Obviamente no hay forma de que alguien en el año 1700 o antes tuviera siquiera un atisbo de conocimiento tecnológico real sobre la electricidad, y mucho menos sobre los teléfonos inteligentes. Pero más tarde, a medida que la ciencia ficción se convirtió en un género por derecho y los autores desarrollaran un conocimiento científico serio y un gran interés por la tecnología, las versiones ficticias del futuro comenzaron a ser más precisas. Muchos autores y realizadores colaboraron o comprobaron sus teorías con científicos, haciendo que su trabajo fuese más exacto y, a veces, profético.
Las dos lunas de Marte
En el libro “Los viajes de Gulliver”, publicado en el año 1735, Jonathan Swift predijo que Marte tenía dos lunas basándose en las hipótesis del astrónomo Johannes Kepler planteadas a principios del siglo XVII. 150 años más tarde, se produjo el descubrimiento de los satélites Fobos y Deimos, un hecho del todo sorprendente ya que la óptica disponible en tales siglos no permitía ver cuerpos celestes tan pequeños y tan próximos a los planetas.
Submarino
En “20.000 leguas de viaje submarino” (1879), Julio Verne ideó un enorme submarino eléctrico llamado Nautilus, un tipo de transporte marino que no fue inventado hasta el año 1960, si bien es cierto que en 1800 ya existían prototipos que pudieron haber inspirado al escritor francés. En cualquier caso, se trata del literato con mayor capacidad para anticiparse a los avances venideros, debido probablemente a su gran afición por la ciencia y la lectura.
Tarjeta de crédito
Bomba atómica
Radar
En “Ralph 124C 41+”, Hugo Gernsback mencionaba un dispositivo llamado “telephot”, que permitía a las personas verse mientras se hablaban desde largas distancias, idea precursora del actual Skype. Escrita en al año 1914, la novela introduce también el concepto de radar, descrito literalmente como «una ola de éter polarizada pulsante que se refleja en objetos metálicos y regresa al emisor, permitiendo calcular así la posición y distancia».
Sistemas de vigilancia
Redes sociales
J. G. Ballard escribió en 1977 un ensayo que resultó ser asombrosamente profético, especialmente en lo referido a las redes sociales, como muestra este fragmento del mismo: «Cada una de nuestras acciones durante el día, a lo largo de todo el espectro de la vida cotidiana, será instantáneamente grabada en video. Por la noche nos sentaremos a ver las imágenes, seleccionadas por una computadora entrenada para elegir sólo nuestros mejores perfiles, nuestros diálogos más inteligentes, nuestras expresiones más afectuosas, capturadas a través de los filtros más amables, y luego juntaremos todo ello para tener una reconstrucción mejorada de nuestro día».
Satélites artificiales
Antidepresivos
Aldous Huxley presagió en su novela “Un mundo feliz” (1932) los antidepresivos, que en la medicina moderna no fueron considerados ni estudiados hasta 1950. Los personajes del libro disponen de una droga llamada Soma, que “levanta un muro impenetrable entre el mundo real y la mente de sus usuarios”. El prolífico escritor también predijo el desarrollo de la ingeniería genética.
Auriculares
En «Farenheit 451», Ray Bradbury describe unos particulares audífonos con micrófono que permiten a los individuos a hablar entre ellos. Se trata de una anticipación de los actuales auriculares de teléfonos, que no fueron comercializados hasta el año 2001, y de la comunicación por Bluetooth.
Ciberespacio
Un subgénero de la literatura de ciencia ficción, denominado “cyberpunk”, ha protagonizado también predicciones sorprendentes; William Gibson, en su primera obra, “Neuromante” (1984), acuñó el término “ciberespacio” y predijo con considerable antelación el fenómeno de Internet y la realidad virtual.
Tabletas
Alimentos derivados de insectos
Coches autónomos
Vehículos militares autónomos
Hoverboards, tecnología vestible…
Verne se anticipó al momento histórico
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es
Publicado el: 2023-01-21 04:00:00
En la sección: Muy Interesante