Este miércoles, 25 de septiembre, se cumplen exactamente cinco meses de la desaparición del sacerdote Darío Valencia Uribe. El equipo jurídico de la Diócesis de Pereira tiene información de que los restos hallados el viernes pasado en zona rural de Belalcázar (Caldas) son los del presbítero.
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El abogado Renato Marín, quien ha tomado la vocería de los tres juristas que contrató la Diócesis de Pereira para que la representen en un eventual reconocimiento como víctima secundaria del delito de desaparición forzada, le aseguró a este medio que la osamenta hallada es efectivamente la del sacerdote de 59 años.
«El cotejo de la carta dental concluyó que los restos hallados son los del padre Darío, de eso no hay duda», sostuvo Marín.
Los restos permanecen en el Laboratorio de Genética del CTI de la Fiscalía General de la Nación en Cali, donde se cotejan diferentes muestras y se establecerá la coincidencia de los restos hallados con el ADN de la madre y la hermana del sacerdote. Los resultados se conocerán en unos 15 días porque se trata de un caso priorizado. Normalmente este proceso se demorar tres meses
El obispo de Pereira, Rigoberto Corredor, ha afirmado que la Diócesis de Pereira no se pronunciará hasta no tener el dictamen oficial de Medicina Legal, sin embargo este miércoles monseñor Corredor liderará una rueda de prensa. En esta daría pormenores de lo que la Fiscalía le ha compartido acerca de este execrable caso.
La perrita Darcy halló el cráneo
La osamenta del clérigo fue hallada después de dos días de una intensa búsqueda 40 metros abajo, en una ladera de la vereda Patio Bonito del mencionado municipio caldense, por una comisión del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y el Gaula de la Policía.
Padre Darío Valencia y el principal sospechoso de su desaparición.
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Una perrita llamada Darcy, entrenada para la búsqueda de restos humanos en avanzado estado de descomposición, halló el cráneo y sentó a su lado a la espera de su guía. Después, los investigadores encontraron otros huesos y también hallaron un zapato del sacerdote.
El equipo de investigadores dio con la zona donde estaban los restos del religioso debido a que su presunto asesino, Julián Eduardo Cifuentes Gómez, le entregó a un fiscal especializado y a un agente del Gaula de la Policía las coordenadas del lugar donde arrojó el cadáver del sacerdote.
Cifuentes está detenido en una cárcel francesa, donde después de dos días de una intensa diligencia de interrogatorio confesó el crimen. Este hombre, quien era amigo del sacerdote desde hace varios años, declaró que acabó con la vida de este con cuatros disparos de arma fuego. Además, dijo que había actuado solo y que no se trató de un crimen pasional.
Homenaje al padre Valencia
El hallazgo de los restos óseos del sacerdote Valencia ha causado conmoción en Pereira y especialmente en los feligreses de la parroquia María Auxiliadora, que era administrada por él. Ellos tenían la esperanza de que estuviera con vida.
Padre Darío Valencia
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Con la confirmación de que los restos hallados corresponden al sacerdote Valencia, la Diócesis de Pereira hará un gran homenaje a su vida, que se realizará en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira. El padre Valencia fue directivo de la Universidad Católica de Pereira y rector del Seminario Mayor.
Confeso asesino huyó a Francia
El presunto autor de la desaparición forzada y del asesinato del religioso huyó a París el fin de semana siguiente al reporte del extravío del sacerdote y fue capturado el 30 de abril en el aeropuerto Charles de Gaulle, de París, en cumplimiento de la circular azul que emanó la Interpol. Sin embargo, las autoridades francesas debieron dejarlo en libertad, ante lo cual la Interpol debió expedir una circular roja para que lo recapturaran.
Según lo reveló el periódico El Diario, Cifuentes ha permanecido en una cárcel, donde, según él, tiene muchas dificultades porque no habla francés y se ha deteriorado físicamente, está delgado.
Con el hallazgo de los restos óseos del padre se espera que el trámite de extradición de Cifuentes, que se solicitó desde hace varios meses, se acelere con el fin de que comparezca lo más rápido posible ante un juez de control de garantías y se inicie en su contra un proceso penal.
Cifuentes es la persona con quien el sacerdote fue visto por última vez en un video de una cámara de seguridad el 25 de abril pasado. En la mañana de ese día los dos partieron en el carro del religioso con rumbo desconocido. Según lo que el padre Valencia le dijo a su mamá ese día, con Cifuentes iba a concretar la venta de su carro particular, una camioneta Nissan Frontier.
‘Los dos hacían negocios’
El abogado Marín afirmó que el padre Valencia y Cifuentes «tenían una cercanía como amigos desde hacía muchos años (…) por lo menos existía un alto grado de confianza entre el investigado y el padre Valencia».
Marín precisó que además de ser amigos, el presbítero y Cifuentes «tenían aparentemente vínculos comerciales, negocios de vehículos, uno le prestaba plata al otro y aparentemente el detonante (de la desaparición y del asesinato del sacerdote) fue por la compra y venta de un vehículo del padre».
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2024-09-24 17:10:11
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