El Tesoro Público tiene previsto salir al mercado en busca de financiación este 2024, pero saldrá con menos deuda de lo subastado en el ejercicio pasado. El organismo espera captar 55.000 millones de euros en emisiones netas, lo que supondría reducir esta cantidad en un 16% respecto a lo subastado en 2023, año en el que se partió con un objetivo de 70.000 millones y que ya se redujo en la recta final del año hasta los 65.000 millones de euros.
La estrategia prevista por el ministerio de Economía, Comercio y Empresa se centrará este ejercicio en la consolidación fiscal, según fuentes del propio ministerio, en un contexto en el que el Banco Central Europeo comenzará a recortar los tipos de interés, como prevé el consenso de mercado que recoge Bloomberg, a la par que el responsable de la política monetaria europea mantiene su reducción de compra de deuda soberana comunitaria. «La estrategia de financiación del Tesoro Público estará marcada este año por la prudencia y la flexibilidad», llegó a recalcar el propio ministro, Carlos Cuerpo, en el primer Consejo de Ministros del 2024.
De hecho, se espera amortizar alrededor de 202.000 millones de euros de deuda durante el año en curso, un 8% más que en los últimos doce meses. Del mismo modo, el Tesoro ampliará en 5.000 millones de euros las emisiones netas Letras (plazos de doce meses o inferiores) respecto al ejercicio anterior mientras que los plazos medios y más largos verán una contracción en este nuevo programa de financiación de 15.000 millones de euros.
En líneas generales este plan del Tesoro será similar al ejecutado en el 2023, a pesar de que el contexto de los costes de financiación para el Estado y el resto de administraciones públicas cambiará previsiblemente a medida que avance el año. Más allá de la tensión geopolítica o la débil economía europea que se espera para el 2024, con la posibilidad de asistir a una recesión técnica en lugares como Alemania, desde el ministerio consideran que la paulatina retirada de compra de deuda pública del BCE ha sido suplida por los inversores, tanto de carácter institucional como de los no residentes tanto en términos de porcentaje como en valores absolutos.
Por ello, no consideran que las nuevas emisiones puedan verse afectadas, ya que el ratio de cobertura ha demostrado que la demanda de deuda pública ha sido superior a las subastas del Tesoro.
Así, el 2023 cierra con un coste de financiación del 2,08%, con el tipo de interés medio de la deuda en circulación. Y aunque este porcentaje pueda crecer paulatinamente, desde el Tesoro no consideran que suba mucho más dado que se espera una menor presión de la política monetaria europea. Desde la institución pronostican mantener la vida media de la deuda por debajo de los ocho años para mitigar el riesgo de financiación.
Al cierre del 2024 se prevé que el ratio deuda entre Producto Interino Bruto (PIB) se reduzca en 19 puntos porcentuales en menos de cuatro años, desde su pico de 2021. Además, el Gobierno espera que la carga financiera del Estado, fruto del aumento del coste de las nuevas emisiones, aumente ligeramente en 2024. Si en 2023 este coste fiscal supuso el 2,4% del PIB en el ejercicio en curso crecerá una décima más hasta alcanzar el 2,5%.
El acopio de deuda de los minoristas
La imagen de largas colas de particulares frente al Banco de España para comprar deuda en 2023 también se explica en cifras. En enero, la deuda española con vencimiento a 12 meses, o inferior, se situaba por debajo de los 3,7 millones de euros, según el Tesoro. Pero al cierre del año esa cifra creció hasta los 22,9 millones de euros. Es decir, la deuda a corto plazo en manos de los minoristas aumentó más de un 515% en menos de doce meses. Sin embargo, los pequeños tenedores acaparan menos de un 2% del total de la deuda en circulación.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-01-09 14:35:11
En la sección: elEconomista Mercados