Euroliga: El Maccabi, el exilio del equipo de un pas en guerra: «No hay nadie que no haya perdido a un familiar o amigo» | Euroliga 2023 | elmundo.es

El equipo de Tel Aviv, que hoy recibe al Madrid, vive y juega sus partidos en Belgrado. Chema Berrocal, segundo entrenador, explica a EL MUNDO la extraa situacin: «Veo mucho dolor a mi alrededor».

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El pasado 7 de octubre, mientras se produca el terrible ataque de Hamas, los mviles de la familia Berrocal comenzaron a emitir inslitas alertas. Esa madrugada, el segundo entrenador del Maccabi de Tel Aviv la pas en el mamat, el bnker de su vivienda, con su mujer y sus dos nios gemelos. No pas miedo, pero fue inquietante, recuerda, la situacin excepcional del equipo de un pas en guerra, exiliado por obligacin y seguridad en Belgrado, donde este martes (20.15 h.) recibe, como local y sin pblico en las tribunas de la Sala Pionir (apenas algunas pancartas con lemas como Bring them home now! o Stronger together), al Real Madrid y solventar as el partido aplazado en su da por la Euroliga.

El legendario Maccabi, seis veces campen de Europa (1977, 1981, 2001, 2004, 2005 y 2014), es el orgullo de Israel, un smbolo del deporte hebreo que, a causa del conflicto con Gaza, escap primero a Chipre -con nuestras familias, fuimos nmadas por Europa durante 20 das. No fue fcil salir corriendo del pas- para despus establecerse en la capital de Serbia, donde sus jugadores y el cuerpo tcnico viven en apartamentos, una situacin excepcional de la que tratan de sacar algo positivo.

Tan impensable como que un miembro del departamento de prensa tuviera que marchar al frente. Chocaba verle uniformando, mandndonos mensajes desde la guerra. Me impact. Fue un alivio que regresara, dice Berrocal, ex ayudante de Svetislav Pesic primero y Xavi Pascual despus en el Bara rey de Europa, y un trotamundos al que nunca le import la aventura (entren en Ucrania, Bahrein, Turqua o Grecia), pero que no se imagin en semejante tesitura, haciendo ms de psiclogo con una plantilla en la que abunda la tristeza y el dolor alrededor.

Soy el tcnico ms veterano y la gestin de grupo ahora no es importante, es imprescindible. Tengo una responsabilidad grande, no podemos tomarnos como algo propio lo que est pasando en la guerra. Les recordamos que hay que intentar poner todo a un lado y cuando estemos en la pista, disfrutar un poco. Aprovechar la oportunidad que nos da el baloncesto para estar juntos, asegura quien fue reclutado por Odded Kattash -aquel anotador voraz cuya carrera qued arruinada por una lesin de rodilla- al comienzo de la pasada temporada.

En la plantilla hay americanos como el espaol Lorenzo Brown -o cubanos, como el ex del Valencia, Jasiel Rivero– que no entienden muy bien lo que est sucediendo, alejados de la clida Tel Aviv, de lo que eran sus hogares. Que han tenido que escolarizar a sus hijos en Belgrado, aunque ni siquiera saben si este panorama durar demasiado. Los jugadores israeles han preferido mantener a sus familias en el pas, al que pronto el equipo deber regresar para otro episodio extrao. En unos das se reanudar la liga hebrea y esos partidos s se disputarn en Israel, aunque el equipo habite en Serbia.

Chema Berrocal, que estas ltimas semanas, adems, ha tenido que superar el trauma de la consecutiva muerte de su padre y de su madre, intenta aplicar cordura en la soledad de Belgrado, pues l opt, por primera vez en su vida, por separarse de su familia. De su esposa y de Jofre y Bruna, unos superhores que le preguntaban por qu caan misiles sobre Tel Aviv, y que han regresado a su cole de Badalona. Hay que tirar como puedes, porque no sabemos cuanto tiempo estaremos. An estamos en modo supervivencia, te sientes de paso, explica, algo extraado incluso por los buenos resultados de un equipo (marcha sptimo en la Euroliga) confeccionado para aspirar a la Final Four. Esta temporada, competir, luchar y no rendirse. Pase lo que pase, es un xito, razona.

Nada es seguro en el Maccabi, que no sabe cmo se resolvern los encuentros que debe disputar en Turqua, un pas hostil al que no pueden viajar por seguridad. Una plantilla en permanente estado de incertidumbre, acompaada siempre de una seguridad blica, de la proteccin del Mosad, y que intenta aislarse de las pancartas de rechazo que tienen que soportar en algunos de sus partidos y viajes. Estn sufriendo. No hay nadie que no conozca a alguien que no muri o result herido, que no haya perdido a un familiar o amigo. Un jugador me dijo que el otro da se lo pas entero viendo las noticias sobre la liberacin de rehenes, confiesa.