Los palestinos presentan sus exigencias a Riad antes del pacto histórico de Arabia Saudí con Israel

Dos de los colaboradores más estrechos del líder de la ANP, su jefe de Inteligencia y el secretario general del partido en el poder, se reunieron el miércoles en Riad con saudíes y con diplomáticos norteamericanos, según la misma fuente. Las negociaciones a tres bandas entre Israel, Arabia Saudí y EE.UU. avanzan, y, aunque el respaldo palestino no parece crucial para el pacto histórico, su visto bueno es importante. El líder de facto saudí, el príncipe heredero Bin Salman, es consciente del impacto que tendrá en todo el mundo árabe un acuerdo de paz entre la primera potencia del Golfo y el enemigo histórico judío. Es lógico por eso que trate de contentar a los palestinos, o al menos ofrecerles algún alivio.

Tirar de la chequera no es difícil para Riad. Sí lo será, y mucho, convencer al gobierno de la derecha dura que preside Netanyahu de la necesidad de conceder a la ANP más territorio en Cisjordania de plena administración palestina (conocido como Área C tras los Acuerdos de Oslo).

Las exigencias concretas que han trasladado a Riad los hombres de Abbas son -junto a la administración de algunos ‘territorios ocupados’- el cese completo de nuevos asentamientos judíos en Cisjordania, y la reanudación del paquete de ayuda financiera saudí de 200 millones de dólares anuales, que Riad cesó hace tres años. Son peticiones difíciles, en particular las que afectan a las concesiones de Israel, pero mucho más suaves de las que hasta ahora reclamaba la Autoridad Palestina para respaldar el pacto entre saudíes e israelíes. En concreto: el reconocimiento judío de un Estado palestino, el objetivo que hoy parece el sueño de una noche de verano en el ya lejano 1993.