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A 70 años de su muerte, Eva Perón vuelve como una serie de Disney | elperiodico.com

A 70 años de su muerte, Eva Perón vuelve como una serie de Disney

«Volveré y seré millones«. La frase suele atribuirse a una exánime Eva Perón, de cuya muerte se cumplen este martes 70 años durante los cuales su nombre fue objeto de prohibición, reverencia y profundas disputas políticas que no dejan de salir a flote ahora, cuando un Gobierno peronista se encuentra al filo del abismo. En rigor, ella nunca hizo esa predicción. Forma parte de un poema escrito por José María Castiñeira de Dios para dar cuenta en 1952 del impacto emocional que provocó en las multitudes el deceso de la «abanderada de los humildes», un lluvioso 26 de julio, a la edad de Cristo. La segunda esposa del general Juan Domingo Perón, uno de los grandes mitos argentinos, tan romantizado y a la vez denostado, encuentra no obstante en este presente digital una curiosa constatación de aquel augurio poético. El modo de «volver» de Eva está relacionado con el streaming. Star +, la plataforma de Disney, estrena la esperada Santa Evita, una serie basada en la narración que Tomás Eloy Martínez publicó a mediados de la década de los noventa.

Martínez, autor también de La Novela de Perón, y de las antológicas conversaciones realizadas en Madrid con el anciano general, reconstruyó no solo las últimas horas de Evita sino el aciago itinerario de su cadáver, secuestrado y hasta vejado por los militares que habían derrocado a quien fuera su marido en setiembre de 1955. El cuerpo fue recuperado en 1972 y retornó al país dos años más tarde. La serie cuenta una agonía y una venganza mientras, fuera de las pantallas, lejos del entretenimiento y la disipación de las vacaciones invernales, el dólar y la devaluación corroen de manera acelerada la capacidad de supervivencia del actual presidente Alberto Fernández.

La popular actriz uruguaya Natalia Oreiro se ha puesto en la piel y el cuerpo de Evita para Disney. En la primera escena de la serie se la ve moribunda. Ya en nada se parece a la que visitó Barcelona en 1947 junto con el dictador Francisco Franco. Se ha transfigurado. Ella trata de abandonar la postración y se acerca a una ventana del palacio presidencial. Quiere estar otra vez con sus «descamisados», esos hombres y mujeres humildes a los que también llamaba «mis grasitas«, y que la veneraban por haber accedido a una vivienda, un tratamiento de salud, una bicicleta para sus hijos o una máquina de coser. Oreiro cree que Evita fue traicionada. «No creo que haya sido la enfermedad lo que le impidió ser vicepresidenta. No la dejaron, no quisieron que fuera», dice sobre su renuncia a la candidatura en las elecciones de 1951 por presiones militares y del propio Perón, a pesar de los reclamos populares. «Evita dio su vida por los humildes y los demás la dejaron sola», añade.

La cuestión de la soledad también es recurrente desde hace semanas para hablar de lo que sucede con Fernández. La relación que tiene con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kichner, ha atravesado momentos de silenciosos enconos, derivados de sus diferencias en lo que respecta al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ha sido el miedo a que se agudice una crisis, que la oposición de derechas considera casi terminal, lo que volvió a sentarlos en una mesa a discutir cómo llegar a las elecciones del año venidero, aunque sea con respirador artificial.

La inflación que todo devora

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El gran temor que tienen los Fernández es que otro salto del precio del dólar acelere los tiempos tan temidos. El coste de la vida trepa y trepa. Un restaurante temático sobre Evita debe abrir sus puertas estos días. Al entrar, el comensal se encontrará con una clásica fotografía del día del renunciamiento histórico, con él y ella abrazados. También hay en ese espacio un confesionario de una iglesia antigua donde se exhibirá una escultura de la «abanderada de los humildes». El precio de los platos en ese restaurante o cualquier mercado es una incógnita con los vaivenes de la moneda norteamericana. Los billetes de 100 pesos con la imagen de Eva cada vez valen menos. Ese deterioro también es simbólico. Los efectos de la inflación dañan especialmente a los argentinos pobres o indigentes. La última medición calculaba que el 40% de los habitantes se encontraban en esa situación. Los presentes acontecimientos prefiguran un aumento de esos índices.

«Donde hay una necesidad hay un derecho«. La frase también es frecuentemente atribuida a la Evita plebeya, en cuyo nombre murieron tantos jóvenes en la década del setenta como parte de los enfrentamientos con los peronistas de derecha y luego en manos de los militares. Y si bien ella nunca hizo esa afirmación, se da por sentado que podría representar su pensamiento de los años finales, cuando acentuó sus discursos igualitaristas. «No puede haber un derecho detrás de cada necesidad», han dicho Carlos Rosenkrantz, el presidente del Tribunal Supremo, y Javier Milei, el émulo de Vox y aspirante a la presidencia en 2023. En esa provocadora refutación del aforismo se pone en escena la dramática encrucijada argentina.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2022-07-26 04:18:28
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales