En medio de una tormenta política interna, cuando sus proyectos más audaces parecen encontrarse bloqueados, el presidente de Argentina, Javier Milei, encontró un momento de solaz en el Vaticano. Su encuentro con el papa Francisco, este lunes, estuvo marcado por las sonrisas y la cordialidad, infieren los medios argentinos a través de las fotos oficiales de la oficina pontificia. Los mandatarios precedentes, Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, no tuvieron el beneficio de 70 minutos de reunión.
El encuentro era esperado con atención en Buenos Aires, teniendo en cuenta que, en su vertiginoso ascenso al poder, Milei había llamado a Jorge Bergoglio «sorete mal cagado» y «representante del Maligno en la tierra«. Una de sus principales candidatos a diputado, Alberto Benegas Lynch, pidió a su vez romper relaciones con la Santa Sede por las mismas razones que esgrimía el entonces candidato: la promoción del papa de la justicia social, un asunto que la ultraderecha argentina califica de herético. Al formar su Gobierno, Milei nombró a Francisco Sánchez como secretario de Culto, un exdiputado absorto en sus días de legislador por el «daño» que hacía el Papa con sus intervenciones públicas.
«Te quiero pedir disculpas por mis declaraciones«, dijo Milei al representante de la Santa Sede, de acuerdo con el portal ‘Infobae’, en un tramo de la charla. «Son errores de juventud que todo el mundo comete», habría contestado Francisco.
Satisfacción oficial
«Tuvimos una audiencia llevada adelante de una manera muy cordial, con mucha simpatía entre los dos», dijo Sánchez. «Un clima lleno de sonrisas y buen humor«, lo definió el diario ‘La Nación’, al comentar una cita que se dividió en tres partes: una conversación cara a cara entre el presidente argentino y su anfitrión. Luego entró su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, a quien Vatican News había confundido el domingo con la «esposa» del jefe de Estado. Más tarde se sumaron varios integrantes del Gobierno.
El Vaticano consignó que los interlocutores abordaron, además, «varios temas internacionales, en particular los conflictos actuales y el compromiso por la paz entre las naciones». Milei llegó al Vaticano procedente de Jerusalén, donde hizo una encendida defensa de la política de Israel en Gaza y prometió mudar la legación diplomática a esa ciudad, dos posturas que contradicen los llamamientos del Pontífice cuando se pronuncia sobre el drama de Oriente Próximo. Además, incorporó a su reunión con el Papa a su rabino personal, Axel Wahnish, embajador designado en ese país. Francisco y su invitado se «detuvieron», además, «en el programa del nuevo Gobierno para enfrentar la crisis económica«. El ajuste económico, con una devaluación de la moneda nacional del 118%, ha agravado los problemas heredados de la Administración peronista. En un país que el pasado 10 de diciembre tenía un 45% se ha acumulado una inflación cercana al 60% en los primeros dos meses de gestión de Milei. Según el presidente, «el Papa se mostró satisfecho con el programa económico y su contención social«.
En los días previos al viaje, el ministerio de Capital Humano decidió que sean los templos evangélicos los receptores ayuda económica a los pobres. Además, Cartitas argentina criticó veladamente a las autoridades por menospreciar a los movimientos sociales y su papel para contener las situaciones de hambre.
Cambios de postura
Más allá del intercambio de presentes, en Buenos Aires se preguntan sobre el inmediato efecto político del encuentro. El presidente debe tomar decisiones importantes en las próximas horas. Por lo pronto, los analistas coinciden en que Milei volvió a hacer gala de su audacia. Había llamado «terrorista» a Patricia Bullrich durante la campaña electoral para luego designarla ministra de Defensa. En 2018 acusó a Luis Caputo de propiciar la fuga de miles de millones de dólares cuando estaba al frente del Banco Central. En la actualidad, es su ministro de Economía.
Con la misma elasticidad para olvidar encendidas palabras del pasado, pocas horas después de bailar con un grupo de rabinos frente al Muro de las Lamentaciones, donde dejó entrever otra vez su deseo de conversión religiosa, el presidente se dejó ver emocionado el domingo en la ceremonia de canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, encabezada por Francisco. Ella es reconocida entre otras cosas por su defensa de las tradiciones jesuitas en la región después de que la orden fundada por Ignacio de Loyola fuera expulsada por España. Mama Antula era algo más: rechazó formar una familia y, también, convertirse en monja, los dos únicos mandatos aceptables para una mujer en tiempos coloniales. En abierto desafío a las convenciones, se convirtió en beata, como se conocían a las laicas consagradas cristianas. Más allá de los milagros que le acreditan, Mama Antula es considerada una precursora del feminismo, nada menos que un colectivo que Milei aborrece. Tras la ceremonia, el presidente se acercó al Papa y le preguntó si podía darle un beso.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2024-02-12 08:11:02
En la sección: El Periódico – internacional