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Salarios, jubilaciones, pensiones y crecimiento económico en Venezuela, por Froilán Barrios Nieves*

Salarios, jubilaciones, pensiones y crecimiento económico en Venezuela, por Froilán Barrios Nieves*

Los trabajadores son víctimas del retardo en las jubilaciones del sector público, ejecutado con premeditación y alevosía por el gerente de turno

 

@froilanbarriosf

Cada fin de año los pronósticos abundan en materia de crecimiento económico. En ese contexto, el 2023 no es la excepción. Los hay para todos los gustos, desde el mandatario nacional que anuncia un crecimiento del 8 % para 2024, hasta organismos internacionales que anuncian tasas que oscilan entre el 2 % y el 4 %.

Ante estas cifras, ¿cómo les va a los factores fundamentales de la economía: el trabajo y el capital? Cada uno desarrolla un curso propio para mantenerse. En el caso del capital privado, permanece inmerso en la relación de amor-odio con el régimen, expresada inicialmente en las expropiaciones salvajes estatales, para luego convocar a Fedecámaras a colaborar en la reconstrucción de la economía.

Dicha relación no puede reconocerse solo con el simple enunciado de “la lucha es de clases, de pobres contra ricos”, sino en la simulación de adaptarse ante un proyecto político dictatorial en el poder. Este no la pudo sustituir, fracasando en sus experimentos con los parapetos de Fedevesp y Fedeindustria. Esto le conllevó a mimetizarse a la oferta económica gubernamental que, como cantos de sirena, no ha derivado en desarrollo alguno. Llámese Zonas Económicas Especiales (ZEE) o la “implantación del modelo chino”, los fundidos 14 motores de la producción, núcleos endógenos, etc. Todos derivados en disparates cuyo resumen fatal ha sido la pérdida del 80 % del PIB en la última década y la ruina de un país. 

A fin de cuentas, el capital posee una capacidad para sobrellevar su relación con el Estado. No así el factor trabajo, que ha visto cómo su principal fuente de bienestar –los salarios y los servicios públicos– han profundizado su caída libre, precarizando la condición de vida al extremo de la subsistencia.

Lo cierto del caso es que, en las sesudas premoniciones de crecimiento, solo resaltan los indicadores económicos de supuesta prosperidad. Siendo ignoradas las políticas necesarias para restablecer y reconocer la inconmensurable pérdida sufrida en la riqueza obtenida históricamente por los trabajadores, hoy depredada por un modelo económico saqueador de sus bienes.

A partir del anuncio publicado el 12/12/2023 en el diario Periodiquito de Aragua podemos actualizar la magnitud de la tragedia, al resaltarse un supuesto aumento salarial para el presupuesto 2024 del 10 %, más 70 % en los bonos, como propuesta planteada en la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea Nacional. 

En resumen, luego de 653 días transcurridos desde aquel lejano 1/3/2022 hasta hoy, con una inflación acumulada entre tanto de 282 % en 2022 y proyectada hacia el 200 % en 2023 (siendo la interanual de 314 %), resulta risible la propuesta reciente a considerar para el presupuesto 2024.

La magnitud de la crueldad del régimen contra el factor trabajo, con el consecuente desmedro de los bienes salariales de los trabajadores venezolanos en el sector público, podemos observarla en la descripción de casos sucedidos todos estos años en empresas del Estado tales como la CVG, CANTV, PDVSA, ministerios, alcaldías y gobernaciones.

En cuanto a la liquidación de las prestaciones sociales, el retardo acumula hasta 2 y 3 años, violentando la Constitución. Cuyo artículo 92 señala: “Todos los trabajadores tienen derecho a prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata”.

A esta anomalía se añade la exclusión del cálculo al salario integral, que determina la inclusión como remuneración de los diferentes bonos permanentes. Siendo su resultado una disminución drástica del monto final de las prestaciones sociales. El trabajador es víctima, en definitiva, del retardo en el tiempo ejecutado con premeditación y alevosía por el gerente de turno. Quien extiende deliberadamente el plazo para así abaratar el monto de las prestaciones. Con el resultado fatal para un trabajador que ha laborado hasta 30 años, de recibir tan solo 400 o 500 dólares por el servicio público prestado durante toda una vida. En lugar de una cantidad 10 veces mayor a la entregada finalmente.

Esta práctica delincuencial se reafirma en la campaña agresiva actual de jubilaciones forzadas. Al obligar al trabajador activo a retirarse, aun cuando en los contratos colectivos existen cláusulas que establecen el carácter voluntario de la decisión.

Una tendencia similar se observa en los trabajadores activos con el pago de vacaciones, de aguinaldos o utilidades. Cuando en 2022 el monto alcanzaba, por ejemplo, 400 dólares con una cotización de 10 bolívares por 1 dólar. Retrasan el pago a la espera del aumento de la inflación para abaratar el monto a pagar por los rubros mencionados.

En el caso de las utilidades, fueron pagadas fraccionadas, cuando el dólar se cotizaba en 10 bolívares en 2022. Hoy, al cotizarse en 35 bolívares, cancelan inmediatamente los 4 o 5 meses faltantes. Al ser un monto cercano a los 60 dólares y pretender “impresionar” al trabajador.

En definitiva, se deriva en un gigantesco “negocio” esperar a que la inflación devalúe la moneda para pagar obligaciones laborales. Por tanto, es un derecho a ser restituido para los trabajadores contra quienes se han apropiado ilegalmente de lo obtenido por décadas de servicios prestados al sector público.

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Este drama transcurre en todas las ramas del sector público. Ocurre con los profesores universitarios, con salarios de 18 dólares para titulares de dedicación exclusiva luego de 30 años de labor. O en el caso más crítico: con los 20.000 trabajadores de PDVSA despedidos en 2002 y 2003, a quienes expropiaron de todos sus beneficios. Siendo extensivo a los millones de jubilados y pensionados del sector público que subsisten con un monto menor a 4 dólares mensuales. 

Esta cruenta realidad amerita en los trabajadores afectados en el sector público, primero, despertar de la parsimonia y reconocer el delito cometido por quienes representan el poder. Siendo oportuna la ocasión para unir esfuerzos con los trabajadores activos y reconquistar los beneficios.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Fuente de TenemosNoticias.com: runrun.es

Publicado el: 2023-12-13 04:30:49
En la sección: Opinión archivos – Runrun

Publicado en Opinión

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