Los tailandeses han dado un claro mensaje en las urnas al otorgar una victoria, tan inesperada como contundente, al partido reformista Move Forward, que, desde su talante prodemocrático, aboga por terminar con las estructuras obsoletas de un Estado fuertemente vinculado al Ejército y donde la monarquía ocupa un puesto preponderante. A continuación, unas claves detallan quiénes son los reformistas y qué pretenden.
Los ecos del color naranja
El partido Move Forward, que ha roto todos los esquemas en Tailandia al imponerse en las urnas, fue protagonista en el 2020 de la organización de unas sonoras protestas, asociadas al color naranja, en las que reivindicó importantes reformas para restar poderes tanto a la monarquía como al Ejército, protagonistas absolutos de un poder hegemónico en el país.
Al frente de la formación se encuentra Pita Limjaroenrat, de 42 años, que ha obtenido más de 14 millones de votos, imponiéndose al primer ministro saliente Prayut Chan-O-Cha, líder de un Gobierno surgido del golpe de Estado del 2014. El Pheu Thai, ligado al poderoso clan Shinawatra, quedó segundo con casi 11 millones de papeletas y 141 diputados pese a partir como favorito.
El Pheu Thai y otras formaciones ligadas a la familia Shinawatra han sido defenestrados del poder varias veces por la élite promilitar y monárquica, incluidos los golpes militares de 2006 y 2014 y la destitución de dos primeros ministros por decisiones judiciales en 2008.
Reforma de la «lesa majestad»
Uno de los principales objetivos de los partidos reformistas tailandeses en el cambio en la ley de «lesa majestad», según la cual es ilegal difamar, insultar al rey o a cualquier miembro de la familia real bajo la amenaza de penas de prisión entre los tres y los 15 años. Alguno expertos la han calificado como «la ley de lesa majestad más severa del mundo» y «la ley de difamación criminal más estricta del mundo».
Un controvertido reparto de escaños
Las fuerzas prodemocráticas tailandesas han sumado más del 60% de los votos, un resultado necesario para alcanzar el poder en una Asamblea Nacional regida por un sistema que favorece al Ejército. En la elección del primer ministro participan los 500 diputados de la Cámara Baja elegidos en las urnas y 250 senadores escogidos a dedo por la antigua junta militar (2014-2019). Este sistema hace complicado para el ganador ser capaz de formar un Gobierno si no cuenta con el apoyo de algunos de los senadores, que se encuentras en las antípodas ideológicas de la formación reformista. El ganador deberá ahora iniciar los contactos con el resto de partidos para intentar formar un Gobierno.
Así, la oposición necesita 376 de los 500 escaños de la Asamblea Nacional para contrarrestar la influencia de los 250 senadores designados por el Ejército. En cambio, los partidarios del Ejército sólo necesitan 126 diputados para asegurarse la mayoría en la votación del primer ministro.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2023-05-15 05:35:49
En la sección: El Periódico – internacional