Oscar Murillo | En Venezuela «no hay viabilidad democrática

Oscar Murillo, coordinador de Provea, afirma que: los derechos de expresión, reunión y manifestación pacífica en Venezuela enfrentan un peligro crítico. En un país donde la persecución acecha, la voz de los críticos se apaga bajo un manto de miedo. Durante una protesta en Caracas por la libertad de los presos políticos, Murillo habló claro: “No es viable un país bajo estas condiciones de persecución generalizada”. Y es que, la verdad, vivir sintiendo que cualquier palabra puede costarte caro no es vida. Además, señaló el aislamiento y la incomunicación que sufren los detenidos, un dolor que golpea como un martillo a familias enteras.

Persecución: un ataque a la libertad

Murillo denunció un ataque sistemático contra quienes cuestionan la narrativa oficial. La libertad de expresión y reunión están en jaque. Imagina querer alzar la voz y sentir que te cierran la garganta. La persecución no distingue: ataca a cualquiera que parezca crítico. Esta oleada represiva, según Murillo, asfixia la pluralidad y el debate, justo cuando Venezuela clama por soluciones a problemas urgentes como la economía o las pensiones.

Aislamiento: el dolor de los detenidos

El coordinador de Provea no se quedó callado sobre las detenciones recientes. “Cuando alguien es detenido, se le niega hablar con su familia”, afirmó. Este aislamiento agrava el sufrimiento, como dejar a alguien en una isla sin contacto. Murillo exigió al Ministerio Público garantizar los derechos de los detenidos. La incomunicación no solo castiga al preso, sino a sus seres queridos, que viven en angustia. La acción penal, insistió, debe respetar la humanidad.

Un llamado urgente a la acción

La advertencia de Murillo es un toque de campana: Venezuela necesita respuestas, no más silencio. La persecución y el aislamiento no solo violan derechos, sino que rompen el tejido de un país que anhela debatir y avanzar. Levantar la voz, dice Provea, es urgente. Porque, entre tú y yo, un país sin libertad de expresión es como un cuerpo sin aire. ¿Hasta cuándo?

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