Menú Cerrar

Los espías españoles de la Segunda Guerra Mundial

Los espías españoles de la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, España mantuvo una postura oficial de neutralidad, una delicada posición diplomática orquestada por el régimen de Francisco Franco. Sin embargo, bajo esta fachada de imparcialidad, la península ibérica bullía con una intensa y compleja red de espionaje que involucraba tanto a los Aliados como a las Potencias del Eje. En este caldero de intrigas internacionales, emergió una figura excepcional: Juan Pujol García, más conocido por su nombre en clave, Garbo. Este enigmático personaje, sin experiencia previa en espionaje y con una habilidad natural para el engaño, se convirtió no solo en un doble agente crucial para el MI5 británico, sino también en una leyenda al ser el único individuo condecorado tanto por los Aliados como por los nazis. Su historia es un testimonio de cómo, en las sombras de la neutralidad, España se convirtió en un escenario clave del teatro de espionaje mundial.

Soldado en la Segunda Guerra MundialJacom Stephens / iStock

Espionaje en España

Madrid y Barcelona, durante la Segunda Guerra Mundial, se transformaron en verdaderos tableros de ajedrez para espías de todo el mundo. La presencia de la Abwehr y la Gestapo en estas ciudades era notablemente densa, con agentes desplegados en la amplia embajada alemana y en cafés, hoteles y salones de té que servían de fachada para sus operaciones encubiertas. España, con su fachada de neutralidad, era el lugar perfecto para la recopilación de inteligencia y el manejo de operaciones de espionaje. Los espías españoles, a menudo jugando roles dobles, navegaban en este entorno complejo, manipulando información y alineaciones para asegurar su supervivencia y ventaja personal. Esta intrincada red convertía a ambas ciudades en centros neurálgicos de la guerra de espionaje, donde la información se traficaba como una moneda más valiosa que el oro, influyendo en decisiones que resonaban mucho más allá de las fronteras españolas.

Joan Pujol García, alias GarboWikimedia

Alias Garbo

Juan Pujol García, conocido por el sobrenombre de Garbo, es quizás uno de los espías más fascinantes de la Segunda Guerra Mundial. Su historia es un relato de transformación y astucia, de un hombre común que se convirtió en una pieza clave en uno de los engaños más significativos del conflicto: el Desembarco de Normandía.

Inicialmente antifranquista, Pujol se vio atrapado en la complejidad de la guerra civil española, lo que forjó en él un profundo deseo de contribuir a un mundo libre de tiranía. Esta motivación le llevó a ofrecer sus servicios como espía a los Aliados, pero fue inicialmente rechazado por el MI5 británico. No disuadido, creó una identidad falsa como simpatizante del nazismo y se ofreció a la Abwehr, el servicio de inteligencia alemán, que lo aceptó sin sospechar que sería el doble agente que contribuiría decisivamente a su derrota.

Desde Lisboa, y luego desde Londres, Garbo creó una red ficticia de espías y proporcionó a los alemanes información cuidadosamente diseñada para engañar y confundir. Su obra maestra fue convencer a los nazis de que el ataque aliado se centraría en Calais y no en Normandía. El éxito de este engaño fue tal que, incluso después del Día D, los alemanes mantuvieron sus fuerzas en Calais, esperando un segundo asalto que nunca llegó.

Por su extraordinaria contribución, Garbo fue el único individuo en la guerra en ser condecorado tanto por los alemanes, quienes le otorgaron la Cruz de Hierro, como por los británicos, quienes le concedieron la Orden del Imperio Británico. Su legado no solo reside en la brillantez de su engaño, sino también en el testimonio de cómo la inteligencia y la audacia pueden cambiar el curso de la historia.

Comunicación por radio en un puesto de batallaChris Price / iStock

Velasco y Calvo

Ángel Alcázar de Velasco y Luis Calvo fueron otras figuras destacadas en el complejo mundo del espionaje español durante la Segunda Guerra Mundial. Alcázar de Velasco, un falangista con un pasado como torero y periodista, se convirtió en agregado de prensa en la Embajada Española en Londres. Allí, intentó sin mucho éxito establecer una red de espionaje para los alemanes, marcado por su flagrante indiscreción y su tendencia a frecuentar lugares exclusivos de Londres con su uniforme falangista, lo que comprometió varias operaciones.

Por otro lado, Luis Calvo, corresponsal del diario ‘ABC’ y futuro director del periódico, también se vio involucrado en actividades de espionaje. Aunque fue detenido por el MI5 y llevado a un campo de prisioneros, su historia resalta la importancia de la inteligencia en la guerra, aunque su contribución fue limitada por su captura temprana.

Ambos casos reflejan cómo la improvisación y el oportunismo caracterizaron a muchos de los espías de la época, impactando de maneras imprevisibles en el desarrollo del conflicto.

Efectos del espionaje en la política de guerra

A pesar de su proclamada neutralidad en la Segunda Guerra Mundial, España se convirtió en un hervidero de actividad de espionaje que influyó significativamente tanto en su política interna como en las relaciones internacionales. La presencia simultánea de espías del Eje y los Aliados convirtió al país en un escenario de guerra no declarada, donde la información era una herramienta crucial para las operaciones militares globales y las estrategias políticas.

Este entramado de espionaje tuvo repercusiones directas en la política española, complicando su relación tanto con las potencias del Eje como con los Aliados. La habilidad del gobierno de Franco para mantener una fachada de neutralidad, mientras permitía ciertas operaciones de inteligencia de ambos bandos, le ayudó a evitar la entrada directa en el conflicto, manteniendo así una precaria estabilidad interna y asegurando la supervivencia del régimen.

Este delicado equilibrio demostró la importancia estratégica de España en el tablero político internacional, y cómo el espionaje puede alterar significativamente las políticas de guerra y paz entre naciones.

Soldado en la Segunda Guerra MundialGetty Images

El legado de los espías españoles en la Segunda Guerra Mundial subraya una fascinante paradoja: individuos poco convencionales y frecuentemente subestimados jugaron roles cruciales en uno de los conflictos más definitorios del siglo XX. Estas figuras, operando desde un país neutral en papel, pero activo en las sombras, demostraron cómo la astucia y la inteligencia pueden influir en el curso de la historia. Su impacto va más allá de las operaciones militares; cambiaron el arte del espionaje, dejando un legado perdurable en la inteligencia internacional y en la estrategia de guerra moderna.

Referencias:

Montero Rocher, C. 2020. La España del III Reich: espías, operaciones militares y el secreto de la bomba atómica española. Cydonia.

Ros Agudo, M. 2016. El espionaje en España en la guerra civil y la Segunda Guerra Mundial: una visión general. Diacronie. Studi di Storia Contemporanea 28 (4). DOI: 10.4000/diacronie.4751.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-06-29 15:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Mi resumen de noticias

WhatsApp