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Seis beneficiarios de DACA cuentan sus historias | nytimes.com

Seis beneficiarios de DACA cuentan sus historias

DACA da cierta sensación de seguridad, pero solo a corto plazo. Cada dos años tengo que renovar mi solicitud y pasar por todo el proceso de nuevo. En los últimos cinco años, el programa ha estado sometido a la amenaza de la revocación, lo que resalta aún más lo frágil que es la seguridad que proporciona en realidad. También es desconcertante conocer a familiares y amigos que también son indocumentados y no se benefician de las mismas protecciones. Es difícil ver cómo se desarrolla esta dinámica en mi propio círculo social.

Para mí, este aniversario no es uno que invite a la celebración. Cuando pienso en los millones de inmigrantes indocumentados en este país que envejecen y necesitan con cada vez más urgencia apoyo o acceso a la atención médica, me resulta difícil estar celebrando un programa que pretendía ser excluyente desde su inicio. Cuando y si DACA deja de existir, necesitamos un plan para la comunidad indocumentada en general. El Congreso no tiene ningún plan. Las organizaciones de derechos de los migrantes no se ponen de acuerdo sobre cuál debe ser el plan.

Es difícil saberlo con certeza, pero se estima que el número de personas indocumentadas en el país es de alrededor de 11 millones. De esa cifra, alrededor de 590.070 personas son beneficiarias de DACA. Al reflexionar sobre este aniversario, quiero invitarnos a dirigir nuestra atención a las personas que no están protegidas por el programa. Esto incluye a las personas de mayor y menor edad entre nosotros.

Para todos, la esperanza es la quimera de la “ciudadanía para todos”. Esta ha sido la estrategia y los mensajes durante más de 20 años y no ha funcionado. En cambio, DACA se convirtió de alguna manera en la única solución. Lo que todos queremos en realidad es una garantía de que podemos permanecer en el país y vivir una buena vida, que incluya el acceso a la atención médica, la educación, las oportunidades de empleo, una licencia de conducir y la capacidad de viajar para ver a nuestra familia en el extranjero. Esto podría lograrse mediante la ciudadanía para todos, pero no tiene por qué ser así.

Una solución legislativa alternativa y realista, como el estatus de residencia permanente legal, otorgaría el derecho a trabajar y a vivir en el país sin el miedo ni el estrés que implica esperar a que el Congreso apruebe una solución que otorgue la ciudadanía.

Es hora de pensar con creatividad y de unirnos en torno a los deseos y necesidades reales de la comunidad en general. Como beneficiaria de DACA que llama a Nueva Jersey su casa e hija de padres indocumentados, insto a los legisladores y los líderes, las organizaciones, aliados y amigos de los migrantes que luchan por sus derechos a considerar con seriedad el impulso a la legislación federal que proporciona una vía para la residencia, un estatus legal para todos. No es el mensaje más atractivo, pero es una medida que vale la pena considerar para que nuestra comunidad avance.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.nytimes.com

Publicado el: 2022-06-26 06:10:10
En la sección: NYT > The New York Times en Español

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