El juicio a Trump detalla el plan para tapar a base de sobornos sus interminables infidelidades | elmundo.es

La segunda jornada de la vista oral contra Donald Trump empez como se esperaba: con bronca. El primer tema de la jornada era la demanda de la acusacin para que el juez del caso, Juan Merchan, endureciera la prohibicin impuesta a Trump de hablar en pblico del juicio, del magistrado, de los testigos, de los jurados, de las familias de cualquiera de stos, o de los fiscales. Trump, que ha llegado a atacar en dos ocasiones a la hija de Merchan, ha sido acusado por los fiscales de violar 10 veces la orden.

Merchan no tom ninguna decisin, aunque eso no significa que no vaya a adoptar medidas ms adelante. Pero lo que s que tuvo fue un intercambio cuando menos tenso con el letrado de Trump, Todd Blanche. «Est perdiendo toda su credibilidad ante el tribunal!», dijo Merchan, que se pas ms de una hora discutiendo con Blanche, tras lo que declar que «todava no tengo una respuesta».

La Fiscala, entretanto, no se anduvo por las ramas. Chritopher Conroy, asistente del fiscal de distrito de Manhattan que lleva el caso, pidi a Merchan que recordara al acusado que «el encarcelamiento es una opcin», dadas sus violaciones de las restricciones impuestas a sus palabras. Es, en realidad, algo que Trump ya saba. Y que tambin saba cmo aprovecharlo. La noche antes, la campaa del ex presidente mand un correo electrnico a sus seguidores con el Asunto: «Maana podran mandarme a la crcel». Porque el juicio a Trump se celebra en dos tribunales: uno en Manhattan y otro en las redes sociales y los medios de comunicacin.

A la espera de lo que el juez decida el margen que le da a Trump para usar el derecho a la libertad de expresin para insultar al resto de las personas involucradas en el juicio – lo que en su caso, dado que es una figura pblica, puede conllevar un riesgo de seguridad fsica para los atacados – la sesin se centr en el papel jugado por el tabloide sensacionalista National Enquirer en la campaa de Trump.

El «brazo meditico»

El National Enquirer es un diario sensacionalista en la lnea del Sun o del Daily Mirror britnicos, que en la poca de las elecciones de 2016 era propiedad de la empresa American Media Inc (AMI). El mximo responsable de AMI, David Pecker, que es -o, mejor dicho, era hasta ahora- amigo de Donald Trump, tiene inmunidad en el juicio, y l ha sido el primer en declarar.

Su papel es fundamental, porque la acusacin sostiene que el National Enquirer pact con la campaa de Trump convertirse en una especie de brazo meditico de ste, publicando noticias falsas que favorecieran al entonces candidato, difamando a sus rivales -a los que lleg a atribuir cinco amantes o de quienes dijo que sus padres haban participado en la trama del asesinato del presidente John F. Kennedy– y, sobre todo, comprando el testimonio de mujeres que hubieran tenido relaciones sexuales con Trump, para no publicar nunca las noticias correspondientes. Los gastos de esas operaciones iran de la cuenta de Donald Trump.

Y sa es una de las claves que llevan al caso de la actriz porno Stormy Daniels y los 130.000 dlares (121.000 dlares) que la campaa de Trump le pag por su silencio, despus de que ella tratase de difundir la historia de las relacin sexual que tuvo con el futuro presidente cuando la tercera esposa de ste, Melania, acababa de tener a su hijo Barron.

Con su testimonio, Pecker confirm los tres supuestos. El empresario dijo que en 2015, cuando Trump lanz su campaa, la mano derecha de Trump, Michael Cohen, se haba reunido con l para que atacara a sus rivales, en especial al senador evanglico de Texas y al mdico pentecostal Ben Carlson, los dos candidatos ms conservadores y que, segn el equipo del futuro presidente, presentaban el mayor peligro para su candidatura. Fue as como el Enquirer llam a Cruz alcohlico, le acus de ser infiel a sus esposa y dijo que su padre, el exiliado cubano y pastor evanglico Rafael Cruz haba tomado parte en el asesinato de Kennedy.

Ms morbo tuvieron las otras afirmaciones de Pecker, referidas a la tctica del «pesca y con muerte» (que es como se podra traducir la expresin de catch and kill, ingls muy utilizado en este juicio). Segn el empresario de los medios de comunicacin, un elemento clave era proteger la imagen del «muy deseable soltero» Donald Trump, que haba tenido relaciones sexuales con un nmero considerable de mujeres no solo en sus matrimonios previos o durante sus pocas de soltera, sino, tambin, durante su actual unin con Melania Trump. Eso significaba pagar a las mujeres que quisieran contar su historia, tener los derechos de publicacin exclusivos de sta, y luego no darla a la luz jams.

El caso que ms preocupaba a Trump y a Choen – que llamaron repetidamente a Pecker para ver cmo iba a la negociacin – era el de la ex modelo ertica de PlayboyKaren McDougal, pero, segn el testigo, hubo al menos diez mujeres que se llevaron dinero a cambio de callar, ms el portero de la Torre Trump que se hizo con 30.000 dlares (28.000 euros) por no contar qu mujeres iban a visitar al entonces empresario y estrella de reality shows.

Todo pareca funcionar a plena satisfaccin de las partes. McDougal se llev sus 150.000 dlares (140.000 euros). Y el gasto nunca qued registrado como lo que era ni desde el punto de vista de la empresa ni desde el de la inversin en campaa, puesto que era parte del esfuerzo para que Trump llegara a la Casa Blanca. De aquellos polvos han venido estos juicios.