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La sorprendente historia del descubrimiento de la migración de las aves

La sorprendente historia del descubrimiento de la migración de las aves

La migración de las aves fue durante mucho tiempo un misterio que ha intrigado a científicos y observadores de la naturaleza por igual. Antes de obtener pruebas concretas, abundaban las hipótesis sobre dónde y cómo pasaban los inviernos estos animales. En la antigüedad, ya Aristóteles se preguntaba sobre el paradero de las aves durante el invierno y en la Biblia, el libro de Job (39:26) habla de aves que despliegan sus alas y vuelan hacia el sur. Sin embargo, la ausencia de evidencia concreta de qué hacían o dónde iban en su viaje hacia el sur, llevó a las especulaciones más peregrinas, desde que hibernaban en el fondo del mar hasta que se transformaban en ratones.

La idea de la hibernación de las aves durante el invierno fue una hipótesis ampliamente aceptada durante siglos. Ante la ausencia de pruebas, incluso figuras prominentes como Carl von Linné, el padre de la taxonomía moderna, mantenían creencias erróneas al respecto. En ese contexto de incertidumbre, surgió la necesidad de pruebas sólidas que explicaran los patrones de migración de las aves.

Las cigüeñas viajan al sur en invierno. — AndyWorks/iStock

La cigüeña de Mecklenburg

La historia que revolucionaría nuestra comprensión de la migración de las aves comenzó en 1822, en un pequeño pueblo alemán llamado Klütz, en el estado de Mecklenburg-Vorpommern. Allí se encontró una cigüeña blanca con una herida inusual: una flecha de 80 centímetros de longitud, de procedencia africana, estaba empalada en su cuello. La cigüeña fue abatida por Christian Ludwig Reichsgraf von Bothmer en su finca, conocida como la finca Bothmer, cerca de Mecklenburg. Ya en el suelo, el aristócrata quedó atónito al descubrir la inusual lesión de la cigüeña.

La cigüeña había sido herida en algún lugar de África central con una flecha que le había atravesado el cuello de forma oblicua, pero sin dañar ninguna parte vital. Incapaz de liberarse del proyectil, logró emprender un asombroso viaje de regreso a Europa. Este extraordinario retorno con la flecha incrustada en su cuerpo despertó de inmediato la curiosidad y se convirtió en símbolo de los misterios de la migración de las aves. Era una prueba física, palpable e innegable de que las cigüeñas viajan a África en invierno y regresan a Europa en primavera.

El descubrimiento de la cigüeña de la flecha de Mecklenburg —así se le llama— marcó un punto de inflexión en la investigación de la migración de las aves y puso fin a siglos de especulación e hipótesis erróneas sobre el paradero de las aves durante el invierno. A partir de ese momento, los científicos y ornitólogos comenzaron a tomar en serio la investigación de las rutas migratorias de las aves.

El ejemplar de la cigüeña de la flecha de Mecklenburg fue preservado y se puede contemplar en la colección zoológica de la Universidad de Rostock. Este ejemplar disecado se convirtió en un recordatorio perenne de la asombrosa historia y el papel que desempeñó en la comprensión de la migración de las aves. Desde entonces, se han documentado hasta 25 casos de cigüeñas blancas que han traído consigo flechas enteras o fragmentadas desde África a Europa.

La cigüeña de la flecha de Mecklenburg. — Universidad de Rostock

De la flecha en el cuello al seguimiento por satélite

Con el tiempo, se desarrollaron métodos más avanzados. Si una cigüeña era capaz de cubrir la distancia de África a Europa con una flecha atravesada en el cuello, ¿por qué no marcar a los animales con instrumentos inocuos, que se puedan identificarse fácilmente? Así nació la anillación de aves, práctica que aún se realiza hoy. Anillas únicas para cada animal, que se disponen en la pata, de modo que no entorpezca al ave, pero que tampoco se caiga, y que llevan grabados una serie de códigos que permiten la identificación del ejemplar allá donde se encuentre.

Con la llegada de las tecnologías GPS, el abanico de técnicas se amplió significativamente. Hoy, además del anillamiento, se realizan seguimientos por satélite, y telemetría por radio. Estas tecnologías permiten conocer más exactamente las rutas y áreas de invernada de las especies migratorias. Se descubrió, por ejemplo, que las cigüeñas blancas europeas utilizan dos rutas de migración: la ruta occidental, a través de Gibraltar, o la ruta oriental, a través de Oriente Medio, hacia sus áreas de invernada en África.

A pesar de algunas limitaciones, la investigación sigue avanzando y el estudio de la migración de las aves continúa siendo parte fundamental de la comprensión de la naturaleza. Y la historia de la cigüeña de la flecha de Mecklenburg sigue siendo un recordatorio de cómo un caso singular cambió nuestra comprensión de un fenómeno natural que había desconcertado a la humanidad durante siglos.

Referencias:

  • Kaatz, M. et al. 2023. From “arrow storks” to search engine data: Google Trends reveals seasonality in search interest for migratory white storks (Ciconia ciconia) in Germany. Zoologischer Anzeiger, 307, 83-88. DOI: 10.1016/j.jcz.2023.09.005
  • Richter, S. et al. 2018. ROSTOCK: The Zoological Collection of the University of Rostock. En L. A. Beck (Ed.), Zoological Collections of Germany: The Animal Kingdom in its Amazing Plenty at Museums and Universities (pp. 583-589). Springer International Publishing. DOI: 10.1007/978-3-319-44321-8_49
  • Universität Rostock. 2003. Der Rostocker Pfeilstorch. Der Sprössling: Sprachrohr der Fachschaft Biologie Rostock, 3, 9-11.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-10-14 06:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades