Estados Unidos continúa fracturado en este 2024 de elecciones presidenciales, con dos candidatos ‘celebrities’ que lo fagocitan todo, hasta las identidades políticas de los votantes, que una vez más parecen importar poco. El país devora con fruición cada paso que dan las estrellas de televisión Donald Trump y Kamala Harris, que se medirán este martes en el primer debate desde la retirada de Joe Biden. Cabe esperar al Trump de siempre, dominante, colérico, impulsivo, burlón y misógino, mientras que está por ver cómo se presenta y reacciona Harris, que todavía es una desconocida pero que también ha dado muestras de contundencia contra su rival.
Cuesta creer que el encuentro no vaya a convertirse en un combate de boxeo, más o menos duro, sin apenas espacio para debatir sobre las agendas y las políticas que les separan. Que los observadores declaren ganador a Trump o Harris poco importa en el reino estadounidense del amor y el odio, del conmigo o contra mí.
Muchos tienen altas expectativas depositadas en Harris desde agosto, cuando la convención demócrata la encumbró como candidata para la noche del 5 de noviembre. Todo ello en medio de un halo de entusiasmo febril que recuerda al que generaba Barack Obama antes de sus primeras elecciones, en 2008.
Pero se equivocan si dan a Trump por desahuciado. Este domingo el diario The New York Times publicaba la primera gran encuesta desde agosto, con los dos prácticamente empatados, pero con Trump un punto por encima (48% frente al 47% de Harris). La partida está igual de ajustada en los sondeos de los siete estados clave más disputados (Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Nevada, Georgia, Carolina del Norte y Arizona).
Con independencia de cómo lo haga Kamala este martes -ojalá que muy bien-, conviene recordar que tiene mucho trabajo por delante y muy poco tiempo para derrotar a un candidato cuyo instinto de supervivencia es inagotable.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2024-09-09 00:01:10
En la sección: El Periódico – internacional