Ha estado muy lejos de insultarlos como “países de mierda”, el término que utilizó para referirse a varias naciones africanas en su primer mandato, y habiendo organizado una minicumbre de tres días para “profundizar en oportunidades económicas” Donald Trump claramente tiene interés en cambiar el tono, pero este miércoles el presidente de Estados Unidos ha vuelto a demostrar que su trato a países del continente africano sigue dejando mucho que desear.
En el arranque de esa minicumbre, que llega conforme Trump ha cerrado programas de ayuda como USAid y hace un giro hacia alianzas económicas o comerciales, Trump ofrecía una comida en la Casa Blanca a los líderes de Mauritania, Guinea Bissau, Liberia, Gabón y Senegal. Ha abierto el principio de esa reunión a la prensa y antes de poner en marcha el turno de preguntas ha dado la bienvenida a sus cinco homólogos y les ha dejado que hablaran. Ese coloquio ha dejado lugar a varios momentos dignos de “tierra trágame”, y no precisamente porque se haya hablado, y se ha hecho mucho, de tierras raras y minerales críticos.
El primero a quien Trump ha dado la palabra, sin presentarlo por su nombre y solo como un “gran caballero”, ha sido el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani. Y cuando este ha acabado de hablar, y lo ha hecho largo y tendido, Trump ha dejado claro que el resto debería abreviar. “Quizá vamos a tener que ir un poco más rápido. Si pudieran añadir su nombre y su país sería fantástico”, ha dicho antes de dar la palabra al presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló.
El intercambio más sonrojante, aunque Trump no se haya ni inmutado, ha llegado a continuación, después de que interviniera Joseph Boakai, presidente de Liberia. “Qué buen inglés. ¿Dónde aprendió a hablarlo tan bien? ¿Dónde se educó? ¿En Liberia? Muy interesante”, ha dicho el estadounidense.
Claramente, Trump ignora que el inglés es la lengua oficial de Liberia y quizá, en sus intentos de borrar los puntos más oscuros del pasado esclavista de EEUU, ha borrado de su propia mente las lecciones de historia. Estas le habrían hecho pensar en esa nación que establecieron esclavos de EEUU liberados y sus descendientes ya libres, así como los blancos de la Sociedad Americana de Colonización, un proyecto complejo donde hubo antiesclavistas pero también racistas.
Adulación, la divisa imprescindible en la Casa Blanca
Trump parecía ocupado en otros menesteres, especialmente la entrega a la adulación a la que, sin complejos y por sus intereses, se han entregado también los líderes africanos, varios de los cuales han apoyado la idea de que se le de el Nobel de la Paz (aunque no han llegado tan lejos como Binyamín Netanyahu de traerle la carta de petición formal a Oslo).
También han puesto sobre la mesa uno de los puntos que les da fuerza para atraer al republicano: su riqueza en recursos naturales y materiales que interesan a EEUU. Lo ha dejado claro el presidente de Gabón, Brice Clotaire Oligui Nguema, que tras criticar un acuerdo de explotación de manganeso con la Unión Europea ha animado a Trump: “Es bienvenido a venir e invertir. Si no, otros países pueden venir en lugar de ustedes”. No le ha hecho falta decir China, Rusia ni nada más.
También el presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, ha demostrado saber cómo se puede ganar con Trump y, quizá, conseguir inversiones. En su caso o ha hecho recordando que su país podría atraer turismo, incluyendo con un campo de golf, y estaría a solo seis horas de vuelo de Nueva York.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-07-09 15:11:00
En la sección: El Periódico – internacional