Desplazamiento de los Emberas en Colombia
La selva tropical húmeda se ha vuelto un área cada vez menos segura para los indígenas embera en Colombia, quienes han sido forzados a desplazarse a Bogotá por años de conflicto armado y condiciones de vida precarias. Recientemente, más de 2.000 emberas llegaron a la capital colombiana, donde mujeres, niños y hombres establecidos en carpas plásticas exigieron al gobierno la titulación de terrenos para poder sembrar sus alimentos.
Acordando Nuevas Tierras
Después de varios días de diálogos con el gobierno, se alcanzó un acuerdo el viernes para que se les concedan nuevas tierras y otras condiciones básicas en salud y educación, lo que permitirá que algunos emberas retornen a Risaralda. Sin embargo, aún quedan cerca de 1.600 indígenas en Bogotá, muchos de los cuales viven en un albergue insalubre y esperan ser reubicados.
Condiciones de Vida en el Albergue
En el albergue de La Rioja, los emberas viven hacinados y enfrentan carencias extremas. Las familias duermen en colchones improvisados y comparten cocinas y baños que carecen de servicios básicos. La situación empeora ya que muchos de los niños sufren abusos, lo que ha llevado a la comunidad a demandar más protección y garantías por parte del gobierno.
Retos Continuos y Necesidad de Soluciones Estructurales
El desplazamiento interno de los emberas se ha vuelto recurrente, y aunque algunos han retornado a su territorio, la presión de grupos armados y las condiciones precarias de salud y seguridad persisten. Organizaciones como el Consejo Noruego de Refugiados han señalado que las familias emberas enfrentan graves dificultades, incluyendo el acceso limitado a alimentos y agua potable, así como una educación inadecuada por parte del gobierno.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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