Los nietos y bisnietos de Benito Mussolini, el dictador que llevó Italia a aliarse con los nazis alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, nunca dejan indiferente a casi nadie en el país transalpino. Lo que hacen o dejan de hacer se sigue con una especial atención, no solo por la llamativa vocación por la política de la estirpe del Duce, sino también por las volteretas ideológicas que algunos de ellos han protagonizado. La última ha sido Rachele, quien acaba de irse del ultraderechista Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni.
La decisión, inicialmente filtrada por el diario italiano La Repubblica, fue confirmada este jueves por la propia política, actualmente concejala en el Ayuntamiento de Roma (en las últimas elecciones fue la más votada). Y la razón del alejamiento serían las posiciones demasiado extremistas de Hermanos de Italia en materia de derechos civiles.
Por ello, Rachele Mussolini ha decidido dejar a la formación Hermanos de Italia, heredera del posfascista Movimiento Social Italiano, y pasarse a la centroderechista Forza Italia, el partido fundado por el difunto Silvio Berlusconi y cuyo líder es hoy Antonio Tajani.
Demasiado radical
Lo ha explicado ella misma. “Doy las gracias a Hermanos de Italia por haber creído en mí y haberme apoyado durante dos candidaturas, el afecto y la estima permanece”, ha afirmado en una breve declaración a la agencia de noticias Ansa. “Pero para mí ha llegado el momento de pasar página y unirme a un partido que siento más cercano a mi sensibilidad moderada y centrista”, ha añadido.
Un preaviso del anuncio, para los observadores más atentos, lo había habido. En agosto pasado, cuando el ala más extremista del partido de Meloni montó una polémica en torno a la boxeadora argelina Imane Khelif —justo antes de un combate en los Juegos Olímpicos con la italiana Angela Carini, que luego se retiró de la competición—, Rachele había calificado esas posturas de “campaña denigratoria”.
LGBTQ
«El mundo cambia, la derecha tiene que cambiar», ha dicho ahora, según el HuffPost Italia. «No pueden tener miedo de hablar de eutanasia o el ius scholae (el otorgamiento de la nacionalidad italiana a menores de padres extranjeros)», ha argumentado.
Rachele ha seguido así los pasos de otra nieta del fundador del fascismo, su hermanastra Alessandra, que desde hace dos décadas milita en las filas de Forza Italia y ha sido europarlamentaria, diputada y senadora. Y que, además, después de formar parte en el pasado de formaciones de inspiración fascista, no solo se ha convertido en una feroz defensora de los derechos de la comunidad LGBTI, sino que también llegó a pedir perdón por sus antiguas posturas.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2024-09-12 14:02:47
En la sección: El Periódico – internacional