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Argentina se enreda en una competencia por ver quién es más ultraderechista | elperiodico.com

Argentina se enreda en una competencia por ver quién es más ultraderechista

«No sé qué van a hacer con (Javier) Milei. ¿Ustedes saben?», quiso saber el embajador de Estados Unidos acreditado en Buenos Aires, Marc Stanley, durante un encuentro con representantes de la patronal argentina. «No se entienden sus propuestas», añadió el diplomático, según el diario Página 12. Los empresarios prefirieron no responder. A estas alturas, los encuestadores no se ponen de acuerdo si el ultraderechista cae en las encuestas por una serie de escándalos, o los incidentes lo fortalecen. Defensor de la venta de órganos y el uso de armas, el líder de La Libertad Avanza tiene sin embargo otros competidores que buscan tocar fibras similares entre los ciudadanos desencantados y empobrecidos. «Si no es todo, es nada», acaba de proclamar Patricia Bullrich, precandidata a la presidencia por una de las alas de la coalición de derechas Juntos Por el Cambio. La exministra de Seguridad se presenta como adalid de la mano dura casi como siamesa de Milei en algunos aspectos. Desde la otra facción de esa misma alianza ha salido un curioso emulador, aunque para un cargo electivo menor. Franco Rinaldi es un politólogo que padece una osteogénesis imperfecta. Mide 1,10 metros y utiliza una silla de ruedas para movilizarse. El fallido precandidato a diputado ha ganado notoriedad por sus declaraciones sin filtro.

Rinaldi llama «negros» a los habitantes de las chabolas y no tuvo empacho de proponer incendiarlas con un lanzallamas. «O los matamos a los morochos o dejamos que hagan lo que quieran». La homofobia y xenofobia de este consultor en asuntos de aviación comercial sonroja a algunos de sus compañeros de ruta. Antes de lanzarse a las lides electorales, como aspirante a un curul en la ciudad de Buenos Aires, de la mano del candidato a alcalde Jorge Macri, primo del expresidente Mauricio Macri, el politólogo daba rienda a sus exabruptos en un canal de YouTube.

Durante los días más difíciles de la pandemia calificó al Gobierno peronista de «infectadura» por restringir la movilidad de los ciudadanos. Al movimiento feminista lo calificó «ginecocracia» sin que se le moviera un músculo de su rostro. «Si todo crimen contra una mujer es femicidio, ¿cómo se llama el crimen contra el hombre?». Sobre los costos humanos de la última dictadura militar (1976-83), Rinaldi pidió terminar con «el verso (la mentira)» de los «30.000 desaparecidos».

Malestar en sus filas

«Nadie, nadie votaría jamás a un discapacitado», dijo sobre Rinaldi un candidato de la fuerza de Milei, Lucas Luna, y tuvo que dimitir frente a la ola de reacciones negativas. La condena general al agravio no ha extendido un manto piadoso sobre el politólogo. Sobre él pesa una presentación judicial que, a la vez, pone en aprietos a la misma coalición Juntos por el Cambio que se siente ganadora de antemano en las elecciones presidenciales de octubre.

El actual alcalde capitalino y precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, dijo estar «totalmente en desacuerdo» con Rinaldi. «Pedimos que se rectifique y él pidió disculpas de manera contundente. No hay ningún matiz: está mal». La actriz Carla Peterson, esposa de Martín Lousteau, quien disputa con Jorge Macri la herencia de Larreta, consideró sin embargo que «las disculpas no alcanzan». A su criterio no se ha tratado de una «performance», como alegó el politólogo, sino de «odio y discriminación». Desde la Coalición Cívica-ARI, otra de las facciones de la alianza de derechas, advirtieron que «ningún acto de racismo, xenofobia, homofobia y misoginia puede ser tomado como un chiste, y no existe socarronería o humor que disfrace la intención y el hecho que genera». Graciela Ocaña, una exministra de Cristina Fernández de Kirchner que dio el salto hacia ese espacio, también expresó su estupor. Rinaldi, dijo, ha ido demasiado lejos. «Alguien que quiere representar a una mayoría no puede tener un pensamiento tan discriminatorio contra cualquier minoría». Rinaldi tuvo que renunciar a sus aspiraciones electorales. Pero con él fuera de escena no se acabaron los problemas.

Síntoma de un problema mayor

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El peronismo, en el poder, ha tratado de esquivar la figura de Rinaldi y llevar la discusión hacia otro lugar. Una de sus candidatas, Maru Bielli, consideró que «se equivocan quienes buscan captar votos de la ultraderecha» con expresiones tan despectivas e inquietantes, en un país donde la discriminación no es un asunto menor. De acuerdo con un reciente estudio de la Universidad de Buenos Aires, el 73% de las personas consultadas estimaron que en Argentina se segrega principalmente a los pobres. La discapacidad es otro de los problemas de estigmatización. «¿Es Rinaldi el único villano de esta película o, en verdad, es el síntoma –el vehículo– de una parte de la sociedad que piensa como él? «, quiso saber la presentadora televisiva Laura di Marco.

La irrupción de Milei que hasta parece inquietar al embajador norteamericano abrió no solo una compuerta sellada por el pudor y el pacto democrático. Desde que comenzó a abrir la boca en las tertulias televisivas, se volvió «natural» decir lo que antes se callaba o ni siquiera formaba parte de la agenta política y social. Rinaldi, señalan algunos analistas, es en ese sentido, un efecto de la ola ultra que todavía tiene en su cresta al hombre que mejor trata de interpretar desde Argentina el ideario de Vox.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-07-15 02:00:16
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales