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Shanti De Corte. Víctima 33 de los atentados de Bruselas, eutanasia por depresión incurable

Shanti De Corte.  Víctima 33 de los atentados de Bruselas, eutanasia por depresión incurable

«Padecía tal sufrimiento psíquico que lógicamente su petición fue aceptada». Es el argumento con el que la Comisión belga para el Control y Evaluación de la Eutanasia ha justificado la muerte asistida de Shanti De Corte, una joven de 23 años que nunca superó el terror indecible de ver reventar junto a ella a 14 personas en el atentado islamista perpetrado en 2016 en el aeropuerto de Bruselas. Algunos eran compañeros suyos, estaban todos allí porque se iban de viaje fin de curso a Roma. El juicio por este y el simultáneo en el metro, 32 asesinados en total, se abrió precisamente ayer con ella como víctima número 33. De Corte estaba sana físicamente, no hubo heridas en su cuerpo. Las de dentro, los miedos que le consumían, se agravaron cuando en una de sus múltiples hospitalizaciones, otro paciente abusó sexualmente de ella en 2018. Atravesó calvarios con un intento de suicidio en 2020. Tenía prescritos once antidepresivos diarios. «Con todas las drogas que tomo, me siento como un fantasma», confesó en sus redes. Su final voluntario se ha conocido ahora, pero se ejecutó en mayo. No es ni mucho menos el primero que la justicia de Bélgica autoriza exclusivamente por razones de un padecimiento mental «constante e insoportable que no puede aliviarse», como prevé su ley. Ya en 2012, la opinión pública asistió conmocionada a la eutanasia de Godelieva de Troyer, 64 años, aplicada sin siquiera informar a su hijo, que acudió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La sentencia se ha dictado en octubre y condena que «no se examinaran adecuadamente» las circunstancias que condujeron a la eutanasia y también cierto conflicto de intereses: el mismo médico que administró la inyección letal copreside el organismo oficial que aprueba esa práctica para cada caso. En este país centroeuropeo se ayuda a terminar con su vida a una media de siete personas al día, van unas 27.000 desde que el acto se despenalizó hace dos décadas, aunque se cree que el número real es aún mayor. Un tres por ciento remite a traumas psiquiátricos o alzhéimer. El debate existe y la muerte de De Corte ha abierto nuevas y profundas controversias, entre otras porque su propia madre apoyó la determinación de la joven de dejar de vivir defendiendo que «era una batalla que no podía ganar» y que, sin más, «es lo que ella verdaderamente quería». Pero, ¿era la única opción, no había otra salida?. El interrogante sobrevuela el caso en tanto un neurólogo del hospital clínico de la capital, Paul Deltenre, tachara la decisión de «prematura» ya que la paciente declinó la oferta de tratamiento de una terapeuta de Ostende con gran experiencia en victimología, Nathalie Neyrolles. Cabeceras digitales católicas, como ‘Daily Compass’, lamentan lo que temen está siendo una «normalización» de la eutanasia para escapar de una realidad adversa y aventuran, quizás con frivolidad, que en el futuro bastará con «la pérdida de un trabajo o una decepción romántica» para solicitarla. La Fiscalía de Amberes no ha encontrado falla alguna en el proceso. Shanti De Corte descansa por fin, lo dejó escrito como un epílogo en su facebook: «Reí y lloré. Hasta el último día. Amé y se me permitió sentir lo que era el verdadero amor. Ahora me iré en paz, sabed que ya os echo de menos».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es

Publicado el: 2022-11-14 20:31:10
En la sección: Internacional

Publicado en Multimedia

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