Es una suerte que Dalí soñara tanto. El artista visitó el monasterio de la Encarnación, en Ávila, en 1950, dos años después de su regreso a España tras ocho en Estados Unidos. El lugar le interesaba porque allí habían vivido los místicos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús. En el convento carmelita, el padre Bruno Froissart le mostró un pequeño dibujo de Juan de la Cruz, conservado en un relicario, que representa a Cristo crucificado desde una perspectiva inusual, visto desde arriba en ángulo oblicuo. Pronto empezaron los sueños que le impelían a pintar ese Cristo.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2023-11-06 11:44:46
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