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Cómo saber si los postres de un restaurante son caseros realmente o no

Cómo saber si los postres de un restaurante son caseros realmente o no

«Que no te la den con queso». Esta frase, tan popular en España, se utiliza en el caso de que alguien intenta engañarte y debes ser listo. En el mundo de la gastronomía, podríamos usarlo cuando vamos a un restaurante, y en la carta de postres está escrita la palabra ‘casero’. Este vocablo incita a probarlo, pues significa que se trata (en teoría) de una elaboración hecha por las manos del cocinero o pastelero de la sala. Lo sabemos. Ver este término al lado de una tarta en el menú (como esta de tres leches) nos abre un poco más el apetito. 

Sin embargo, cuando viene el camarero con el dulce en la mano, notas cosas raras. Entre ellas, el aspecto es tan perfecto que, como buen ‘gourmet’ que eres, detectas que de ‘casero’, tiene más bien poco. 

Tranquilo. No hace falta ser Jordi Cruz (que es capaz de hacer un postre de chocolate con vinagre de manzana) para saber diferenciar un dulce casero de otro que no. Solo hay que poseer buenos ojos y un paladar exigente. ¿Qué claves debes tener en cuenta? Las que comparte a 20minutos Lara Guerrero, fundadora de Pepina Pastel.

Las claves para descubrir si el postre de un restaurante no es casero

Según Guerrero, la clave principal reside en el sabor, pues es lo primero que notamos. «Los artesanales tienen un sabor inconfundible donde se aprecia cada ingrediente y son una locura para el paladar (…) Mientras que el de los postres industriales es mucho menos potente», explica la experta.

Coulant de chocolate con helado y sirope.
Brownie de chocolate con helado.
UNSPLASH.

La gerente de Pepina Pastel deja claro que se debe a la materia prima con la que se hace el postre, pues «suele ser de peor calidad y más barata y eso en el resultado final se aprecia, sobre todo, en el sabor». 

El aspecto, un factor más a tener en cuenta

El sabor no es la única clave. Para Lara Guerrero, otro elemento fundamental es el aspecto, ya que «una tarta o un postre artesanal no es perfecto». Es decir, lo casero no tiene la apariencia de estar hecho «como por una máquina», debe tener sus anomalías. «Por ejemplo, si está relleno de una crema, lo normal es que esa crema tienda a ser más irregular«, explica.

Por último, la CEO de la empresa gastronómica de Valencia expone que los industriales suelen llevar «muchos conservantes y aditivos, que a veces pueden ser un poco acuosos». 

Ahora que ya sabes cómo identificar uno casero de uno industrial, la próxima vez que acudas a un restaurante acuérdate de la frase del principio: «que no te la den con queso». Si no, ponte manos a la obra y atrévete a hacer tus postres favoritos, o innova. Podrías empezar con esta compota de manzanas. ¿Te parece? 

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es

Publicado el: 2024-04-24 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía

Publicado en Gastronomía

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