La historia de un vendedor que buscaba dónde resguardarse de la intensa lluvia en una calle de Cartago, en el norte del Valle del Cauca, generó diversas opiniones.
Un hombre lo grabó cuando estaba en la calle, bajo el techo de una vivienda, a pocos metros de un andén.
El samaritano lo invitó a su vivienda y le brindó un café para escuchar su historia.
El vendedor de helados, totalmente empapado por la lluvia, se secaba el agua. El vecino le dio una toalla y le dio café.
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Conversaron y durante la charla, el heladero le dijo que solo vendía entre $ 8.000 y $10.000 diarios, y buena parte va para quien es el dueño del carrito de helados.
El hombre grabó este encuentro y algunas personas lo criticaron por hacerlo.
Inclusive hubo quienes también pusieron en duda la veracidad de toda esta historia, porque el video está editado y, además, tiene música de fondo.
Sin embargo, hay quienes señalan que el vendedor sí ha sido visto, ofreciendo los helados en calles de Cartago.
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«¿Sabe quién se está mojando en esa esquina? Es una persona y ni siquiera sabemos
qué problemas tenga, qué necesidades tenga. Pero yo voy a llamarlo y voy a entrarlo a mi casa», dice la persona que dice que buscaba ayudar al vendedor de helados.
El vendedor llegó y en la grabación se le ve tímido por sentarse en uno de los muebles de quien lo invitó ese café.
«Yo les digo a esas personas que tienen una situación económica buena que valoren bastante, valoren a personas que están guerreando a sol y agua, valoremos un poquito», comenta quien lo invitó a pasar a su casa.
Yo les digo a esas personas que tienen una situación económica buena que valoren bastante, valoren a personas que están guerreando a sol y agua, valoremos un poquito
Dice que si alguien tiene una posición económica buena, se debe ayudar a personas que están buscando llevar un sustento a sus familias.
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«Pido que la gente me ayuden», dice el vendedor, al referirse a la necesidad diaria de que le compren helado.
El vendedor llora, cuando recibe dinero como regalo para que celebrarle el cumpleaños a su pequeña hija.
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Dice, en la grabación, que la niña tiene 3 años y pronto cumplirá los 4.
«Disfrútelos con su hija, llévele un detalle», se escucha al samaritano.
El vendedor decía que no tenía cómo comprarle algo a su hija. De nuevo, es grabado llorando y bendiciendo a quien le dio un poco de abrigo y lo escuchó.
CALI
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2023-05-01 03:00:00
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia