Menú Cerrar

Con un Nudo en la Garganta…

Estaba revisando los mensajes del chat de whatsapp de un diplomado que estoy cursando virtualmente.  Cada uno de los integrantes es justo la viva representación de lo que es mi país, nuestro país.  Gente agradable, inteligente, amable, interesada en disfrutar, en conocer, en trabajar por la prosperidad de su familia y de su país, en compartir y en aprender, para hacerlo mejor.

Nuestra coordinadora es también una persona así.  Siempre atenta, siempre ahí para apoyarnos, para proveernos de información, para asistirnos en todo lo que requerimos.  En estos meses que llevamos en el diplomado, todos hemos contado con ella y hemos tenido la seguridad de que allí estaría para ayudarnos a culminar con éxito nuestro objetivo.

Ayer ella envió un mensaje de voz que no escuché hasta hoy.  Tenía la voz distinta. Su mensaje decía:  “Hola amigos.  ¿Cómo están?.  Buenas noches.  Disculpen que les escriba tan tarde un día viernes.  Les quería informar lo siguiente.  Es posible que para el día martes yo no pueda acompañarlos en el encuentro síncrono porque hoy, o mejor dicho, en la noche de anoche, me comenzó un dolor fuerte de estómago y resulta que hoy me descubrieron que era una apendicitis aguda y que debo ser operada de emergencia.  Sin embargo,  pasé todo el día en el Hospital Clínico Universitario y hasta ahorita me dijeron que no tenían cama y tengo que “ruletear” hospitales ahora para que me operen de emergencia.  Entonces, bueno, todos sabemos cómo está la situación de  salud en el país.  Es complicado.  Quería que lo supieran.  Si me escriben por privado es posible que no les conteste.  Ojalá que me operen pronto para reincorporarme y poder acompañarlos pero quería que lo supieran para que no sientan que hay un abandono de mi parte sino que, de verdad, estoy pasando por una situación fuerte de salud.  Los abrazo a todos.  Cuídense mucho.  Por favor, cuídense mucho la salud que es lo más valioso que tenemos y espero reincorporarme pronto…”.

Aún ahora, escribiendo estas palabras, se me hace un nudo en la garganta.  Aún no hemos sabido nada de nuestra coordinadora.  Estamos orando para que ya la hayan operado y se encuentre bien de salud y, efectivamente, pueda reincorporarse a sus actividades lo más pronto posible.

Eso no quita la desazón que uno siente…Los problemas en nuestro país siguen sin solucionarse y afectan a la mayoría de la población.  Nuestro sistema de salud público necesita reestructurarse y necesita inversión.  Teníamos y aún tenemos excelentes médicos. Aunque muchos se han ido, quedan muchos con una increíble vocación de servicio.  La excusa no puede ser que no tenemos camas.  Si no tenemos camas, tenemos que ver cómo  se dota a los hospitales públicos para que las tengan.  Los hospitales públicos deben poder prestar un servicio médico de calidad y estar al servicio de quienes lo requieran. No puede ser que haya gente muriéndose porque no le pudieron hacer una diálisis que necesitaba o porque no la pudieron operar a tiempo.

Es deber del Estado proveer un sistema de salud pública que funcione.  Debemos levantar nuestra voz cada vez que conozcamos de cualquier caso en el cual un ciudadano de nuestro país no haya recibido la atención médica que necesitaba. Este es un problema de larga data. Debemos exigir lo que nos corresponde como ciudadanos. No hay ninguna excusa para que nuestro sistema de salud no funcione.

¡Prendamos una vela y pasemos la luz!

Fuente de TenemosNoticias.com: www.analitica.com

Publicado el: 2023-07-02 09:05:17
En la sección: Opinión archivos – Analitica.com

Publicado en Opinión