Feijóo asume la oposición con un discurso centrado en la amnistía, un programa quimérico y con guiños a Vox: “Fuera de la Constitución no hay democracia”

Llegó el día de Alberto Núñez Feijóo. El candidato del PP se ha subido este martes a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados para pedir la confianza de los 350 diputados, aunque ya consciente de que no la iba a lograr. Pero el líder gallego se aferra a lo que deja a las puertas de la Cámara Baja, a la calle, que es donde cree que tiene el apoyo “digno” y contrario a su adversario, el mismo que, en cualquier caso, no le dio una mayoría suficiente para formar gobierno el pasado 23 de julio.

“Este debate de investidura es determinante para España y para mí desde el ámbito personal”, comenzó Feijóo ante un hemiciclo pocas veces más lleno, con pleno de diputados, periodistas e invitados. En la tribuna de visitas se acomodaban los pesos pesados del actual Partido Popular: los presidentes autonómicos del PP, senadores, diputados regionales, alcaldes, o el presidente del Senado, entre otros.

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Sus primeras palabras se centraron en la amnistía “o cualquier fórmula equivalente o análoga”. “Tengo principios, límites y palabra”, aseguró Feijóo para reiterar que jamás aceptaría esta concesión, porque tampoco abusaría de la confianza de sus votantes, como a su juicio sí hará Pedro Sánchez. La amnistía no es ni jurídica ni éticamente aceptable para el PP, que la sitúa fuera del marco constitucional y, por lo tanto, fuera de la democracia. “Ningún fin, ni siquiera la Presidencia del Gobierno, justifica los medios”, lanzó el candidato a La Moncloa, durante una sesión plenaria que le alejará de ese destino.

Feijóo ha insistido en que su partido ganó las elecciones y logró más diputados de los que nunca ha alcanzado Pedro Sánchez en las elecciones a las que se ha presentado, “es la consecuencia lógica del resultado electoral, para que, mínimo, el contador se active”, ha dicho en defensa de su investidura, que la siente criticada por los socialistas porque “trunca” su relato y les retrata”. “Esta sesión de investidura retrata a todos, hoy y en el futuro. Retrata a quien antepone la ambición general al interés general, y a quien no l hizo ni lo hará. Me retrata a mí y a usted, señor Sánchez”, ha advertido el candidato.

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La bancada socialista se ha removido en sus escaños cuando Feijóo ha asegurado que a él y a Sánchez les han ofrecido “exactamente lo mismo” para ser presidentes, por lo que la diferencia radica en su “integridad” como candidatos: “Tengo al alcance los votos para ser presidente”, ha remarcado, para a continuación asegurar que no aceptará pagar ese precio que le piden para serlo. “Lo que los independentistas plantean, además de una aberración jurídica y moral, es un ataque directo a los valores democráticos esenciales de nuestro país”, ha sentenciado.

El discurso de Feijóo ha sido aplaudido por toda su bancada, tanto durante las casi dos horas de intervención, como a la salida del pleno. “Discusazo”, “fantástico”, o “para recordar”, han sido alguno de los adjetivos que iban dejando diputados y dirigentes del PP a su paso. Un presidente autonómico describía cómo Feijóo ha mezclado “crítica y Gobierno” y lo definía como “sobrio y pletórico”, otra baronesa señalaba que le ha “encantado” y distinguía alguna de las citas del presidente del partido que rechazaban los “privilegios” a los independentistas, mientras que un tercer dirigente del PP madrileño destacaba sus frases advirtiendo de la poca fiabilidad de Sánchez.

En general, el elogio ha sido unánime entre las filas ‘populares’, mientras que los socialistas, en boca de Patxi López, lo han definido como la “fiesta del no cumpleaños” de Feijóo, con mentiras y la sensación de que más que un discurso de investidura, parecía una moción de censura al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. “El vacío absoluto”, ha sentenciado López a la salida del pleno, donde ha ironizado con que el candidato haya pasado de “derogar el sanchismo” a apoyar el Gobierno de Sánchez.

Además de cargar contra la amnistía y las concesiones a los independentistas, Feijóo ha lanzado una serie de propuestas que realizaría si estuviese en la Presidencia del Gobierno. Se ha comprometido a seis pactos de Estado, los mismo que ya puso sobre la mesa durante la ronda de contactos con los diferentes líderes de los grupos parlamentarios, entre ellos Pedro Sánchez, presidentes autonómicos y agentes sociales.

También a medidas concretas, como aumentar en un millar la cifra de jueces y magistrados en los próximos ejercicios, renovar el CGPJ y modificar la Ley para que no haya políticos en la lista del Consejo. Entre las realizables está la apertura de una comisión parlamentaria que aborde el cambio de posición en el Sáhara Occidental, para lo que necesitaría apoyo parlamentario.

Además de prometer una ayuda de 200 euros para “los más vulnerables” y la gratuidad del transporte público, así como aprobar un calendario de subida del SMI para alcanzar el 60% del salario medio. Feijóo ha aprovechado para incorporar a su programa una medida muy acorde con su discurso: incluir un delito de “deslealtad constitucional” al Código Penal como, ha asegurado, “ocurre en todos los países de nuestro entorno”, además de incrementar las penas de malversación “de acuerdo a su gravedad”.

El líder del PP ha tenido varios guiños a Vox, quien le aseguró el apoyo de sus 33 diputados a su investidura. “Les agradezco su respaldo responsable y generoso. A pesar de ser tercera fuerza, no lo han condicionado a su presencia en el Gobierno”, ha recordado, al tiempo que se ha referido a Coalición Canaria y a UPN en los mismos términos y resaltando que no han pedido más contrapartidas que las expuestas.

A los “nacionalistas y a los independentistas” les ha dicho que no quiere un país de pensamiento único y que acepta una sociedad plural que enriquece a España: “Creo que no será sencillo encontrar a un presidente tan sensible con la España autonómica, las particularidades territoriales y las lenguas oficiales”, les ha dicho, sin conseguir la atención de ninguno de ellos, que plasmaban sus miradas en los papeles sobre sus escaños. Con todo, les ha advertido de que Sánchez engaña a sus ciudadanos, y que con ellos como socios podría hacer lo mismo. “Háganme caso”, ha insistido.

“Señorías, somos más, infinitamente más los que seguimos comprometidos con la democracia y con el Estado de derecho. Es lo que votamos, por esa mayoría real estoy aquí, por ellos me presento a mi investidura”, ha enfatizado, arropado por los aplausos de los suyos y los asentimientos de la bancada de Santiago Abascal.