¿Cómo será la inflación en noviembre con el impuesto a alimentos?

El próximo 1 de noviembre de 2023 marcará la entrada en vigencia del impuesto a alimentos ultraprocesados en Colombia. Es una medida establecida en la reforma tributaria del año pasado. Por este motivo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se pronunció sobre el impacto de esta iniciativa. Destacó que solo un reducido número de productos de la canasta básica experimentarán un aumento en su precio.

Este impuesto, fue diseñado para combatir los productos ultraprocesados con altos contenidos de azúcares añadidos, sodio o grasas. Establece una progresión en las tasas impositivas a lo largo de los próximos años. En 2023, se aplicará un 10 por ciento de impuesto, aumentando al 15 por ciento en 2024 y finalmente alcanzando un 20 por ciento en 2025.

Se trata de una medida que busca promover la adopción de hábitos alimenticios más saludables y reducir los riesgos asociados a la salud pública.

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Impuesto a alimentos: Impacto moderado en la inflación

El impuesto se basa en el precio de venta de los productos ultraprocesados, lo que ha generado preocupaciones sobre el aumento de los precios al consumidor. Según los expertos, este aumento podría eventualmente influir en la inflación. Sin embargo, el ministro Bonilla defiende que el impacto será moderado.

«Este impuesto solo afectará a 21 de los 443 artículos que componen la canasta básica del índice de precios del consumidor, utilizado por el Dane para medir la inflación», declaró el ministro de Hacienda. Además, estimó que el efecto en la inflación será de 0,21 puntos porcentuales en 2023, 0,11 puntos en 2024 y 0,12 puntos en 2025.

El efecto del impuesto a alimentos ultraprocesados sobre la inflación total es de 0.21 puntos porcentuales en 2023, de 0.11 p.p en 2024 y de 0.12 p.p. en 2025. Conozca más 👉 pic.twitter.com/SMDmMcZZgq

— MinHacienda (@MinHacienda) October 25, 2023

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El ministro Bonilla enfatizó que el propósito principal de este impuesto a alimentos es desincentivar el consumo de los ultraprocesados y no la generación de ingresos fiscales. «Este impuesto tiene un carácter de disuasión del consumo, no de generar recaudo, por una razón muy sencilla: es un impuesto de salud pública», afirmó.

A medida que la fecha de implementación se acerca, los consumidores y la industria de alimentos observan de cerca cómo esta medida impactará en el mercado y en la salud pública en general. La conversación sobre los efectos a largo plazo de este impuesto continuará. Por su parte, el país se prepara para un cambio en su política fiscal relacionada con los alimentos ultraprocesados.