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Un hito en la diplomacia antigua

Un hito en la diplomacia antigua

Firmado entre el faraón egipcio Ramsés II y el rey hitita Hattusili III, el Tratado de Kadesh puso fin a los largos años de conflicto que enfrentaron a dos de las mayores potencias de la Edad del Bronce. Este ejemplo de la diplomacia internacional se selló en el siglo XIII a. C., por lo que se considera el tratado de paz más antiguo que se conoce.

El conflicto que llevó a la firma del tratado

La rivalidad territorial y política había marcado las relaciones entre Egipto y el Imperio hitita a lo largo de centurias. Durante el siglo XIV a. C., ambas fuerzas se enfrentaron por el control de Canaán y Siria, regiones estratégicas por su posición geográfica y económica. Fruto de esta rivalidad se produjo la batalla de Kadesh. El desencuentro militar tuvo lugar alrededor de 1274 a. C. en la ciudad siria de Kadesh y acabó por dar nombre tanto al enfrentamiento como al subsiguiente tratado.

Batalla de Qadesh en Abydos
Escena de la batalla de Kadesh representada en un relieve egipcio. Fuente: Roland Unger/Wikimedia

La batalla de Kadesh

La batalla de Kadesh fue uno de los enfrentamientos más importantes y documentados de la Edad del Bronce. Se gestó como resultado de las tensiones entre el Egipto de Ramsés II y el Imperio hitita liderado por Muwatalli II.

Egipcios contra hititas: la estrategia militar

La batalla sucedió en torno a 1274 a.C. y tuvo como escenario las inmediaciones del río Orontes, en el norte de la actual Siria. Ramsés II buscaba consolidar el control egipcio en Canaán y Siria. Para ello, el faraón movilizó un gran ejército compuesto por cuatro divisiones principales, cada una nombrada en honor a una deidad egipcia: Amón, Ra, Ptah y Seth. Por su parte, el rey hitita Muwatalli II, con la ayuda de un vasto contingente militar al que se habían sumado los aliados de sus estados vasallos, diseñó un plan para emboscar al ejército egipcio.

Un elemento que limitó la eficiencia del ejército faráonico fue que las cuatro divisiones de su ejército marchaban por separado hacia Kadesh. Los hititas, además, recurrieron al engaño como estrategia: enviaron desertores para informar a Ramsés II de que las fuerzas hititas estaban lejos, cuando en realidad se ocultaban cerca de Kadesh. Como resultado, la división Amón, que lideraba la marcha, recibió un ataque inesperado. Ramsés II, sin embargo, logró reorganizar sus tropas y, gracias al apoyo de la Guardia Real egipcia y a la colaboración de mercenarios locales, consiguió resistir la emboscada hitita.

Hititas contra egipcios en la batalla de Kadesh
La batalla de Kadesh en Abu Simbel. Fuente: Aoineko/Wikimedia

Una batalla sin ganadores

El combate fue feroz. En él, los numerosos carros de guerra desempeñaron un papel central. Los hititas, famosos por sus avances en el diseño de carros, intentaron usar su superioridad técnica para desestabilizar a los egipcios. Sin embargo, Ramsés II logró mantener su posición cerca de las murallas de Kadesh. Finalmente, aunque ambos bandos reclamaron la victoria para sí, la batalla concluyó sin un ganador claro.

En términos estratégicos, la batalla no supuso cambios significativos en la distribución territorial, pero marcó el inicio de un proceso que culminaría con la firma del Tratado de Kadesh. La batalla puso en evidencia la incapacidad de ambas potencias para imponerse militarmente y sentó las bases para una solución diplomática.

Los textos del tratado de Kadesh que han llegado hasta nosotros

El tratado de Kadesh se firmó hacia el año 1259 a.C., unos 15 años después de la batalla homónima. El texto ha llegado a nuestros días a través de inscripciones en ambas tradiciones culturales. Tanto los textos egipcios como hititas preservan el contenido del tratado y ofrecen perspectivas complementarias sobre su significado. Las diferencias entre las dos versiones reflejan los intereses políticos de ambas partes, pero también muestran cómo el tratado buscaba legitimar la posición de cada uno de los firmantes. Constituye, además, una de las evidencias tempranas del uso de la diplomacia escrita como herramienta para gestionar las relaciones internacionales.

Las versiones egipcias

Las inscripciones egipcias que recogen el tratado están grabadas en jeroglífico en las paredes del templo de Karnak y en el Ramesseum, el templo funerario de Ramsés II. Estas versiones enfatizan el papel de Ramsés II como un líder magnánimo que buscó la paz el bienestar de su pueblo. Los egipcios describieron el tratado como una «paz eterna», resaltando su naturaleza vinculante y duradera.

Las versiones hititas

En el contexto hitita, el tratado se documenta en tablillas de arcilla en escritura cuneiforme y lengua acadia, el idioma diplomático de la época, usada para la comunicación internacional. Estas tablillas se hallaron en Hattusa, la capital del Imperio hitita. A diferencia de las inscripciones egipcias, los textos hititas presentan a Hattusili III, sucesor de Muwatalli II, como un negociador astuto que aseguró un acuerdo favorable para su reino.

Tablilla cuneiforme con el tratado de Kadesh
Versión hitita del tratado de Kadesh. Fuente: Osama Shukir Muhammed Amin FRCP(Glasg)/Wikimedia

Las condiciones del tratado

El tratado de Kadesh, también conocido como el tratado de Paz Eterna, estableció una serie de parámetros para resolver los conflictos entre Egipto y el Imperio hitita. Los acuerdos incluyeron disposiciones sobre la no agresión, la cooperación militar y el retorno de refugiados. El texto, además, estaba respaldado por juramentos solemnes ante los dioses de ambos pueblos. Las inscripciones hititas mencionan a los dioses del propio panteón, mientras que las versiones egipcias invocan a deidades como Ra y Seth. Este aspecto subraya su carácter inviolable.

No agresión

Ambas partes se comprometieron a no invadir el territorio del otro ni a emprender acciones hostiles. Este pacto buscaba garantizar la estabilidad en la región y prevenir futuros conflictos.

Cooperación militar

También incluía un acuerdo de asistencia mutua en caso de ataques por parte de terceros. Esta cláusula refleja el contexto político de la época, en el que otras potencias operativas en el Próximo Oriente, como Asiria, emergían ya como una amenaza significativa. La cooperación entre Egipto y los hititas, por tanto, permitía a ambos concentrar recursos para proteger sus intereses e integridad.

Retorno de refugiados

Una cláusula notable del tratado abordaba el retorno de refugiados y desertores. Se estipuló que las personas que huían de uno de los reinos para buscar asilo en el otro debían ser devueltas. Esto fue crucial para preservar la estabilidad política.

Ejército marchando por el desierto
El tratado de Kadesh es un ejemplo histórico del uso de la diplomacia para resolver conflictos. Recreación fantasiosa de un ejército. Fuente: Microsoft Designer/Erica Couto

El legado histórico del tratado de Kadesh

El Tratado de Kadesh no solo puso fin a las hostilidades entre Egipto y el Imperio hitita, sino que también sentó precedentes para el uso de la diplomacia internacional en la resolución de conflictos. Su naturaleza escrita, sus términos detallados y su interés por salvaguardar los intereses de ambas partes lo convierten en un modelo temprano de tratados modernos.

Este tratado, además, se ha tomado como prueba de que la negociación y la cooperación son alternativas válidas frente a la confrontación militar. En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York se exhibe una réplica del tratado como un símbolo de la capacidad humana para buscar soluciones pacíficas incluso en tiempos dominados por la rivalidad y las tensiones.

Referencias

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-12-01 08:30:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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