Menú Cerrar

Presos y exiliados por ejercer derechos, por Armando Martini

Presos y exiliados por ejercer derechos, por Armando Martini

Para quien ose disentir, está el obediente sistema judicial del régimen. En Venezuela todos somos potenciales presos y exiliados

 

@ArmandoMartini

Escritos de doctrina y jurisprudencia, disertaciones legales y conceptos jurídicos de destacados juristas y defensores de los derechos humanos en respetadas instituciones de prestigio, concuerdan que todo ser humano detenido en cárceles o cualquier procedimiento judicial con restricción policial es responsabilidad del gobierno. Este debe garantizar la seguridad y salud, no importa quién sea el presidente y quiénes su respaldo político.

Lo que en democracia es un derecho, en regímenes dictatoriales es motivo de ergástula. Ruines y opresores envían sistemáticamente a sus adversarios a la cárcel o al destierro. Derecho fundamental que se practica y respeta en los países democráticos, y se incumple en las tiranías despóticas, donde existe concentración de mando, no hay poder Judicial independiente y el ciudadano está expuesto al arbitrio de la autoridad.

Cuba ha tenido históricamente presos políticos. Típico ejemplo de una dictadura militar que sojuzga, disponiendo de lo aceptable y prohibido. Y, para quien ose disentir, está la seguridad del Estado y su obediente sistema judicial, sin garantía al debido proceso, derecho a una defensa o amparo de una autoridad imparcial. En Venezuela el patrón se repite y en ambos países tienes un pie en la cárcel y otro en la calle.

La expiración de un preso político es un tema embarazoso, incómodo, perturbador, más emocional que político. Un recordatorio del olvido social en el cual tienen a los presos –y agregaría– exiliados. Dejarlos de lado significa entregarlos al encono de la violencia e inquina fanática.

Es difícil entender por qué las personas actúan de una u otra forma. Existen las que cuando enfrentan situaciones, sorprenden por lo que dicen y hacen. En momentos, dan la impresión de buen actuar; en otros, la decepción se impone.

La muerte asaz dolorosa de cualquiera, que con atropellada y policialmente restringida inhumación de sus restos produce suspicacia. Pretexto sobrevenido, desgaste en la sepultura carcelaria de quien pagó con prisión sin futuro ni compasión, ser guía moral y ético. Pensó diferente; no era proclive al castro-cubanismo, que aceptó sin disimular su desagrado por la indignante intromisión cubana bajo la mirada complaciente oficialista.

Prestigiosos y valerosos pagaron prisión sin juicio, traslados de mazmorras, maltratos carcelarios, separación familiar, persecución e incluso cárcel para familiares.

Fallecido en custodia, sin humanidad bajo la mansedumbre del sistema judicial, cuando le quedaba el recuerdo de confianzas que resultaron falsas. Confinado en el abandono e inadvertencia, cuando el hambre y la frustración ciudadana los hacía pensar en apetencia. Destino cuestionable, cruel del proscrito y recluso político. La execrable sentencia contra un penado es no juzgarlo, como infame es hacerlo injustamente.

Cuando un cautivo político fallece, se desbordan los comentarios, en contra y a favor. Caídos en desgracia, detenido y sometido a un deshonroso juicio. Reclusos aherrojados por el miedo de los sepultureros de la libertad y derechos humanos; víctimas del fracaso rotundo de una revolución que lo cambió todo para peor. Miseria, indigencia, promesas profanadas, impericia e incompetencia como método de gobierno y corrupción como objetivo.

Cualquiera puede ser objeto de persecución política, detenido y acusado por elaboradas infracciones y evidencia sembrada. El arresto suele ser arbitrario y sin claridad de cargos, sujeto a complicaciones procesales, violaciones de normas, imposibilidad de acceso a juristas y juicios cerrados cuando legalmente son públicos. En ocasiones obligan a inculparse, confesar delitos no cometidos, bajo amenaza de tortura y otras brutalidades, incriminar a personas, en contravención de los derechos fundamentales consagrados en los tratados internacionales.

“Justicia socialista” contra todos, por Alejandro Armas

No murió del todo Venezuela, ni morirá jamás, aunque ya enferma terminal, con empeño y anhelo de resurrección, pésimo gobierno y un sector opositor traidor, fracasado y corrupto; cambiarla será una labor enorme, pero posible con venezolanos de buenas costumbres ciudadanas que honren la palabra empeñada y rindan cuentas de su gestión financiera. Jamás perdamos la esperanza.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Fuente de TenemosNoticias.com: runrun.es

Publicado el: 2023-12-07 16:28:18
En la sección: Opinión archivos – Runrun

Publicado en Opinión

Deja un comentario