Decisión de EE. UU. sobre misiles para Ucrania
VARSOVIA — Muchos en Ucrania ven la decisión de la administración Biden de permitir que Ucrania use misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para atacar objetivos dentro del territorio ruso como un punto de inflexión en la guerra, pero la reciben con una mezcla de gratitud y frustración. «Los ataques no se hacen con palabras», dijo el presidente Volodymyr Zelenskyy en su discurso vespertino. «Los misiles hablarán por sí solos».
Impacto en la estrategia ucraniana
Su tono refleja lo mucho que está en juego en esta decisión, que llega mientras Ucrania se prepara para una intensificación de las ofensivas rusas tras el despliegue de 12.000 tropas norcoreanas para reforzar los esfuerzos de Moscú. Los funcionarios y analistas ucranianos consideran que la autorización estadounidense es crucial para atacar instalaciones militares claves en Rusia, especialmente en la región de Kursk, donde surgen nuevas amenazas. Sin embargo, Andriy Zagorodnyuk, ex ministro de Defensa (2019-2020), mencionó que la demora en otorgar tales permisos le ha costado caro a Ucrania. «Ucrania ha estado pidiendo esto durante años», afirmó Zagorodnyuk. «El temor de la administración a una escalada llevó a una estrategia excesivamente cautelosa».
Críticas a la política estadounidense
Mark Voyger, director del programa de máster en Gestión Global de la Universidad Americana de Kiev, enfatizó la importancia operativa y psicológica de esta decisión. «Desde el punto de vista operativo, estos misiles pueden tener como objetivo instalaciones rusas, centros de mando e incluso tropas norcoreanas», explicó. También destacó que el enfoque reactivo solo alienta más escaladas por parte de Rusia. «La política de ayuda gradual de EE. UU. ha obstaculizado la capacidad de Ucrania para ganar ventaja», añadió Zagorodnyuk.
Reacción de Moscú
Moscú condenó la decisión estadounidense, alertando de consecuencias graves. «Esto representa una nueva ronda de tensión en la participación de EE. UU. en el conflicto», dijo Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin. La cobertura de los medios estatales rusos acusa a EE. UU. de intensificar el conflicto, lo que podría dar lugar a más confrontaciones.
Incertidumbre política en EE. UU.
La inminente transferencia de poder en EE. UU. añade incertidumbre al apoyo a Ucrania. La posibilidad de que el presidente electo Donald Trump cambie la política hacia una solución rápida genera inquietud. «Trump ya ha anunciado su objetivo de detener la guerra, pero no está claro cómo lo hará», advirtió Zagorodnyuk.
Necesidad de una estrategia proactiva
Ambos analistas concuerdan en que se requiere una estrategia occidental robusta y proactiva para detener la guerra. «Occidente necesita empoderar a Ucrania no solo para defenderse, sino para forzar a Rusia a reconsiderar su agresión», afirmó Voyger. La única forma de obligar a Putin a negociar seriamente es posicionarlo en un lugar donde arriesgue perder no solo en el campo de batalla, sino también su control del poder, concluyó Zagorodnyuk.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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