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Las opciones que evalúa EEUU tras una nueva maniobra de Maduro y la difícil pregunta que se hace la oposición venezolana – AlbertoNews

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La ratificación del régimen de Nicolás Maduro de que no se anima a competir por la Presidencia en elecciones libres con la candidata elegida por abrumadora mayoría por la oposición abrió esta semana dos debates intensos, uno en Washington y otro en Caracas.

Por INFOBAE

El primero es parte de una disputa política entre demócratas y republicanos en Estados Unidos que discuten qué tan duros se debe ser con el régimen chavista. El segundo es interno de la oposición venezolana e incluye una pregunta muy difícil: ¿deben seguir insistiendo con María Corina Machado como candidata, o dada la persistente inhabilitación del régimen buscar otro candidato?

En ambos casos las respuestas no son simples, no solo porque del lado de enfrente hay un régimen que no tiene problemas en traspasar los límites, sino porque también en el medio surgen intereses cruzados.

Los expertos de los centros de pensamiento de Washington que siguen los temas de Venezuela creen que las conversaciones que se están dando en estas horas serán claves para definir el futuro de Venezuela, pero todos comparten que lo único claro es que el régimen no quiere que haya elecciones libres y justas y no va a dejar que eso suceda.

“Hay comunicación constante entre Washington y Caracas en este momento y los escenarios que veremos en los próximos meses dependen completamente de lo que está sucediendo en esas conversaciones privadas”, dijo a Infobae Geoff Ramsey, experto del Atlantic Council.

Para Tamara Taraciuk Broner directora del programa sobre Estado de Derecho del Diálogo Interamericano, “el enfoque exclusivamente electoral para impulsar una transición democrática en Venezuela es miope”, porque si bien es “importante impulsar” las mejores condiciones electorales posibles, “nunca llegarán a ser realmente libres y justas este año”. Por ello, la experta cree que “es indispensable avanzar en una negociación política sobre cómo será el día después de las elecciones”.

Benjamin Gedan, director del programa de América Latina del Wilson Center, comparte la idea de que el régimen venezolano no está interesado en elecciones competitivas este año. “Después de todo, el presidente ha consolidado su dictadura y salir del poder pondría en peligro su libertad. Pero este no implica que el Acuerdo de Barbados está muerto o que negociar con Nicolás Maduro es perder el tiempo. Estados Unidos todavía tiene influencia en Caracas”, dijo Gedan.

“Estamos ante un momento crucial para la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela. Los próximos días serán la prueba del éxito o no de la estrategia de Estados Unidos de flexibilizar las sanciones para beneficiar o para apoyar un proceso de negociación”, dijo Ramsey.

En los últimos seis meses el gobierno de Joe Biden empezó a aflojarle la mano en algunos puntos a Maduro pero no solo con la intención de propiciar un escenario de elecciones libres en Venezuela sino también alcanzar algunos intereses propios del vínculo bilateral.

Biden prometió que seguirá vigilando que Maduro cumpla con la ruta electoral EFE/Shawn Thew

Así fue que la Casa Blanca logró que el chavismo aceptara retomar las deportaciones de venezolanos que ingresaron ilegalmente al país, en momentos en que el tema migratorio le genera fuertes dolores de cabeza tanto con los republicanos como con algunos gobernadores demócratas.

Si bien las deportaciones no son masivas, ya mandaron una señal que llevó a que a finales de 2023 bajara la cantidad de venezolanos que intentaron entrar a Estados Unidos por la frontera con México.

En el aspecto que más aflojó Biden fue en el levantamiento parcial de sanciones petroleras y de oro al régimen. Eso le da un alivio a Maduro pero también le sirve a Estados Unidos, que está necesitado de petróleo por el contexto geopolítico global tras las guerras en Ucrania y Gaza.

En tercer lugar, Biden cedió al liberar a Alex Saab, un colombiano muy cercano a Maduro, sindicado como su testaferro, que estaba detenido en Estados Unidos por lavado de dinero. El presidente lo indultó para entregárselo a la dictadura venezolana a cambio de 10 presos estadounidenses en Caracas.

El presidente venezolano Nicolás Maduro y Alex Saab se abrazan durante un evento luego de su liberación por parte de Estados Unidos. (AP Foto/Jesús Vargas)

Según Washington, todas estas negociaciones se daban también en el marco de los acuerdos de Barbados, en los que el chavismo se comprometió con la oposición a realizar elecciones libres y levantar las proscripciones a los candidatos opositores.

Con la decisión del Supremo Tribunal de Venezuela de la semana pasada de mantener la inhabilitación a Machado, los republicanos cuestionaron la estrategia de la Casa Blanca porque entienden que el presidente confió en Maduro y cedió a cambio de nada. Ahora el gobierno de Biden asegura que le dará tiempo hasta abril al régimen para que revierta esa decisión y sino volverán las sanciones.

“La imposición y levantamiento de sanciones de Estados Unidos ha dejado al descubierto que no existe una política clara y efectiva con relación a Venezuela, que va de la mano de una falta de política clara hacia la región en general porque no es un tema prioritario en la agenda global. Darle tiempo a Maduro hasta abril para cumplir con los acuerdos equivale a ayudarlo a comprar tiempo – y esa ha sido su estrategia, tremendamente efectiva, durante años para mantenerse en el poder”, dijo Tariciuk.

Para Ramsey, Washington se ha quedado sin formas de presionar a Maduro. “¿Cómo se presiona un régimen que ya ha vivido múltiples intentos de golpe, una invasión mercenaria y años de sanciones económicas devastadoras? La verdad es que yo creo que estamos viendo los límites de la influencia estadounidense con respecto a Venezuela. Y es por eso que estamos en un momento diferente. Hay un creciente reconocimiento en Washington de que Estados Unidos tiene que pensar en sus propios intereses económicos y geopolíticos con respecto a Venezuela”, agregó el experto.

Gedan entiende que “para Estados Unidos sería más fácil recurrir a la política de ‘presión máxima’”, no solo porque “el régimen lo merece” y porque “hay muchos actores en Estados Unidos que preferían una política basada en castigo y aislamiento”. Pero al mismo tiempo considera que esa estrategia hasta ahora no produjo resultados. “Yo creo que tiene sentido poner a prueba esa alternativa, siempre con la posibilidad de volverse a la antigua táctica”, dijo.

Para Tariciuk, en cambio, “la comunidad internacional” tiene la responsabilidad de “alinearse para poner sobre la mesa incentivos adecuados para quienes están hoy aferrándose al poder, y deben hacerlo de manera coordinada y con la misma vehemencia que lo hicieron para respaldar, por ejemplo, los resultados electorales y la victoria de Bernardo Arévalo en Guatemala”. La experta del Diálogo Interamericano entiende que “sólo con esos incentivos hay chance de salvar el proceso electoral y que lo que ocurra sirva para abrir la puerta para un futuro democrático en Venezuela, que se está cerrando”.

De todas formas no está claro si las críticas de quienes piden más dureza son parte de solicitudes legítimas o de la también creciente campaña electoral en Estados Unidos. Ramsey sostiene que las críticas que se han escuchado en estos días no son consistentes con una política bipartidista clara sobre Venezuela que tiene Estados Unidos. “Una administración Trump, tanto como una administración Biden en 2025 probablemente vayan a seguir esta línea de ir presionando a favor de la de la democracia y los de Derechos Humanos, pero también pensando más y más en los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos”, agregó.

En 2020, sobre el final de su administración, Trump también había empezado acercamientos con Caracas y envió a un funcionario muy cercano, Richard Grenell, para que se reuniera en México con el hombre fuerte de Maduro en el Parlamento, Jorge Rodríguez.

“Es decir hay como un reconocimiento bipartidista de que Estados Unidos tiene otros intereses aparte de su interés de avanzar en una solución democrática en Venezuela. Las cuestiones son cómo balancear esos intereses y cómo seguir apoyando la causa democrática en Venezuela”, dijo el experto del Atlantic Council.

El otro gran debate, que fundamentalmente se da en Caracas pero también en Washington, es hasta cuándo debe mantenerse en pie la candidatura de Machado cuando el régimen ya dejó claro que de ninguna manera la va a dejar competir.

La victoria de ella fue contundente en las internas de la coalición opositora, al alcanzar casi el 90% de los votos. Sin embargo, la oposición también había tomado una decisión previa: en este proceso electoral van a participar sí o sí. Otra vez no se abstendrán, como lo hicieron en el pasado.

Entonces la discusión que surge es: ¿si no habilitan a María Corina Machado, como se elije su sucesor?

“Creo que Estados Unidos está más flexible de lo que parece con el tema de la inhabilitación de María Corina. Está más interesado en una elección con observación electoral, con un una auditoría del registro electoral y con el cumplimiento de la ley orgánica de procesos electorales en Venezuela que en la identidad del candidato opositor”, dijo Ramsey, quien cree que esto es parte de lo que discuten por estas horas funcionarios de Washington y Caracas.

“Si María Corina mañana nombra un candidato sustituto, creo que Estados Unidos estaría afín”, agregó el experto del Atlantic Council.

Tariciuk entiende -por el contrario- que así como la oposición venezolana se está alineando detrás del pedido de que se cumplan los acuerdos, “ese debería ser también el pedido unánime de la comunidad internacional y de la región”.

Gedan cree que “María Corina Machado fue elegida abrumadoramente en las primarias de la oposición y tiene todo el derecho a defender sus derechos políticos” y que por tanto la comunidad internacional debería acompañarle. “En elecciones legítimas, un presidente no elige a su opositor. Dicho esto, las transiciones a la democracia típicamente involucran decisiones difíciles. Y como aprendimos en las elecciones recientes en Guatemala, aun un proceso electoral injusto, con la proscripción arbitraria de candidatos, puede producir un resultado que refleje los deseos del pueblo”, dijo el experto en América Latina del Wilson Center.

La plataforma Unitaria ha dicho claramente que no van a salir de la ruta electoral y eso la lleva a un escenario en el que esa unidad va a estar a prueba, asegura Geoff. “La decisión del candidato sustituto debe estar en las manos de María Corina Machado. Creo que los demás partidos de la oposición tienen que reconocer que su victoria en la primaria le da una voz importante en la coalición”, concluyó.

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Fuente de TenemosNoticias.com: albertonews.com

Publicado el: 2024-02-03 08:53:57
En la sección: Internacionales – AlbertoNews – Periodismo sin censura

Publicado en Internacionales

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