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El proceso constituyente de Chile se acerca a un nuevo horizonte de naufragio | elperiodico.com

El proceso constituyente de Chile se acerca a un nuevo horizonte de naufragio

«El Consejo Constitucional se está transformando en un accidente de trenes en cámara lenta. Todos lo ven, todos lo comentan, y nadie hace nada para disuadirlo». La imagen del consultor Kenneth Bunker es ampliamente compartida en Chile. El órgano que, bajo el predominio de la ultraderecha, debe entregar el 7 de octubre el borrador de la Carta Magna a la comisión de expertos, ha construido su propia trampa de la que, a estas alturas, parece muy difícil salir. A casi tres meses de la consulta popular en la que se debe aprobar o rechazar el texto, la posibilidad de una nueva decepción es contemplada por numerosos actores políticos. Javier Macaya, el presidente la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) advirtió que, si el proyecto es derrotado en las urnas, «sigue la Constitución vigente», que no es otra que la redactada durante la última dictadura militar (1973-90), a imagen y semejanza del general Augusto Pinochet, y enmendada en numerosas oportunidades durante la larga transición democrática.

Una reciente encuesta de la consultora Cadem ha dado cuenta de que un 59% de los entrevistados no aprobaría la nueva Carta Magna, dos puntos más que hace una semana. Apenas un 21% se muestra a favor de darle el ‘sí’ al texto en la consulta del 17 de diciembre. En septiembre de 2022, un 62% de los chilenos había desestimado a través del voto una Constitución de inédito corte progresista, elaborada al calor del estallido social de finales de 2019. La historia amenaza con repetirse.

En un país gobernado por un presidente de izquierdas, Gabriel Boric, es la derecha, en sus variantes más dura y moderada, la que tiene 33 de los 50 asientos del Consejo Constitucional. Veintidós de estos le pertenecen a Republicanos, el partido del ultra José Antonio Kast. El oficialismo en La Moneda carece de poder de veto y ha sido tan solo testigo de las marcas que deja esta hegemonía conservadora sobre la propuesta constitucional, desde la eliminación de la paridad y la defensa del «derecho a la vida de quien está por nacer«, la expulsión de migrantes al rechazo de las iniciativas que pedían reconocer el cambio climático.

«Contra el sentir mayoritario»

«¿Qué están haciendo? Un proyecto representativo de un sector minoritario del país, aunque fuera mayoritario en una elección. Le dan rango constitucional a la prohibición del aborto. O sea, están yendo contra el sentir mayoritario de la población», dijo la presidenta del Partido Socialista, aliado de Boric, Paulina Vodanovic. «Eso sería una Kastitución, no una Constitución. Se está haciendo una Constitución para Kast«.

Las controversias sobre la naturaleza de la caída de Salvador Allende, hace 50 años, ya no ocupan los primeros planos. Las urgencias son otras. Dirigentes del socialismo y la derecha moderada, reunida en la coalición Chile Vamos, se reunieron para evitar el anunciado naufragio. Por el momento no se han despejado los temores de que todo empeore. Lo que sucede en el Consejo Constitucional ha abierto a la vez una disputa entre la ultraderecha y esa alianza de fuerzas tradicionales que tiene otro trasfondo: las presidenciales de 2025. Kast quiere ser el sustituto de Boric. La alcaldesa de la coqueta comuna capitalina de Providencia, Evelyn Matthei, de la UDI, también, y las encuestas la favorecen. Matthei, hija del general Fernando Matthei, uno de los integrantes de la Junta Militar que encabezó Pinochet, advirtió que este segundo proceso constitucional «va derechito al fracaso«. A su criterio, la «única forma» de salvarlo es «tener un texto final lo más parecido posible» al que una comisión de expertos redactó como base. «Ojalá se pueda aprobar», dijo, con escasas expectativas. Kast defendió el trabajo de su partido en el órgano las enmiendas republicanas y criticando a la oposición y al Gobierno.

Disyuntiva

«La derecha tradicional debe optar entre seguir siendo el vagón de cola de un proceso que va derecho al fracaso, o intentar transformarse en la locomotora de un tren con destino incierto que, si llega a puerto, capitalizará las ganancias y, si no, podrá socializar las pérdidas con todo el sistema político tradicional», señaló el analista Álvaro García Mintz.

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La disputa entre las dos facciones conservadoras no ha concluido. Lo que se conoce es el empecinamiento de Republicanos de hacer valer su peso en el Consejo Constitucional bajo la disyuntiva del todo o nada. Ese partido ha dejado entrever que podría llamar a hundir la Carta Magna en la consulta del 17 de diciembre si se rechazan sus enmiendas en el órgano que controla. «Parece ser la versión bizarra de una serie política de Netflix”, señaló German Silva Cuadra en una columna del portal El Mostrador. «Esto es tan ridículo como llamar a votar en contra de una obra escrita, dirigida y ejecutada por uno mismo».

El hecho de que parte de la elite política esté pensando en el «día después» al 17 de diciembre en clave catastrófica da cuenta del escaso margen de maniobra existente para enderezar el entuerto.Si se cumplen las predicciones del sondeo de Cadem y la Constitución vuelve a ser rechazada, el Congreso puede iniciar un proceso que permita aprobar el texto elaborado por la Comisión Experta, el único que sido objeto de consensos. Los especialistas recuerdan, no obstante, que la aprobación de un nuevo texto constitucional por esa vía correría de antemano su legitimidad.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-09-27 07:17:41
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales