Imagina estar sentado en tu casa y oír, una y otra vez, ese sonido agudo y constante que hace un dron cuando pasa cerca. Similar al zumbido de un mosquito. Al principio incomoda, molesta, te obliga a mirar al cielo. Pero si no se va, … si suena cada día, a cada hora, acabas por asumirlo como parte del ambiente. Así, exactamente así, es como comienza la nueva entrega del cineasta y escritor argentino, Hernán Zin, ‘Todos somos Gaza’. Un sonido de fondo aparentemente simple, pero que representa el miedo y la tensión con la que viven los gazatíes a diario. Porque de esta manera empieza el documental, y cada mañana de los dos millones doscientos mil habitantes de Gaza: bajo el zumbido de los drones.
En 2014, Zin conmovió al mundo con ‘Nacido en Gaza’, una crónica que ponía rostro y voz al sufrimiento infantil en una de las zonas más castigadas por la guerra, la franja de Gaza. Once años después, el director argentino regresa con ‘Todos somos Gaza’, una segunda entrega, con fecha de estreno en octubre de 2025, que no solo busca a los diez protagonistas originales para saber qué ha sido de ellos, sino que también lanza una denuncia poderosa y urgente sobre cómo el asedio que sufren los palestinos se ha deshumanizado con la irrupción de la inteligencia artificial.
Hernán Zin, acompañado del embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed; de su ‘fixer’ palestino (un guía que sirve como tus ojos y tu voz en un país en el que no conoces la cultura o el idioma) y ‘filmmaker’, Yousef Hammas; de su directora de contenidos y fotoperiodista, Maysun Abu-Khdeir,y de la directora en España de la UNRWA (la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina), Raquel Martí, comparte entre lágrimas las dificultades a las que se ha enfrentado para rodar esta segunda parte. «Sufro de estrés postraumático», confiesa. Sin embargo, fueron los miles de mensajes que recibió tras el primer documental los que lo han impulsado a volver.
Volver a trabajar en Gaza no fue fácil. «Es la primera guerra a la que fui en la que culpan a las víctimas de lo que está pasando», denuncia. La entrada a la Franja está completamente restringida a los periodistas, por lo que el rodaje está siendo posible gracias a un grupo de jóvenes palestinos de entre 18 y 19 años liderados por Yousef, ‘fixer’ de Hernán. Ellos se encargan de filmar sobre el terreno, convirtiendo ‘Todos somos Gaza’ en una película palestina en esencia, aunque dirigida desde Europa. «Está financiada y realizada en un 90% por palestinos», puntualiza Hernán.
El director argentino en la presentación de ‘Todos somos Gaza’ en Madrid
En 2014, cuando grabó ‘Nacido en Gaza’, murieron alrededor de cien niños durante los ataques. Hoy, apunta el director con crudeza: «Mientras grabamos la segunda parte, mueren 100 niños al día».
Entre esas cifras, diez historias cobran de nuevo vida. Contra todo pronóstico, los diez niños protagonistas del primer documental fueron localizados. «La mayoría están vivos, cosa que me sorprende», teniendo en cuenta que la mitad de la población de Gaza tiene menos de 18 años y que son los «principales objetivos de esta campaña de exterminio».
Pero el horror no se limita al número de víctimas. «Han matado a todos los intelectuales, a los ingenieros, a los periodistas, a los médicos… ¿Quién va a reconstruir esa montaña de escombros el día de mañana?», se pregunta con desesperanza.
«La IA es un arma de destrucción masiva»
En esta segunda entrega, el cineasta argentino centra su atención en la automatización de la guerra: «La inteligencia artificial está provocando la deshumanización del conflicto y del Estado de Israel», asegura. «Es un arma de destrucción masiva». Según su investigación, Israel utiliza la inteligencia artificial como un sistema autónomo de selección de objetivos. «Ya no son altos mandos militares evaluando los daños colaterales. Es un algoritmo que decide quién vive y quién muere», denuncia.
Esta deshumanización, asegura, convierte a Gaza en «un laboratorio humano». Un experimento mortal en la tierra donde los errores son vidas humanas. Sin embargo, entre las ruinas, el cineasta encuentra todavía señales de resistencia: «Hay una enfermedad crónica en Palestina que se llama esperanza».
El director sabe que está tocando fibras sensibles. Que denunciar lo que está ocurriendo en Gaza puede incomodar a muchos. Pero no puede callar. ‘Todos somos Gaza’ no es solo un documental. Es un grito ético, social y emocional. Es el retrato de un pueblo roto que resiste. Es también el testimonio de un reportero herido que, pese a todo, ha decidido volver. Porque contar lo que ocurre en Gaza no es solo un ejercicio de periodismo: «Es un acto de humanidad». Y mientras las bombas siguen cayendo, Hernán nos obliga a mirar. A mirar de frente. Y a «seguir contando historias que cambian el mundo».
Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es
Publicado el: 2025-06-25 22:22:00
En la sección: Internacional