales abiertos

La llegada del pastoreo no solo ha dejado en los sedimentos un rastro genético animal, sino también vegetal. A partir de hace unos 6.000 años, el paisaje en torno al lago Tramacastilla pasó de ser un entorno dominado por bosques caducifolios a otro con vegetación más abierta. Esta transformación coincide temporalmente con la aparición de ganado, por lo que los investigadores las han interpretado como consecuencia de la presión del pastoreo sobre el ecosistema.

La vegetación arbustiva y herbácea, típica de los paisajes de pasto, sustituyó de forma progresiva a especies como el avellano (Corylus avellana) o el roble (Quercus). Este cambio no fue puntual, sino que se consolidó con el tiempo, en especial a partir del 2.200 a. C., cuando el paisaje, constituido por un mosaico de pastizales, se estabilizó.

Roble
La práctica del pastoreo en los Pirineos durante el Neolítico modificó el paisaje de bosques caducifolios. Fuente: Pixabay

La huella humana en los ecosistemas de montaña

El estudio subraya, además, que estos cambios ecológicos no pueden atribuirse de forma exclusiva a la acción humana. Hace unos 4.200 años, Europa experimentó un episodio de enfriamiento climático que afectó al continente en su conjunto. Este enfriamiento, sumado a la presión antrópica del pastoreo, produjo una sinergia que aceleró la transición ecológica hacia paisajes abiertos.

Este hallazgo resulta de especial relevancia porque demuestra que los ecosistemas de montaña son espacios altamente sensibles tanto a la intervención humana como a las oscilaciones climáticas. Los autores destacan que el paisaje actual del Pirineo es el resultado de estos procesos de largo plazo.

El Neolítico en las alturas: reconsiderando la historia de la montaña

La presencia continua de ganadería en alta montaña desde el Neolítico sugiere que las comunidades humanas aprovecharon los recursos estas regiones de forma sistemática, y no solo como espacios marginales. Esto obliga a repensar el modelo tradicional de transición agrícola, que privilegiaba las tierras bajas como centros de innovación.

La adaptación a las condiciones de altura, la movilidad del ganado y el aprovechamiento estacional de los pastos reflejan una complejidad económica que hasta ahora se había subestimado. Este estudio muestra que las comunidades neolíticas desarrollaron estrategias sofisticadas para explotar los recursos de la alta montaña de forma sostenible.

Avellano
Avellano. Fuente: Pixabay

Metodología pionera y colaboración interdisciplinar

El trabajo destaca también por su enfoque metodológico innovador. La utilización del sedaDNA ha permitido superar las limitaciones de otros registros, como el polen o los carbones, que ofrecen información más indirecta. Gracias a esta técnica, se han podido identificar de manera directa especies de animales y plantas que no dejan restos visibles en el registro arqueobotánico.

El proyecto es fruto de una colaboración internacional entre instituciones como el Instituto Max Planck de Geoantropología, el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit-CSIC), la Universidad de Berna y la Universidad de Barcelona. Este carácter interdisciplinar ha resultado fundamental para integrar datos genéticos, paleoambientales, arqueológicos y climáticos en una narración coherente.

Lago Tramacastilla durante el Holoceno
Datos paleoecológicos relativos al lago Tramacastilla durante el Holoceno. Fuente: Julián-Posada, Irene, et al. 2025

Una huella ecológica de larga duración

El estudio del lago Tramacastilla representa una aportación fundamental para la comprensión del impacto humano en los ecosistemas de montaña. La evidencia demuestra que la actividad pastoral neolítica, lejos de resultar anecdótica o marginal, fue un factor decisivo en la transformación de los paisajes pirenaicos.

Este trabajo no solo revaloriza el papel de la alta montaña en la historia ecológica europea, sino que también ofrece lecciones valiosas sobre la vulnerabilidad de estos entornos frente a los cambios inducidos por el ser humano. Comprender esta historia de larga duración es esencial para abordar los retos de conservación y gestión del paisaje en el presente.

Referencias

  • Julián-Posada, Irene, et al. 2025. «Neolithic pastoralism and plant community interactions at high altitudes of the Pyrenees, southern Europe.» Communications Earth & Environment 6.1: 48. DOI: https://doi.org/10.1038/s43247-025-02023-8

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2025-06-11 08:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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