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Dos pueblos de Nariño, confinados por enfrentamientos de grupos armados en Semana Santa

Dos pueblos de Nariño, confinados por enfrentamientos de grupos armados en Semana Santa

En dos marginados pueblos del departamento de Nariño, las balas no dejan rezar en paz y tranquilidad a sus martirizadas comunidades, con motivo de la celebración de la Semana Santa. Son Magüí Payán y Cumbitara.

Allí, los fuertes enfrentamientos entre grupos armados ilegales que se disputan las rutas del narcotráfico, mantienen en desplazamiento y confinamiento a comunidades enteras que no podrán asistir este año como ya es tradicional a las celebraciones religiosas y procesiones en la Semana Mayor.

Esta dura y cruel realidad quedó planteada este Domingo de Ramos, en el marco de la Juntanza Poblacional, a la cual fueron convocados todos los pueblos afros y consejos comunitarios del departamento por la gobernación de Nariño.

En el evento realizado en el municipio de Tumaco tuvieron la oportunidad de exponer sus necesidades y planteamientos los líderes sociales de la región, quienes en su gran mayoría hicieron fuertes reparos a la política de paz total del presidente Gustavo Petro.

Mario Quiñónez, un representante de los consejos comunitarios del municipio de Magüí Payán, expresó en su intervención que en ese territorio del Litoral Pacífico nariñense, los desplazamientos son el común denominador.

Declaró que “son 73 veredas las que componen al municipio y solo tres veredas no están desplazadas”.

Ante esta alarmante cifra que refleja que 70 veredas actualmente se convirtieron en pueblos fantasmas y abandonados a su suerte en el denominado triángulo del Telembí, el líder social consideró que para las autoridades debe ser de vital importancia trabajar en la búsqueda de la paz sin ambigüedades y ambiciones políticas .

“Esto tiene un solo factor determinante y es el tema de la confrontación armada que existe en nuestro territorio y que no nos deja dormir”, declaró.

“Si no hay tranquilidad, si estamos en este conflicto seguramente que todo lo demás es vulnerable, hoy vivimos el flagelo de la guerra de manera enorme”, por lo que luego hizo un vehemente y angustioso llamado a los gobiernos departamental y Nacional a trabajar sin descanso en lograr la paz y la sana convivencia en la región.

Y es que en este mismo municipio, 30 familias acaban de sufrir aún más por tener una doble condición, la de ser desplazadas y a la vez damnificadas por el incendio que destruyó sus viviendas en la madrugada del pasado viernes.

Como si tuvieran que cargar la cruz a cuestas por la tragedia, hace casi un mes tuvieron que abandonar sus casas por el conflicto armado en la vereda Las Lajas, con tan mala fortuna que nada pudieron hacer para salvar las pocas pertenencias que habían dejado, toda vez que se encontraban desplazadas en viviendas de familiares y amigos en la cabecera municipal de Magüí Payán y en otras localidades cercanas, como Barbacoas e Iscuandé.

“Tenemos mucha desesperación”

No menos angustiosa y preocupante fue la intervención ante el gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, que acompañó a los principales líderes de las organizaciones afros en el departamento, de la lideresa María Antonia Amaya, en representación del Consejo Mayor para el Desarrollo Integral de Comunidades Negras de la cordillera Occidental de Nariño (Copdiconc).

“En Cumbitara llevamos 23 días, durante los cuales, la gente ha estado en fuego cruzado; los niños no están recibiendo clases y existe una comunidad confinada, tenemos desesperación porque no tenemos el apoyo ni la ayuda del Gobierno Nacional para atender a nuestra población”, precisó con tono muy desesperanzador sobre lo que está sucediendo en su municipio.

Luego comentó: “en este momento en los territorios de la  cordillera Occidental, especialmente en el municipio de Cumbitara y en la región de Sanabria estamos viviendo una situación sin precedentes”.

“Ya no sabemos ni que hacer, las comunidades ya se sienten abandonadas porque no tienen una atención pertinente”, aseguró para después lamentar que el Gobierno Nacional les diera la espalda a los pobladores que aún no se explican por qué la guerra llegó hasta su territorio y no se quiere ir.

“Nosotros le apostamos a la paz total pero con garantías, que les garantice a las comunidades poder vivir tranquilas en el territorio, una paz total que no sea ciega, que le ponga más cuidado a la población”, insistió la afligida mujer.

MAURICIO DE LA ROSA

ESPECIAL PARA EL TIEMPO

PASTO

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-03-24 16:19:18
En la sección: EL TIEMPO.COM -Colombia

Publicado en Colombia

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