La cultura popular ha hecho que imaginemos la Edad media como un tiempo de castillos, caballeros y epidemias devastadoras. Sin embargo, e incluso cuando se discute la validez de la categoría «Medievo» en los análisis históricos este periodo no pudo ser más rico y diverso. Un nuevo estudio arqueológico ha arrojado luz sobre la vida cotidiana en los márgenes del Imperio Jin, concretamente en los asentamientos vinculados al sistema de murallas medievales del sudeste de Mongolia. A partir de las excavaciones realizadas en 2023 por un equipo internacional en la provincia mongola de Sukhbaatar, se han obtenido datos significativos sobre la cronología, la función y la dinámica social de estos espacios fronterizos.
Un sistema fronterizo medieval poco conocido
El llamado Medieval Wall System (MWS) o Sistema de murallas medieval alude a una red de murallas, fosos y recintos construida entre los siglos X y XIII d. C. en regiones hoy pertenecientes a China, Mongolia y Rusia. Aunque otras murallas, como la Gran Muralla, China gozan de mayor fama, el MWS sigue siendo una estructura enigmática cuya función y significado mantenían abiertas las pesquisas históricas.
Desde 2018, el proyecto “The Wall: people and ecology in medieval Mongolia and China”, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, ha documentado y excavado varios tramos de esta red defensiva. Entre estos tramos, destaca el llamado Arco mongol, una sección que recorre las provincias orientales de Sukhbaatar y Dornod en Mongolia. Un reciente artículo publicado en la revista Antiquity lo analiza en profundidad.

La excavación de MA03: un viaje al pasado
Durante la campaña de 2023, el equipo llevó a cabo excavaciones en un sector del Arco Mongol que incluía un foso y un recinto rectangular designado como MA03. Ubicadas en una zona de llanura entre colinas, en el distrito de Erdenetsagaan, las estructuras excavadas y los restos materiales han proporcionado un testimonio excepcional de cómo vivían las personas encargadas de vigilar este límite del imperio.
El recinto MA03 mide 30 × 31 metros y presenta un doble sistema de fosos y muros de tierra apisonada y piedra, que, en algunos sectores, alcanza un metro de altura. En la estructura, se halló un complejo sistema de calefacción subterránea en forma de L, construido con piedra y tierra, similar a los sistemas de calefacción conocidos como kang (en China) y ondol (en Corea). El sistema permitía mantener cálido el interior durante los fríos inviernos esteparios.
Cronología precisa: entre los siglos XII y XIII
Gracias a una serie de dataciones por radiocarbono combinadas con análisis estratigráficos y contextuales, se ha establecido que el recinto estuvi habitado entre los años 1150 y 1242 d. C., durante el dominio de la dinastía Jin (1115–1234). Esta cronología concuerda con los momentos de mayor actividad constructiva en otros tramos del MWS.
Posteriormente, el recinto se reutilizado siglos más tarde para inhumar a un individuo. Se trata de la tumba de un hombre adulto, de entre 35 y 40 años, datada entre 1433 y 1452 d. C. Fue enterrado con un ajuar compuesto por una cesta de corteza de abedul, tejidos y objetos metálicos. Este uso funerario tardío demuestra que la estructura seguía siendo significativa en el paisaje social mongol, incluso generaciones después de que se abandonara.

Más que defensa: una frontera simbólica
Contradiciendo lo que podría pensarse, las murallas del Arco Mongol no parecen haber tenido una función exclusivamente militar. El área excavada ha demostrado que la línea de foso no se acompañó de una muralla imponente, sino que se trataba de un canal de apenas 3 metros de ancho y 0,6–0,7 metros de profundidad. Esto sugiere que la estructura no estaba diseñada para detener a los posibles ejércitos invasores, sino más bien para canalizar y controlar el movimiento de personas, animales y mercancías.
El recinto MA03 estaba situado, además, en una posición topográfica desfavorable desde el punto de vista estratégico. Todo ello apunta a que estas construcciones sirvieron como puntos de control y vigilancia, por un lado, y como símbolos de poder y autoridad del estado Jin sobre el territorio, por otro.

Vida cotidiana en los márgenes del imperio
El análisis del recinto y sus artefactos ha permitido reconstruir con cierto detalle la vida de las personas que habitaron este espacio fronterizo. La presencia del sistema de calefacción indica que el asentamiento estaba ocupado durante todo el año, incluso en invierno. Entre los restos recuperados destacan huesos de animales, fragmentos cerámicos, herramientas agrícolas como un arado de hierro y diversos objetos metálicos como partes de ruedas, clavos y escamas de armadura.
Estos hallazgos parecen sostener que los habitantes practicaban una economía mixta basada en el pastoreo, la caza y la agricultura, en una región tradicionalmente asociada solo con el nomadismo. La presencia de monedas de bronce de la dinastía Song (960–1127) sugiere, además, la existencia de redes comerciales de largo alcance.
La escasa presencia de cerámica y la reutilización de fragmentos de hierro, además, refuerzan la idea de un entorno austero, donde los recursos se aprovechaban al máximo y el reciclaje y la reutilización de materiales resultaba común. La vida en estos puestos fronterizos obligaba a la autosuficiencia, la resiliencia y la adaptación en un entorno estepario marcado por los inviernos extremos y las lluvias estivales intensas.

La frontera como espacio de interacción
La arqueología ha demostrado que la frontera del MWS fue un espacio dinámico donde interactuaban soldados, campesinos, comerciantes y nómadas. El recinto MA03 pudo haber funcionado como un nodo de intercambio, donde se intercambiaban bienes, tecnología e información. Esta multiplicidad de contactos plantea nuevas preguntas sobre las relaciones entre los poderes centrales y las comunidades locales, así como sobre la circulación cultural en la periferia del Imperio Jin.
Monumentos duraderos en la memoria social
Otro aspecto clave es la persistencia de estas estructuras en el paisaje y su revalorización simbólica. El hecho de que se eligiera MA03 para enterrar a un individuo casi dos siglos después de su abandono parece indicar que el yacimiento conservaba un significado especial dentro de la comunidad. Este fenómeno de reutilización de estructuras anteriores para enterramientos se ha observado también en otros puntos de Mongolia y revela cómo los paisajes arquitectónicos funcionaban como marcadores de identidad y memoria colectiva.
El estudio arqueológico del recinto MA03, en el contexto del Medieval Wall System, por tanto, permite comprender con mayor claridad cómo era la vida en las fronteras del imperio Jin. Lejos de ser simples baluartes militares, estas construcciones reflejan estrategias complejas de ocupación, control territorial y negociación cultural.
Referencias
- Shelach-Lavi, Gideon, et al. 2025 «Life along the medieval frontier: archaeological investigations of the south-eastern long wall of Mongolia.» Antiquity, 99.405: 1-20. DOI: https://doi.org/10.15184/aqy.2025.49
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2025-07-01 15:00:00
En la sección: Muy Interesante