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Así fue el poderoso concierto de los Pet Shop Boys en Bogotá – Música y Libros – Cultura

Así fue el poderoso concierto de los Pet Shop Boys en Bogotá - Música y Libros - Cultura

La cumbia con sabor japonés hizo de las suyas en el arranque del concierto de Pet Shop Boys, el sábado 9 de diciembre. Minyo Cumbiero, la exótica fusión de los músicos colombianos de Frente Cumbiero y los músicos de Tokio de la banda Minyo Crusaders. Antes de las 8 p.m. ya estaban tocando en el Movistar Arena de Bogotá. Poco a poco llamaron la atención de los asistentes que iban llenando el lugar del concierto y se fueron dejando llevar por el tropicalismo japonés de canciones como Cumbia del Monte Fuji.

Minyo Cumbiero ha ido ganando terreno como una alternativa musical que solo se puede ejecutar cuando se reúnen los colombianos y los japoneses para compartir su amor por esta música. En redes causaron revuelo hace un tiempo, pero como invitados al recital de Pet Shop Boys, se ganaron el aplauso de la multitud, gracias a su sabroso sonido de canciones que se gestaron con la música tradicional del siglo XXII y XVIII.

La banda dejó ver ritmos de latín jazz y agradeció el milagro de tocar en el país. Una de las descargas que hizo bailar a todo mundo fue ‘Pa Bogotá me voy…. para Tokio me voy’, que repiten emocionados. Su propuesta interpretada en español y japonés explota con ‘Sake en el guaro’, una canción con la que se ganaron definitivamente a todos los asistentes. Hubo una gaita hipnótica y la canción Bestial 77, con la que Minyo Cumbiero se despidió del Movistar Arena.Poco a poco el lugar se fue llenando de fanáticos del Synth Pop de Neil Tennant y Chris Lowe.

Minyo Cumbiero reveló una interesante conexión entre los sonidos de Colombia y Japón.

Foto:

Andrea Moreno. ELTIEMPO

Música de New Order y hasta un sencillo de los años 60 amenizaban la noche antes de la salida de Pet Shop Boys. De pronto, una pantalla de lado a lado de la tarima se iluminó con los colores s azul y amarillo emulando, quizá, a la bandera de Ucrania. El público fue aumentando sus expectativas. Levantaban sus cabezas entre la multitud buscando al dúo dinámico de sus amores musicales; otros encendieron la linterna de sus celulares para invocar a sus ídolos.

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Pet Shop Boys en concierto en Bogotá

Un show luminoso entregaron los Pet Shop Boys en Bogotá.

Foto:

Andrea Moreno. ELTIEMPO

La magia funcionó a las 9:15 p.m. cuando los beats profundos y reconocibles de Suburbia recorrieron todos los rincones del Movistar Arena. No contentos con ese inicio épico, luego los Pet Shop Boys compartieron otro de sus éxitos indiscutibles. Las trompetas que tronaron para dar la bienvenida, se olvidaron rápidamente ante el certero ataque musical a la nostalgia con Can You Forgive Her? Y todo explota (en el buen sentido) cuando el cantante Neil Tennant decidió cantar Opportunities.

El vocalista se emocionó ante la respuesta, sonrió e hizo el protocolario agradecimiento a todos, pero le sonó salido del alma. Su voz estaba en su punto y las melodías de Chris Lowe y los músicos que lo apoyaron en la tarima entraban con la precisión de un reloj suizo, pero electrónico. El espectáculo, a veces matizado por líneas que cortaban la gran pantalla del show o decoradas con fotos en collages extraños del dúo en otros tiempos, fue impecable.

Pet Shop Boys en concierto en Bogotá

Neill Tennant supo dirigir y emocionar a una audiencia extasiada con la banda.

Foto:

Andrea Moreno. ELTIEMPO

El Medley de Where the Streets Have No Name (I Can’t Take My Eyes Off You), que mezcla una de las canciones más famosas de U2 con el clásico de 1967 de Frankie Valli, dejó claro que la fiesta no tenía fisuras o altibajos. Rent hizo gritar de emoción a varios en la platea.

Es posible que imágenes del colegio, universidad o de amores difíciles y retadores hayan aparecido como recuerdos de varios de los que estaban en el lugar.Pero cuando se esperaba tomar un poco de aire Pet Shop Boys compartieron So Hard, que terminó con Tennant desapareciendo solo un momento del escenario. De nuevo, rayas blancas que parecían herir la gran pantalla se lucieron antes del regreso del cantante con un saco oscuro y una gorra militar blanca para dar paso a Left to My Own Devices, de su disco Introspective.

Pet Shop Boys en concierto en Bogotá

La banda demostró un control y una experiencia muy sólida en el show. 

Foto:

Andrea Moreno. ELTIEMPO

Una ráfaga de percusión pura dura consigue encender más la euforia, que se controla un poco con ese himno llamada Bilingual / Se a vida é (That’s the Way Life Is). Un halo tropical parece adueñarse del recinto, entre imágenes de colores fuertes y registros de multitudes. Fue el abrebocas para el paroxismo que causó Domino Dancing, quizá la canción más coreada de la noche y que demostró el poderío de Pet Shop Boys. Luego le dieron paso al poderío y beats embriagadores de Monkey Business. Como en una montaña rusa, los primeros minutos del hit discotequero New York City Boy llevaron la emoción a un pico en una velocidad indescriptible.

Pero luego Tennant hizo un paréntesis con You Only Tell Me You Love Me When You’re Drunk en una bella versión acústica; sumada a la emotiva Love Comes Quickly .Otra inyección de adrenalina se sintió con la bailable Paninaro, en la que el show se lo robó el teclista Chris Love, quien casi recitó palabras como amor, sexo, dinero, para explorar el consumismo, la banalidad y el exceso. You Were Always on My Mind, un cover de Gwen McCrae que luego hizo más famoso Elvis Presley, fue cantada a grito herido. El intérprete no dejaba de agradecer a Bogotá. Dreamland les recordó a todos que es posible soñar con una tierra donde todo es posible y los problemas desaparecen y con Heart, hubo tiempo para recordar el incontrolable efecto que causa el enamoramiento.

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Otra reacción en cadena causó What Have I Done to Deserve, It’s Alright y Go West, en una versión mucho más potente que el clásico de Village People. Un rojo encendido rodeó a los artistas y el sonido contundente de It’s a Sin, hizo que los cerca de nueve mil asistentes gritaran de alegría. Fue otro de los momentos más memorables del recital. Como un pastor dirigiendo a sus discípulos, Tennant los hizo llorar, reír y cantar, antes de hacer otra pausa.

La despedida fue colosal, ya que comenzó con West End Girls, considerada como la canción que hizo brillar en todo el mundo la carrera de Pet Shop Boys. La gente bailó y grabó el espectáculo, presintiendo que pasados unos minutos después de las 11 de la noche la magia electrónica de Neil Tennant y Chris Lowe iba a desparecer. Estaban en lo cierto. La bella canción Being Boring fue la despedida de un show excepcional. Es cierto que ya habían pisado tierra colombiana en 1994 con un concierto en el estadio El Campín, pero el recital del Movistar Arena del 9 de diciembre fue poderoso, luminoso y nostálgico.

ANDRÉS HOYOS VARGAS
@AndresHoy1

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2023-12-10 03:37:17
En la sección: EL TIEMPO.COM – Cultura

Publicado en Cultura

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