Entre las víctimas de la guerra contra Gaza, hay una que, sin ser una persona, se cuenta en el balance de gravemente heridos que Israel no deja de engrosar. Ha sido duramente golpeada, sometida a todo tipo de difamaciones, saqueada por el enemigo y sus aliados. A estas alturas, yace prácticamente moribunda entre las ruinas del enclave palestino. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, o UNRWA, por sus siglas en inglés, de alguna forma, se debate entre la vida y la muerte a dos semanas de su prohibición en Israel. Ahora que las puertas de Gaza volverán a abrirse, muchos se preguntan cómo serán las relaciones con el principal interlocutor humanitario en el enclave.
Quedan dos semanas para que las leyes aprobadas por Israel contra la UNRWA entren en vigor. A su vez, quedan poco menos de dos días para que la entrada en vigor del alto el fuego en la Franja de Gaza dé paso a un aumento de la ayuda humanitaria. Al menos 600 camiones al día tienen que entrar en el diezmado enclave palestino como parte del acuerdo de tregua. Desde hace décadas, la UNRWA es el eje central de la prestación de servicios de educación, atención sanitaria, servicios sociales y ayuda humanitaria para seis millones de palestinos. Entre ellos, los 2,1 millones que malviven en Gaza.
13.000 trabajadores en Gaza
Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.139 israelíes, las autoridades hebreas acusaron a una docena de trabajadores de la agencia de Naciones Unidas de haber participado en él. La agencia abrió una investigación interna y los despidió, pero eso no impidió que numerosos países decidieran retirarle sus fondos. Todos ellos, excepto los de Estados Unidos, han ido retornando paulatinamente a lo largo de estos meses. En marzo una investigación independiente, a cargo de la exministra francesa de Exteriores Catherine Colonna, avaló la neutralidad de la actividad humanitaria de la agencia, aunque detectó ámbitos en los que el grupo podía mejorar.
Pero, para Israel, no fue suficiente, e intensificó su ofensiva contra la UNRWA. A finales de octubre, la Knesset, el Parlamento israelí, aprobó prohibir toda actividad de la agencia tanto en Israel como en los territorios palestinos. De 120 diputados, 92 apoyaron la prohibición. La implementación llega en un par de semanas, 90 días después de que Israel comunicara a las Naciones Unidas que cortaba toda relación con la UNRWA. Aunque los palestinos de los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania sufrirán gravemente el impacto de esta decisión, quienes se lleven la peor parte serán los residentes de Gaza.
Antes de la guerra, la UNRWA era el segundo empleador más importante de Gaza después de Hamás. Unas 13.000 personas trabajaban para la agencia. Más allá de los servicios sanitarios, sociales, humanitarias y educativos, la UNRWA también se encarga de la gestión de instalaciones de alcantarillado, purificación de agua, suministro de agua y drenaje, así como de la asistencia alimentaria a unos dos millones de personas. Al menos 266 trabajadores de UNRWA han muerto desde el 7 de octubre en Gaza, y más de 206 instalaciones de la agencia han sido atacadas. Tras el colapso del sistema educativo en Gaza durante la guerra, la UNRWA emplea ahora sólo a 5.000 trabajadores, todos en ayuda humanitaria.
Presiones internacionales
Con la fecha límite en el horizonte, han aumentado las presiones internacionales a Israel para que encuentre una solución al anticipado colapso de la agencia. El medio israelí Haaretz informa que el Ministerio de Asuntos Exteriores está negociando con altos funcionarios de la ONU la transferencia de las responsabilidades de la UNRWA a otras agencias de la ONU. Según varias fuentes, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha rechazado cualquier negociación directa con Israel para sustituir a la UNRWA. Estados Unidos, que mantiene conversaciones con Israel en nombre de la ONU, está trabajando en una solución temporal para mantener las operaciones humanitarias en Gaza durante el período de transición.
Hay varias opciones sobre la mesa, pero ninguna convence ni a Israel ni a Naciones Unidas. Las implicaciones de la prohibición ya se empiezan a notar. A finales de mes, expirarán los visados de los trabajadores internacionales de la agencia, impidiéndoles entrar en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Además, como una de las leyes prohíbe cualquier autoridad israelí mantener vínculos directos o indirectos con la agencia, el Ejército israelí y el COGAT, unidad encargada de gestionar la actividad gubernamental en los territorios palestinos, no podrán comunicarse con la UNRWA, haciendo imposible coordinar el movimiento de su personal en los puestos de control, emitir permisos de vehículos o permitir la importación de suministros para sus operaciones.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-01-17 11:23:00
En la sección: El Periódico – internacional