A cuatro días de su inicio, la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) no ha logrado todavía pactar una declaración conjunta, a pesar de que ya se sabe que será «muy breve y condensada», según fuentes españolas. En cuanto a la asistencia, el Consejo Europeo, que es el anfitrión, intenta que se difumine la polvareda provocada por la imprudencia cometida por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de invitar por su cuenta a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, sin consultar ni con los socios europeos ni con los americanos.
El que debía de haber sido uno de los momentos más brillantes de la presidencia española de la UE será probablemente una reunión poco relevante en su contenido y aún difícil de encajar en el diálogo político conjunto. A pesar de que el alto representante, Josep Borrell, había desplegado desde hace meses toda la potencia de la diplomacia europea para tratar de establecer una alianza estratégica con el continente aunque fuera a costa de ignorar las diferencias en materia de derechos humanos con varios países.
El caso más evidente ha sido el enredo que se ha generado con la posible participación de Zelenski en la reunión, que fue suscitado por Pedro Sánchez abiertamente en su visita a Kiev el primer día del semestre de presidencia española. Al ucraniano le pareció una idea excelente porque volvería a demostrar que él está rodeado de aliados en comparación con el aislamiento del dictador ruso Vladímir Putin y comentó la propuesta de Sánchez con los periodistas. Hasta que su portavoz, Sergiy Nykyforov, advertido de las consecuencias, tuvo que aclarar expresamente que «Zelenski no quiso decir que había recibido una invitación formal del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Más bien, el presidente de Ucrania se refirió a una propuesta de Sánchez de coordinar esfuerzos para que la posición de Ucrania se presentara de una forma u otra en el evento celebrado en Bruselas».
Equidistancia
En efecto, la idea de invitar a Zelenski era difícil de encajar teniendo en cuenta que Ucrania no es ni miembro de la UE ni tiene una relación específica con América. El principal obstáculo lo ha planteado el brasileño Lula da Silva, que también es ahora presidente de turno de Mercosur. Lula quiere mantener una posición equidistante en la guerra por la invasión rusa de Ucrania y ya se negó a saludar a Zelenski cuando fue invitado al G-7 en Japón. Hasta esta semana el brasileño no había confirmado su asistencia a la cumbre de Bruselas, lo que presupone que ha recibido garantías de que Zelenski no estará presente. Argentina tampoco simpatiza con la idea.
En efecto, la idea de invitar a Zelenski era difícil de encajar teniendo en cuenta que Ucrania no es ni miembro de la UE ni tiene una relación específica con América
Pese a todo, fuentes del Gobierno español insistían recientemente en que Sánchez mantiene su interés por dar una visibilidad al ucraniano y por ello «estamos trabajando para ver cómo encajarlo» en persona o en forma de videoconferencia.
Cuba estará representado por su principal dirigente, Miguel Díaz-Canel, a pesar de que ha denunciado «la conducta opaca y manipuladora de la UE» en la organización. Los eurodiputados también aprobaron este miércoles una resolución denunciando no solo la represión de la dictadura cubana sino las gestiones del propio Borrell para normalizar las relaciones con el régimen.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es
Publicado el: 2023-07-13 15:04:09
En la sección: Internacional