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Estos fósiles atribuidos a plantas en realidad eran tortugas

Estos fósiles atribuidos a plantas en realidad eran tortugas

En la tranquila región de Villa de Leyva, Colombia, un lugar conocido por su riqueza paleontológica, el padre Gustavo Huertas dedicó años, de 1950 a 1970, a recolectar meticulosamente rocas y fósiles. De todos los descubrimientos del sacerdote, dos especímenes de su colección captaron su atención por su forma oval, aplanados, con una especie de tallo central en su interior y ramificaciones laterales que divergen en patrones planos, que recuerdan a los nervios de las hojas. Por estas características, fueron catalogados como fósiles de plantas, bajo el nombre científico ‘Sphenophyllum colombianum’. Estos ejemplares permanecieron desde entonces en la colección del Padre Huertas, considerados como un enigma de la flora del Cretácico Temprano.

Esquema del fósil del Padre Huertas (A), junto a dos fósiles del género Sphenophyllum (B y C) — (Palma-Castro et al., 2023)

El descubrimiento

La colección del Padre Huertas despertó la curiosidad del paleontólogo Fabiany Herrera, del Museo Field de Chicago, y de su estudiante, Héctor Palma-Castro. La decisión de revisar minuciosamente los abundantes ejemplares fue el germen de esta historia. A primera vista, los dos fósiles de ‘Sphenophyllum colombianum’ presentaban una morfología que, efectivamente, recordaba a las hojas de una planta, pero una inspección más detallada planteó dudas razonables sobre su pertenencia al reino Plantae.

A medida que Herrera y Palma-Castro profundizaron en su análisis, fueron desentrañando la verdadera identidad de estos enigmáticos fósiles. Con la ayuda de tecnologías avanzadas de imagen, como la tomografía computarizada, el equipo de investigación descubrió características que no coincidían con las de una planta. Estas características eran, en realidad, indicativas de caparazones de tortugas bebé, una conclusión preliminar posteriormente confirmada tras un estudio comparativo con fósiles de tortugas conocidos. Este hallazgo tan sorprendente contradecía décadas de interpretación y clasificación anteriores.

Fósil de ‘Turtwig’ (A) y esquema resaltando los rasgos más característicos del fósil (B) — (Palma-Castro et al., 2023)

‘Turtwig’, el fósil de un bebé de tortuga

Los fósiles ahora conocidos como ‘Turtwig’ presentan un tamaño y morfología que recuerda a las tortugas bebé actuales. Cada uno tiene un diámetro de unos pocos centímetros, semejante al tamaño de una tortuga recién nacida. Su forma es circular y aplanada, con un patrón en el centro que evoca el diseño de un caparazón joven.

La relación de estos fósiles con otras tortugas se hace evidente al comparar sus características morfológicas con las de especímenes juveniles de tortugas fósiles y modernas. Los análisis han revelado similitudes notables en la estructura del caparazón, lo que sugiere una conexión evolutiva con las tortugas que conocemos hoy. Este vínculo ofrece una ventana única al pasado, que nos permite entender mejor cómo han evolucionado estas criaturas a lo largo de millones de años.

El apodo para estos fósiles no es casual. Está inspirado en el Pokémon Turtwig, la forma infantil de un pokemon tortuga, de la cuarta generación de videojuegos, cuya forma juvenil recibe el nombre de Grotle y, el adulto, Torterra. Para los investigadores, este nombre —no oficial; aún no han recibido nombre científico— refleja la naturaleza juvenil y el potencial evolutivo de estos fósiles. El apodo es un guiño a la cultura popular que ayuda a contextualizar y humanizar un descubrimiento científico, haciendo que la paleontología sea accesible y atractiva para un público más amplio.

Pokémon Turtwig, que da el nombre al fósil — Segmentnext / Nintendo

Implicaciones del descubrimiento

El descubrimiento de los fósiles ‘Turtwig’ y su correcta identificación como tortugas bebé tiene implicaciones significativas en diversos ámbitos de la paleontología y la biología evolutiva. Este hallazgo no solo rectifica un error de clasificación que duró décadas, sino que también enriquece nuestro entendimiento sobre la diversidad de la fauna del Cretácico Temprano en América del Sur, especialmente en Colombia.

Primero, este descubrimiento destaca la importancia de revisar y reevaluar colecciones paleontológicas antiguas. Los fósiles de ‘Turtwig’ demuestran que incluso colecciones bien estudiadas pueden albergar secretos y malentendidos, esperando ser descubiertos por nuevas generaciones de científicos con tecnologías y conocimientos actualizados. Este caso subraya la necesidad de mantener una mente abierta y cuestionar constantemente las interpretaciones existentes en el campo de la paleontología.

Bebé de tortuga golfina —con la que se ha comparado a ‘Turwig’ — Aneese / iStock

En segundo lugar, el estudio de estos fósiles aporta información valiosa sobre la ecología y la biología de las tortugas del Cretácico. La identificación de estos especímenes como tortugas bebé ofrece una rara oportunidad para estudiar el crecimiento y el desarrollo de estas criaturas en sus etapas más tempranas, un aspecto poco conocido en el registro fósil. Esta información es crucial para comprender la evolución y adaptación de las tortugas a lo largo de millones de años, incluyendo aspectos como su desarrollo embrionario, crecimiento y supervivencia en entornos prehistóricos.

Además, el descubrimiento de ‘Turtwig’ en Colombia resalta la riqueza paleontológica de esta región, aún no explorada ni valorada por completo.

Por último, el nombre o apodo ‘Turtwig’, inspirado en la cultura popular, es un recordatorio de cómo la ciencia puede conectarse con el público general y acercar la paleontología a un público más amplio, generando interés y curiosidad sobre el pasado de nuestro planeta y la evolución de sus habitantes.

Referencias:

  • Palma-Castro, H. et al. 2023. An Early Cretaceous Sphenophyllum or a hatchling turtle? Palaeontologia Electronica. DOI: 10.26879/1306

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2024-01-04 17:27:30
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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