Revela que fue llevada a un tnel en Gaza. Su marido y otros ms de 200 secuestrados siguen en manos de los terroristas
Horas despus de ser puesta en libertad junto a su amiga y vecina Nurit Cooper (79) y pasar las pruebas pertinentes en el Hospital Ijilov de Tel Aviv, Yoheved Lifshitz (85) compareci ante la prensa para revelar el momento del secuestro, el lugar del escondite y el trato recibido por el grupo islamista Hamas.
«Les voy a decir la verdad, pas por un infierno. No imaginamos ni sabamos llegar a esta situacin«, cont Lifshitz antes de explicar, con dificultad pero de forma detallada, el ataque en la maana del 7-0 en el Kibutz Nir Oz y lo que sucedi despus. El «Sbado Negro» nacional pero tambin personal para esta mujer que tiene an a su marido, el pacifista Oded Lifshitz (83) entre los ms de 200 secuestrados, incluyendo 30 nios, en manos de Hamas.
«(Los terroristas) Actuaron como locos en nuestro kibutz. A mi me secuestraron y me tumbaron en una moto que fue a toda velocidad por los campos arados. Los pies a un lado y la cabeza en la otra. Llegamos a la frontera y explotaron la verja electrnica que cost 2,5 mil millones de dlares pero que no sirvi para nada», record sin ocultar tampoco su malestar por la enorme negligencia de seguridad de su pas que no logr evitar la masiva penetracin de los efectivos del brazo armado de Hamas.
Lifshitz contina su relato desde su silla de ruedas en Tel Aviv. «Una multitud asalt nuestras casas. Golpearon a la gente y secuestraron a otros como a m. Les daba igual si ramos jvenes o ancianos. Nos llevaron a un agujero-entrada de tneles», explic sobre un camino en el que no solo le robaron el reloj: «Me golpearon con palos. No me rompieron las costillas pero me doli mucho en esa zona y me costaba respirar».
«Fuimos varios kilmetros sobre suelo mojado en los tneles. Hay una enorme red de tneles. Parece una tela de araa. Estaba todo muy hmedo. Llegamos a una gran sala en la que agruparon a unas 25 personas. Dos o tres horas despus, nos separaron a los miembros del kibutz «, aadi contando que estaban acompaados por guardias y un paramdico mientras un doctor les visitaba cada dos o tres das, que le dio la misma o similar medicina que en Israel.
Los secuestradores le dijeron que no les daaran porque creen en el Corn. «ramos cinco y cada uno tena un guardia. En esa sala, nos cuidaron sobre todo en lo que respecta a higiene. No queran enfermedades y epidemias. Con nosotros fueron amistosos y se preocuparon en que comiramos», declar antes de expresar su esperanza de que todos los secuestrados vuelvan sanos a Israel. De su marido no sabe nada ya que les separaron al inicio del ataque.
En su intervencin, Lifshitz critic la pasividad de los organismos de seguridad antes del ataque del 7-0. «Tres semanas antes, el Ejrcito no dio importancia al lanzamiento de globos incendiarios y la quema de nuestros campos (por gazates) y ms cosas. Y de repente, lleg el sbado, con explosiones enormes, explotaron la verja y atacaron las comunidades. Entraron en masa. Fue muy duro verlo. Hamas lo plane durante mucho tiempo«.
En varios canales israeles que transmitieron su intervencin hicieron nfasis en que sus palabras sobre el trato «amistoso» de los secuestradores se deben enmarcar en la preocupacin por el resto de rehenes empezando por su propio marido. «No hay que caer en la trampa de un grupo terrorista que se presenta como humanista cuando arras, secuestr y asesin inocentes», dijeron en el Canal 12 tras 18 das de guerra que han dejado ya varios miles de muertos y heridos en ambos lados de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza.
«Fue difcil pero espero que lo superemos», concluy Lifshitz rodeada de mdicos, familiares y micrfonos lejos de su casa y an ms de su marido.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2023-10-24 10:24:12
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