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“Mi hermano me tuvo que entregar, para que no lo mataran”, claves y revelaciones de nicaragüenses desterrados

“Mi hermano me tuvo que entregar, para que no lo mataran”, claves y revelaciones de nicaragüenses desterrados

Distintos testimonios recabados por Efecto Cocuyo entre los ex presos políticos desterrados de Nicaragua dan cuenta de una práctica de detener a un familiar para que la persona realmente implicada en alguna acción criminalizada por el Estado se entregue. 

“A mi hermano lo detuvieron por mis actividades. Le dijeron a mi madre que lo iban a matar si yo no me entregaba. Le propusieron un intercambio y por eso me tuvo que entregar, para que no lo mataran”, relata José quien recuerda exactamente el tiempo que pasó preso en situación de máxima seguridad. Tres años, tres meses y tres días.

De acuerdo con el Mecanismo para el reconocimiento de personas presas políticas en Nicaragua aún permanecen en prisión 35 personas. El reporte es del 10 de febrero de 2023.

Qué pasa en Nicaragua

También precisa un informe reciente que han detectado un patrón de judicialización a personas que reclaman por los derechos de sus familiares presos.

Aunque entre los 222 personas excarceladas hay decenas que son conocidas públicamente, la mayoría no lo es. Algunas no tenían calzado cerrado ni ropa que los protegiera del frío. Sin embargo, recibieron apoyo de parte de voluntarios que proveyeron ropa y abrigos a su llegada a Estados Unidos.

El ánimo de los nicaragüenses liberados daba para los chistes, entre ellos mismos.  Una ex presa contaba que durante las noches en el hotel Westin tuvo que dormir en el suelo porque la cama le parecía demasiado cómoda.

Familiares y conocidos de  ex presos políticos viajaron desde distintos puntos de Estados Unidos para recibirlos. No todos los liberados conocen a alguien en EEUU. 

Encarcelados y sin lecturas

En El Chipote, un centro de detención temporal que fue convertido en cárcel de máxima seguridad en Managua donde estaban recluidos 61 de los presos más emblemáticos, se prohibió tener libros e implementos de lectura. En la mayoría de las celdas encerraban a dos personas. Las visitas eran vigiladas y en ocasiones las grababan.

El padre Enrique Martínez reveló que durante su tiempo en prisión no les permitieron a los sacerdotes leer la Biblia, hacer la comunión o asistir a algún oficio religioso.  

Entre los desterrados, algunos no podían leer porque sufrieron daños en la vista debido al tipo de luz artificial al que eran expuestos. 

En los centros de detención se les prohibía a los presos conversar entre ellos. Algunos apenas podían intercambiar palabras cuando eran trasladados a tribunales.

Varias de las personas desterradas fueron hospitalizadas por presentar cuadro de salud afectados como diabetes, hipertensión o alguna cardiopatía. Recibieron atención médica y luego fueron dados de alta.

Los desterrados

Entre los excarcelados hay periodistas y trabajadores de medios. En el caso del diario La Prensa de Nicaragua detuvieron a su gerente  general, Juan Lorenzo Hollman, a dos conductores y confiscaron las instalaciones en Managua. Miguel Mendoza, cronista deportivo afirma que nunca supo por qué lo detuvieron, pero está consciente de que su detención ayudó a otros periodistas a valorar las amenazas del gobierno y ponerse a salvo. 

¿Cuál es el estatus migratorio  de los excarcelados? Muchas son las preguntas que aun están en espera de respuesta. Los ex presos recibieron un “parole humanitario” que les permite estar legalmente en los Estados Unidos. Sin embargo, deben trabajar y generar sus recursos para mantenerse. 

No tienen aun estatus de refugiado. Algunos evalúan sus opciones, especialmente los adultos mayores. Por otra parte, al quedar apátridas evalúan si aplicar a la nacionalidad española y si esto implica para ellos y sus familiares algún tipo de beneficio que les permita la reunificación. 

Fuente de TenemosNoticias.com: efectococuyo.com

Publicado el: 2023-02-20 07:30:00
En la sección: Internacionales – Efecto Cocuyo

Publicado en Internacionales