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inflación persistente, tipos de interés altos y tensión geopolítica

inflación persistente, tipos de interés altos y tensión geopolítica

A Jamie Dimon, consejero delegado y presidente de JP Morgan, no le preocupa demasiado el debate que acapara la atención diaria de economistas, analistas e inversores: el rumbo de la inflación en los próximos meses y el próximo movimiento de la Reserva Federal (Fed). Mientras que el mercado se obsesiona e intenta anticiparse, al banquero lo que le inquieta es que el capítulo inflacionistas actual sea lo habitual en el futuro. En su visión para los próximos años, ve factible un escenario de tipos de interés por encima del 8%, ya que las causas que mueven al alza los precios van a persistir.

El directivo ha compartido sus previsiones económicas en la carta anual que dirige a los accionistas de la entidad, publicada este lunes, y no es muy optimista en lo que a la estabilidad de precios o a la geopolítica se refiere. A Dimon no le quita el sueño el nivel de inflación actual, ni tampoco las próximas decisiones de tipos. Cree que «la suerte ya está echada» y augura costes de financiación elevados, sin apenas posibilidades de que se pueda remediar este destino.

«Ahora mismo el foco está puesto, de forma excesiva, en los datos de inflación mensuales y en los pequeños movimientos de los tipos de interés. Sin embargo, la suerte puede estar ya echada y el precio del dinero a uno o dos años vista puede estar ya predeterminado por varios factores», señala. Considera que el gasto fiscal, el rearme a nivel global, la reorganización del comercio mundial, las necesidades de capital, la transición a una economía verde o los mayores costes energéticos van a determinar el Índice de Precios al Consumo (IPC).

«Muchos indicadores económicos clave siguen siendo buenos hoy y, posiblemente, continuarán mejorando. Sin embargo, cuando miramos al mañana, hay que sopesar las condiciones que afectarán al futuro. Parece que hay un gran número de presiones inflacionistas persistentes», afirma. «Los pequeños movimientos en los tipos de interés del presente van a tener menos impacto en la inflación del futuro de lo que la gente cree», añade.

Dimon se fija en las «fuerzas» que mueven la economía a largo plazo, como el déficit fiscal o el presupuesto gubernamental, y considera que el impacto de todo ello todavía tiene que trasladarse por completo al día a día. Por ejemplo, considera que es pronto para ver las consecuencias de unos gastos públicos muy superiores a los ingresos o una expansión cuantitativa (quantitave easing, QE) sin precedentes, ya que nunca antes se habían efectuado estos estímulos a tal escala y sin un contexto de recesión de fondo.

Lo mismo que ocurre con la geopolítica, cuyas repercusiones pueden ser más perjudiciales a largo plazo, incluso si las consecuencias actuales son limitadas. En palabras del directivo: «Podríamos estar adentrándonos en una de las eras geopolíticas más traicioneras desde la Segunda Guerra Mundial». Aunque siempre es difícil anticipar cómo este tipo de eventos van a alterar el orden mundial, JP Morgan, el mayor banco de Estados Unidos, tiene que preparar su negocio para diversos escenarios.

El banco contempla en sus previsiones unos tipos de interés que oscilen entre el 2 y el 8% o que superen este extremo. Incluso ante escenarios económicos muy distintos, Dimon cree que los costes de financiación van a ser altos en todos los casos. Si hay crecimiento económico e inflación moderada, la tasa de fondos federales tendrá que ser alta debido a mayores necesidades de capital. Si hay una estanflación, entonces, habrá que llevar a cabo una mayor restricción monetaria para bajar la inflación.

El banquero recuerda que un simple incremento del 2% en el tipo de interés de referencia lleva a un ajuste del valor de los activos del 20%, una regla que funciona para la mayoría de los activos y que tendría consecuencias económicas perjudiciales. Ante ese escenario de restricción, también se plantea la capacidad de adaptación de las empresas, hasta ahora acostumbradas a los estímulos monetarios. En todo caso, dice que el banco que dirige seguiría funcionando de forma adecuada en el peor escenario, el de estanflación.

Aunque actualmente la tasa de fondos federales se encuentra en el 5,25-5,5%, las presiones inflacionistas de largo plazo y la convulsión geopolítica podrían elevar el nivel de esta tasa por encima del 8%, pese a que los precios estén actualmente prácticamente bajo control actualmente, según el directivo.

La visión negativa de Dimon llega en un momento de pesimismo general en cuanto a la evolución de los tipos de interés. Después de la última subida de la Reserva Federal (Fed), el mercado dio por hecho que habría bastantes recortes este año. Aunque se llegaron a descontar hasta 150 puntos básicos de flexibilización o seis descensos de 25 puntos básicos, ahora se plantea que ese movimiento se limitará a dos bajadas (50 puntos básicos en total). Es decir, el mercado ahora ve también un entorno de costes de financiación elevados, aunque por el momento no contempla una tendencia alcista como el presidente de JP Morgan.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-04-08 13:18:50
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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