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Fiesta de ‘las velitas’, una tradición que sigue viva – Barranquilla – Colombia

Fiesta de 'las velitas', una tradición que sigue viva - Barranquilla - Colombia

La fiesta de ‘las velitas’ marca oficialmente el inicio de la Navidad. Desde la noche de este siete de diciembre y la madrugada del 8, el país se contagia de una atmósfera de alegría y festejo, en donde la luz que irradian las velas, llenan de magia las calles y barrios, pueblos y ciudades.

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Para los barranquilleros y costeños el siete de diciembre
 es un día en el que no se duerme. La vigilia se extiende hasta cuando los rayos del sol anuncian la llegada del nuevo día.

La fiesta de ‘las velitas’ es una celebración católica en la que se rememora la proclama del Papa Pio IX en 1854 sobre la concepción sin pecado de la Virgen María. Ese día los creyentes en todo el mundo encendieron velas y antorchas para celebrar. Desde entonces nació la tradición de iluminar con velas esta noche de diciembre.

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 Y fue justo la idea de mantener viva esa tradición lo que movió a Álvaro Barranco Meza, hace 33 años cuando llegó al barrio El Castillo, norte de Barranquilla, a celebrar la fiesta de ‘las velitas’, como la vivió de niño con su familia y amigos en su natal Cerro de San Antonio (Magdalena).

Los primeros faroles

Barranco se considera un hombre amante de las tradiciones decembrinas. Por eso cuando llegó a Barranquilla quiso mantener prendida la fiesta que honra a la virgen.

Pero pensaba que había que innovar algo de los faroles. “Eran los mismos de siempre”, cuenta el hombre, de 66 años de edad, dedicado al comercio de papelería.

El afán en cambiar los faroles es por que los diseños tradicionales tienen una desventaja y es que debido al poco pesos son barridos por las brisas, que en diciembre es cuando más arrecian en esta zona del país, para terminar incendiados.

“¡Carajo!, voy a ver como hago mis propios faroles”, recuerda que dijo, la vez que se sentó en una mesa a pensar como diseñar un farol diferente.

Los 11 años de trabajar en la fabricación de faroles, le han permitido innovar en diseños.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

Aprovechó la experiencia que tiene en cartulinas y papeles, y luego de varias pruebas y errores, salió el primer modelo en cartón paja. Pudo conseguir una forma y diseño original. Remplazó el papel de celofán y la estructura de madera de los faroles tradicionales.

Para solucionar el problema que fuera barrido por la brisa, le agregó una base en madera que le dio fortaleza al farol, además de ser el soporte de la vela.

Ya la vela no va pegada en el piso como el otro sino en una madera. No deja que la parafina caiga al piso y lo manche y al día siguiente toca levantarse a raspar con cuchillo o espátula, esa molestia también quedó arreglada con este prototipo de farol”, cuenta.

Comenzó el negocio

El primer juego de faroles los colocó en la puerta de su casa hace 11 años. “Los vecinos y amigos les gustó, me hicieron encargos. Vi la manera de comercializarlos y allí empezó el negocio”. Desde entonces no ha parado de trabajar en su negocio que llamó Faroles ABM, las letras de las iniciales de su nombre.

Álvaro Barranco ha innovado con los diseños de sus faroles.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

Inició con cinco diseños. Los primeros modelos eran en color natural del cartón, pero comenzó a innovar ahora tiene en colores, además de diseños dirigidos al sector corporativo y personalizados, a través de stickers. Los faroles son plegables vienen en empacados en una caja.

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Hay unos modelos muy originales y de momentos, como los que hizo en el 2019 cuando el Junior de Barranquilla peleó la final del fútbol profesional con el América de Cali. “Fue una edición limitada, pero que tuvo mucha acogida”.

Pero sus clientes mantienen el gusto por las figuras tradicionales del arbolito, la bota, la vela y la virgen.

Produce hasta 18 mil faroles para una fiesta

Reconoce que el proceso es largo. Inicia en Junio con la compra del cartón paja, que manda a cortar del tamaño del farol, luego pasa a una troqueladora de allí lo lleva a siete mujeres, cabeza de familia, en el municipio de Malambo, área metropolitana de Barranquilla, que son las que hace el trabajo del pegado de papel.

Para este siete de diciembre Álvaro Barranco trabajó en la producción de 12 mil faroles.

Foto:

Cortesía Álvaro Barranco

Mientras que la base de madera se las hace una empresa que tiene máquinas especiales. Allí se realizan los cortes precisos para que cuadre bien el farol.

Todo el proceso termina en su casa, donde realiza con la ayuda de otra colaboradora de que contrata el empaque en las cajas de los faroles.

Barranco asegura que produce entre 12 y 15 mil faroles para para las fiestas de las velitas. Claro en el 2019 logró vender 18 mil. Este proyecto genera no menos de 50 empleos, entre directos e indirectos.

Los Faroles ABM son plegables y vienen empacados en estas cajas. Hay dos tipos de presentación de 12 y 6 unidades.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

Ha posicionado su producto a través de las redes sociales. Asegura que sus faroles han llegado a los Estados Unidos, Chile, Uruguay, Suiza, “muchos son barranquilleros que llegan y se van después de ‘las velitas’, pero se enamoran de los faroles y aprovechan para llevarse algunos paquetes”.

Además de sus páginas en Instagram y Facebook, cuenta con varios distribuidores que compran al por mayor para llevar a ciudades como Bogotá, Cali, Santa Marta y Cartagena.

“Son faroles plegables, pueden ser guardados y usados nuevamente hasta el otro año. Hay personas que aún conservan los que me compraron hace 11 años”, asegura Barranco.

Innovación permanente

“Este año saqué un modelo exclusivo de la Virgen de la Inmaculada, y ha sido muy exitoso”, sostiene el hombre, quien sabe que debe estar en permanente renovación de sus faroles, puesto que todos los años debe buscar clientes nuevos.

“La gente que me compra, los guarda y mantiene, es decir que ya no vuelven, por lo que me toca estar reinventando modelos para conseguir nuevos compradores”, agrega.

El farol del Junior es uno de los diseños que ofrece. Tiene de todos los equipos de fútbol profesional.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

Una de las mejores vitrinas es la puerta de su casa, en la que coloca en una noche de velitas hasta 50 faroles. Estas fotos las sube en las redes y son un buen gancho de mercadeo.

Barranco ofrece dos presentaciones del producto. Una caja con dos 12, que tiene un costo de 48 mil pesos y otra de 6 unidades que cuesta 26 mil pesos.

Pero asegura que si bien fabricar faroles se ha convertido en un medio de subsistencia, lo que más aprecia de su labor es que trabaja por mantener una tradición, que como dice él no puede apagarse jamás.

Por eso cuando lo felicitan por el producto, no hace otro cosa que darle las gracias a la Virgen Inmaculada y seguir colocándole velas en la madrugada del siete de diciembre para que le siga trayendo bendiciones a él y a todos los que la honran en la fiesta de ‘las velitas’.

LEONARDO HERRERA DELGANS
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
@leoher69
Escríbeme a [email protected]

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2022-12-07 10:53:32
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia

Publicado en Colombia