Boric realiza un nuevo cambio de gabinete presionado por la gestión deficiente

Tras una larga y compleja jornada, el mandatario logró rediseñar su equipo de asesores, introduciendo un ajuste total en el Ministerio de Relaciones Exteriores. No solo salieron su titular, Antonia Urrejola, sino también sus dos subsecretarios, Ximena Fuentes y José Miguel Ahumada. El nuevo ministro de Exteriores será el destacado embajador, exsubsecretario y cercano al PPD Alberto van Klaveren, al que el presidente encomendó mantener a Chile como país referente del multilateralismo y respeto a los derechos humanos.

El cambio de gabinete provocó la salida de los ministros de Obras Públicas (MOP), Ciencia, Deportes y Cultura, y también se sumaron un importante número de subsecretarios cuya lista todavía se afina.

En el Ministerio de Obras Públicas, la actual presidenta del Banco Estado, la economista socialista Jessica López, reemplazó al liberal Juan Carlos García. En Deportes, se designó al exfutbolista Jaime Pizarro; en Cultura, al exejecutivo de televisión Jaime de Aguirre; y en Ciencia, a Aisén Etcheverry, que estaba al frente de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y será la tercera persona en ocupar dicha cartera en un año.

Cambios de última hora

Anunciado para el mediodía, el cambio de gabinete terminó concretándose pasadas las 15.30 horas de Chile, porque en el último momento algunos de los designados inicialmente tuvieron que ser descartados por polémicas del pasado que las redes sociales trajeron al presente.

En esta ocasión, Boric no alteró su equipo político, que fue reestructurado una semana después del rechazo ciudadano a la propuesta de nueva Constitución en septiembre. En ese primer cambio de gabinete, las carteras más importantes quedaron en manos de ministras del Socialismo Democrático y no del Frente Amplio, lo que implicó un giro al centro.

Al igual que esa vez, los partidos de Apruebo Dignidad (FA y PC) retroceden no solo en favor del Partido Socialista y el PPD, sino también del mundo independiente. Así, de los 24 ministerios, siete, los más importantes, serán encabezados por personas provenientes de la Concertación; siete, del mundo independiente, y diez, de partidos de AD.

La necesidad de una segunda (tercera, en la práctica) modificación del equipo de Gobierno fue demandada por sectores oficialistas y de oposición a finales de enero, cuando se conocieron audios comprometedores de la excanciller Antonia Urrejola y de su equipo de asesores, en los que se referían en groseros y duros términos al embajador de Argentina en Chile. La crisis se desató cuando Boric estaba en Buenos Aires, participando en la cumbre de la Celac.

A esto su suma que el subsecretario saliente de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, siempre fue un abierto detractor de los acuerdos y tratados comerciales, lo que lo enfrentó a la canciller, el Congreso y los empresarios.

Ya a comienzos de enero, Boric había reemplazado a la extitular de Justicia Marcela Ríos por el destacado abogado Luis Cordero, luego de que el mismo presidente reconociera problemas en la entrega de los doce indultos a condenados por violencia en el estallido social de 2019 y un preso terrorista.

El golpe final

Esta semana, el rechazo de la reforma tributaria por falta de votos oficialistas precipitó el cambio. Tres diputadas de izquierda se retiraron de la sala en el momento de la votación en protesta por el maltrato que el día anterior había dado el ministro de Educación a una de ellas.

En los últimos días, tras un mes de receso legislativo donde dirigentes del Socialismo Democrático apuntaban a una mejor distribución de fuerzas en el gabinete, Boric trató de salir al paso, señalando que el cambio de gabinete estaría solo motivado por el objetivo de «mejorar la gestión».

Eso explicaría la salida del ministro de Obras Públicas, cartera que debería tener alta presencia en la agenda, pero que tiene detenidos muchos procesos de licitación de proyectos, y de Deportes, cartera que enfrenta los Panamericanos 2023 en Santiago.