Noboa reta a los narcos: «Sean valientes, peleen contra los militares» | elmundo.es

Como en el cuento de Augusto Monterroso, los ecuatorianos despertaron un da y el dinosaurio, transformado en el monstruo del narco, permaneca entre ellos. El desafo descarado en contra del Estado de los grupos terroristas, como los define el gobierno, ha provocado la respuesta ms contundente de Daniel Noboa, quien ayer dej muy claro que su mano dura, como le reclama la gente, tambin es hasta el final.

«Sean valientes, peleen contra los militares», fustig el primer mandatario a las bandas que atemorizan el pas, que adems graban sus acciones, como la ejecucin de dos policas acaecida en Guayas, para profundizar el terror en la sociedad. «Se acabaron los gobiernos tibios, estamos combatiendo al narcoterrorismo. Estamos en estado de guerra y no podemos ceder«, prosigui el presidente, sabedor de que del resultado de esta batalla depende su futuro poltico.

Ecuador volver a las urnas el ao que viene, no slo para elegir presidente, tambin a unos diputados que se han alineado de forma firme tras la Presidencia. Una de las claves de la declaracin del «conflicto armado interno», que ha ampliado el despliegue de las fuerzas militares por todo el pas, est en la decisin adelantada desde el Parlamento: tramitar indultos para los miembros de las fuerzas de Seguridad que sean procesados por «cumplir con su trabajo».

A los dos das de terror (el martes un grupo armado asalt un canal de noticias) sigui un mircoles en que ambos contendientes midieron sus fuerzas. Las autoridades encontraron tres cuerpos calcinados en un vehculo en Guayaquil mientras proseguan las amenazas contra los agentes penitenciarios que estn en manos de los presos, ms de 130.

El Bloque de Seguridad (militares y policas con todos sus miembros desplegados en el pas tras la declaracin de «conflicto armado interno») se anot varios puntos a su favor, con la detencin de 329 «terroristas», el rescate de 41 rehenes y la recaptura de 48 presos fugados, adems de la contabilizar cinco «terroristas abatidos».

Entre las incautaciones destacan 24 explosivos, 61 armas, 195 vehculos y 230 kilos de droga. Adems de la liberacin de los tres agentes en Machala, tambin se consigui la libertad de tres policas retenidos en Quevedo.

En el centro de la capital del Guayas, rebautizada en esta nueva era como Guayakill en las redes sociales, ayer asemejaba un da festivo y no precisamente por la alegra de sus gentes. Algo parecido ocurri en Quito. Calles semivacas, poca actividad econmica, sin colegios ni universidades evidenciaban que el pas segua a la expectativa y temeroso. Solo las sirenas policiales rompan el silencio con sus aullidos aunque en otras zonas del pas prosigui esa especie de terrorismo de baja intensidad con explosiones y altercados.

Escalada de acontecimientos

Las heridas tras el terror permanecan abiertas. Los amigos y seguidores del cantautor Diego Gallardolloraron su muerte, producida por una bala perdida en la zona colindante al canal TC Televisin. «Muri siendo un hroe porque arriesg la vida por mi hijo», desvel su compaera sentimental. El balazo le atraves el trax, muy cerca del corazn.

Otro hombre, de 65 aos, falleci en Esmeraldas durante el ataque contra una gasolinera, uno ms a una lista de vctimas mortales que aument ayer por encima de los 15 desde la declaracin de estado de excepcin.

A las recompensas que ya ofrecan el gobierno y la Embajada de EEUU por la recaptura de los jefes narcos fugados, Fito (Los Choneros) y Capitn Pico (Los Lobos), se han sumado otra veintena de caudillos narcos, entre ellos Cocoy y Lagarto, jefes de los Tiguerones que asaltaron el canal de televisin.

La escalada de acontecimientos desde que Noboa asumi a finales de noviembre el mando del pas se haba convertido en un callejn sin salida para el lder de Alianza Democrtica Nacional (ADN). Ecuador ha pasado en tiempo rcord de ser uno de los pases ms tranquilos de la regin y un apreciado paraso turstico a encabezar el rnking regional de homicidios, por encima de potencias como Venezuela, Mxico y Colombia.

La masacre por error de una familia evanglica en el Guasmo Sur (Guayaquil), que acab con la vida de cuatro hermanos (de 7, 5, 3 aos y seis meses) y de su madre embarazada, alert a la sociedad: nadie est a salvo, pese a que algunos expertos consideraban que los hampones se mataban entre ellos. En este caso, los sicarios se equivocaron de casa; sus enemigos estaban en la vivienda colindante.

Las 50 muertes violentas del 1 de enero aceleraron los acontecimientos. La fuga de Fito, aliado del cartel de Sinaloa, forz la declaracin del estado de excepcin y del toque de queda. Pero la respuesta de las 22 bandas terroristas con su tormenta de violencia desvel hasta qu punto se sentan impunes.

La escapada horas ms tarde del Capitn Pico, sealado por planificar un atentado contra la fiscal general, Diana Salazar, y el ataque indito a la televisin desbordaron la paciencia de Noboa, que de inmediato anunci que Ecuador estaba en guerra como hace casi 30 aos. Pero en esta ocasin no contra el vecino Per, sino contra los narcos que surgieron de la nada y se aliaron con los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generacin.

El combate sigue. Entre las medidas puestas en marcha por el gobierno est tambin la deportacin de presos extranjeros, alrededor de 1.500, la mayora de nacionalidad colombiana, venezolana y peruana. Desde Bogot se respondi que con esta accin, el gobierno ecuatoriano provocara la libertad de los reos que no tengan deudas con la justicia de su pas.

Noboa tampoco ha aplazado el inicio de la construccin de sus dos crceles del modelo Bukele, la primera en la amaznica Pastaza, que se inicia hoy. «No es soplar y hacer botellas», contest misterioso el mandatario salvadoreo respecto a la crisis que atraviesa Ecuador.

«Jueces y fiscales que ayuden a estos terroristas tambin se considerarn como partes o integrantes de esa red«, amenaz el mandatario. Durante la administracin de su antecesor, el conservador Guillermo Lasso, fueron constantes las crticas contra los tribunales que dictaminaban la libertad de los detenidos por las fuerzas policiales.