El químico barranquillero que busca sanar la sordera hereditaria en las personas – Barranquilla – Colombia

Hibácharo es un apacible corregimiento del municipio de Piojó (Atlántico), conocido por ser un territorio ancestral de los indígenas Mocaná, ubicado entre cerros, de donde brotan aguas diáfanas que bajan como hilos por bosques secos llenos de misticismo, y en donde el sofocante calor, que aprieta a los pueblos del Caribe colombiano, es espantado por las suaves brisas que soplan por estas tierras.

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Es un pueblo de gente buena, en donde gran parte del año de sus tierras brota la yuca, el maíz, el millo o el algodón, principal fuente de sustento de sus habitantes.

En este lugar fue en donde creció Pedro de la Torre Márquez, uno de los cerebros fugados de Colombia y que hoy es para del grupo de investigadores de la prestigiosa universidad de Harvard, en los Estados Unidos,  que busca curar la sordera en el mundo.

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De la Torre, de 34 años de edad, vivió en Hibácharo cuando aquí no había servicio de energía eléctrica, agua potable, y las vías de acceso eran trochas. Era un pueblo perdido en medio de la nada.

Esto no impidió que sus padres, una ama de casa y el conductor de un bus de transporte público, lo mandaran al colegio en el municipio vecino de Sabanalarga. Allí cursó su bachillerato en medio de muchas dificultades y tratando de sostenerse con lo poco que le podían enviar sus padres.

Se ayudaba vendiendo sapotes, fruta que conseguía en los patios de las casas de los compañeros de colegio. “Los bajaba y vendía en las tiendas por 500 pesos, era con lo que a veces teníamos que pasar el día”, cuenta De la Torre. “Fueron años muy complicados y mi familia estaba  convencida que la educación era la única forma de salir adelante”.

En la ruta del éxito

Su pasión por la química lo llevó a Barranquilla a la Universidad del Atlántico. Fue el único, en ese momento, entre más de 40 inscritos, que se graduó de química pura.

Salió con muchos anhelos, uno de ellos realizar su postgrado en el exterior. Aplicó muchas veces a diferentes lugares. Logró llamar la atención del gobierno de Chile ganó una beca por parte de la Comisión Científica y tecnológica de ese país.

Tampoco fue fácil. No tenía para los tiquetes para ir a Chile. Su padre debió vender su camioneta y hacer un préstamo,  al 20 por ciento de intereses. La familia duró año y medio para pagar ese dinero dinero completo.

En Chile logró la conexión con un gran científico, al que conoció durante un cóctel. Recuerda que para poder asistir a ese evento social, donde se encontraban personalidades del mundo de la ciencia, su esposa, que ha sido un gran apoyo, le dio el dinero que tenía en ese momento, lo que le alcanzó para comprar una cerveza, con la que pasó toda la noche. Suficiente para departir con las personalidades que necesitaba conocer. 

Fue en ese lugar donde se pudo contactar y conversar con esos grandes científicos. Logró ganarse la confianza para ingresar a ser parte del equipo de importantes investigaciones, lo que le abrió la puerta para realizar una pasantía de investigación en los Estados Unidos.

Antes de terminar sus compromisos doctorales, ya tenía una oferta para quedarse a tiempo completo en la Universidad Estatal de Ohio, Cleveland.

De un día para otro, fue llamado por la universidad de Harvard. No se querían quedar sin hacer parte de esta idea. “Complete un doctorado en Chile y logré trazar la ruta para la Universidad de Harvard”, dice.

Su gran aporte a la ciencia

De la Torre lleva años investigando sobre los genes involucrados en sorderas, ceguera hereditaria, cáncer y la enfermedad de Huntington que es prevalente en la zona de Juan de Acosta, municipio del Atlántico.

«Descubrimos ciertas biomoléculas que pueden estar involucradas en el proceso de la sordera hereditaria. Supimos cómo funciona ese proceso y la forma en la que están conformadas en el oído para permitirnos escuchar”, explica.

Eso atrajo el interés de la Universidad de Harvard. «Querían desarrollar una terapia de una tecnología llamada ‘Mini-genes’, en la que se encapsula en nanopartículas del ADN sano y las liberábamos en las células que son deficientes para que ellas puedan recuperar su morfología y función. La idea era que hiciera parte de eso y pudimos devolverle la audición a los animales que utilizamos para los estudios”, agrega.

“En este momento somos uno de los únicos laboratorios alrededor del mundo que ha descubierto una forma directa de poder devolverle la audición a ratones sordos y esa es una tecnología que pretendo transferir poco a poco a nuestro país”, indicó.

Su apuesta en Barranquilla

Ahora De la Torre fundó una empresa llamada ‘Caribe Therapy’, ubicada en la Vía 40 corredor industrial de Barranquilla, en donde en alianza con la Universidad del Atlántico, quiere empezar a transferir todos sus conocimientos al servicio de la comunidad del Caribe. Así mismo, promover intercambios de estudiantes colombianos a Estados Unidos.

Promueve  un proyecto llamado ‘Ruta Harvard’ en el que  llevará a varios estudiantes a los Estados Unidos para que aprendan y puedan traer todos esos conocimientos a Barranquilla.

“Las personas que tiene un talento académico para las matemáticas, la química y hasta la ingeniería, portan un don y deben ser explotados en ese tipo de carreras relacionadas. En Harvard van a encontrar la forma de nutrirse de otros expertos y explotar su potencial. Si estamos motivados en hacer transformaciones positivas podemos lograr cosas grandes para nuestro país”, indica De la Torre.

Si tienes una historia que quieres que cuente, escríbeme a [email protected] y en X: @leoher69.