Además de su situación clave en las rutas marítimas, el deshielo puede dejar al descubierto el potencial de Groenlandia en otro ámbito: sus recursos naturales. Hace unos años, el servicio geológico de los Estados Unidos calculó que, solo de la costa sureste de la isla, podrían extraerse 31.400 millones de barriles de petróleo y gas natural. Según los datos de seguimiento diario de la Universidad de Colorado, el pasado octubre la extensión del hielo ártico superó por poco los cuatro millones de kilómetros cuadrados, mientras que la media entre 1981 y 2010 fue de siete millones.
Algo más del 80% de la superficie de Groenlandia está permanentemente helada, o al menos era así hasta ahora. El retroceso de esta capa coincide en el tiempo con la era tecnológica, que tiene tras de sí una industria que necesita una serie de materiales raros en cuya extracción y manipulación China lleva una enorme ventaja con respecto al resto de potencias. Sus competidores, en especial Estados Unidos, piensan que bajo el hielo en retirada de Groenlandia puede estar la clave para igualar la batalla. Son 17 minerales clave para la fabricación de baterías como las de los coches eléctricos y para otras industrias: escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Lo difícil es encontrarlos en grandes cantidades y en estado puro, y los expertos sospechan que ese puede ser el caso de Groenlandia, aunque sus yacimientos se mueven en el terreno de la estimación virtual por las dificultades para explorarlos.
Calentamiento acelerado
Junto con el Ártico, Groenlandia sufre un calentamiento cuatro veces superior al promedio. Eso implica que está inyectando agua fría del derretimiento de su hielo al océano a toda prisa, y que la nieve se queda allí cada vez menos tiempo. A la vez, también el hielo flotante en el mar a su alrededor se va rompiendo más fácilmente. Entre las consecuencias de ello están la posible futura modificación de la corriente atlántica, que cambiaría el clima de medio mundo; el deshielo del permafrost de Groenlandia y la potencial liberación de los gases de efecto invernadero que contiene, y una contribución a la subida del nivel del mar, que los científicos calculan en 14 milímetros desde 1972. Finalmente, el calentamiento también modifica el flujo de aire encima del Ártico, lo que facilita la bajada de bolsas de aire frío como la que desencadenó la dana.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-01-19 00:30:00
En la sección: El Periódico – internacional